LO QUE ESTÁ EN JUEGO
Enfocar el problema desde el punto de vista económico y comercial, es un simplismo. La balanza comercial favorece 4 a 1 a Colombia y más del 30% de los alimentos que consumimos provienen del hermano país. Pero esa es precisamente la clave: el hermano país.
La relación con Colombia no es el simple intercambio que realizan dos países fronterizos, pues frontera también tenemos con Brasil, con Guyana y marítima con las Antillas Holandesas y con Trinidad y sin embargo no son los mismos lazos.
Con Colombia hay lazos históricos, culturales, sociales, más profundos incluso que los comerciales y económicos. La frontera con Colombia es solo una línea imaginaria, únicamente presente en la mente o en los textos de geografía; es lo que se llama una frontera viva, y eso significa, ni más ni menos, que son miles los venezolanos y colombianos que la cruzan diariamente, para trabajar o comerciar en uno y otro lado.
Son miles los colombianos que viven en nuestro país, desde hace muchos años, dedicados a múltiples oficios. Son miles de colombianos, y de venezolanos hijos de colombianos, que conviven con nuestros hijos en escuelas y liceos, en fábricas y comercios, en los barrios y urbanizaciones por todo el país. Hay miles de descendientes de venezolanos que viven en la costa colombiana y en el norte de Colombia. ¿Todo eso es lo que vamos a arriesgar por un incidente en la frontera con Ecuador, donde resulto muerto un cabecilla de una agrupación terrorista, que ha secuestrado y asesinado a venezolanos?
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