El presidente electo de los argentinos, Mauricio Macri, quien se posesionará el próximo 10 de diciembre, se enfrentará a un escenario complejo una vez ocupe la Casa Rosada. No sólo porque tomará las riendas de un país polarizado, con un Congreso donde todavía el kirchnerismo tendrá la mayoría de curules, sino porque deberá resolver de manera expedita la difícil situación económica que atraviesa el país, con una inflación alta, graves problemas de reservas y un estancamiento en los principales indicadores productivos.
En las últimas semanas de campaña, Macri anunció que negociará con los fondos buitres la deuda que tiene Argentina desde la crisis de 2001, y que abolirá las trabas para comprar dólares y para las importaciones, impuestas por el último gobierno de Cristina Fernández.
Sin embargo, no sólo en materia económica se prevén cambios. Un giro de 180° se espera para la política exterior argentina, que podría tener un significativo impacto en Colombia.
Según Marcos Novaro, sociólogo y director del Centro de Investigaciones Políticas de Argentina, aunque todavía no es muy claro el panorama en las relaciones exteriores que tendrá el nuevo gobierno, sí se han ventilado algunas ideas generales como el alejamiento al eje bolivariano y la búsqueda de un acercamiento con los países de la Alianza Pacífico, integrado por México, Colombia, Perú y Chile.
Ejemplo de ello lo ventilado durante el debate presidencial del 15 de noviembre con el candidato oficialista, Daniel Scioli, en el que Macri afirmó que propondría la suspensión de Venezuela del Mercosur por no cumplir con la cláusula democrática de ese organismo.
Aunque en ese momento el candidato no dio más detalles, Diego Guelar, quien durante la campaña trabajó como uno de los asesores en política internacional de Macri, señaló en diversos medios que esta será una de las primeras acciones que realizará el nuevo presidente en la cumbre de Mercosur, que se celebrará el 21 de diciembre en Paraguay.
“Argentina no debe ser parte del eje bolivariano y debe reinsertarse en el mundo”, parecería ser el guion básico del nuevo gobierno, afirmó el columnista del diario La Nación, Francisco Seminario, luego del viaje que Macri por Alemania, Bélgica y Gran Bretaña. Desde entonces quedó claro su objetivo: buscar mejorar los vínculos con los países centrales de Occidente, generar credibilidad en los mercados internacionales y reforzar la relación con otros bloques económicos. “El país debe empezar a ver al mundo como una oportunidad y no como una amenaza”, señaló en ese momento el entonces candidato.
Asimismo, el presidente electo ha dicho que su prioridad será forjar una alianza estratégica con Brasil, al mismo tiempo que buscará iniciar las conversaciones con la Alianza del Pacífico. Para el director del Observatorio Electoral, Julio Burdman, “el presidente electo buscará con estas acciones acercarse a Washington, en su afán de facilitar el regreso de Argentina al mercado internacional de capitales”. Se prevé que un acercamiento con la Casa Blanca tenga como resultado un intento por resucitar el acuerdo del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
“El gobierno actual ha elegido la confrontación sistemática con casi el mundo entero, y nos ha dejado en una situación de mucho aislamiento. Hay que ir hacia el mundo, hay que recuperar mercados”, señaló Macri en varias entrevistas durante su campaña.
Así, por lo dicho por el líder de Cambiemos y por lo explicado por sus asesores, analistas concuerdan que el nuevo gobierno mantendrá el énfasis en la región, pero cambiará radicalmente la posición de Argentina con el gobierno venezolano.
Según Guelar, Macri exigiría la suspensión de Venezuela si hay fraude en las elecciones del 6 de diciembre, y si los presos políticos de Venezuela –incluyendo el opositor Leopoldo López– no son liberados para entonces. “Si esas dos cosas no son corregidas (...), a nuestro juicio Venezuela no estará cumpliendo con la cláusula democrática del Mercosur”, señaló.
“Latinoamérica en general y el Mercosur en particular serán los dos ámbitos naturales desde donde nos proyectaremos. Para ello es necesario avanzar en una agenda concreta que incluya la integración física, la lucha contra el narcotráfico, la explotación y protección de nuestros recursos naturales, entre otros aspectos”, explicó por su parte Fulvio Pompeo, subsecretario de Relaciones Internacionales e Institucionales del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de quien se dice será el próximo canciller argentino.
En el documento programático “Reflexiones sobre los desafíos externos de la Argentina: seremos afuera lo que seamos adentro”, firmado tanto por Pompeo como por Guelar, se hace una fuerte crítica a la política exterior actual y se propone explícitamente una mayor apertura con la Unión Europea y una real convergencia con la Alianza del Pacífico, en especial énfasis hacia Chile por la necesidad de una visión bioceánica por la importancia que ha jugado para la economía mundial el Asia-Pacífico.
Macri lo haría mediante una alianza estratégica con Brasil, para luego iniciar conversaciones con Paraguay y Uruguay. Una de sus apuestas será incidir para que el Mercosur firme el tratado de libre comercio con la Unión Europea.
Es así como, diez años después de la ruptura que significó la Cumbre de las Américas en Mar de Plata, la llegada de Macri a la Casa Rosada supone un nuevo capítulo para las relaciones internacionales del continente y un balance distinto en los equilibrios regionales.
Finalmente, por su necesidad de acercarse a Estados Unidos, por el afán evidente de confrontar al gobierno de Nicolás Maduro, por las promesas relacionadas con la lucha del narcotráfico, se espera que las relaciones entre Colombia y Argentina se vean fortalecidas durante la presidencia de Macri.
“Santos no estará solo en su apoyo a la oposición venezolana”, señaló al respecto Burdman, quien además destaca que Macri estará influenciado por exmandatarios que admira como el español José María Aznar y el colombiano Álvaro Uribe.
Sin embargo, para otros, como Novaro, nada está decidido. “Durante la campaña Macri nunca fue claro en cómo iba a dirigir el país. Hubo muchas promesas. Dijo que le gustaba más la Alianza del Pacífico que el populismo del Atlántico, pero de ahí a que vaya a tomar cartas muy activas en política regional lo dudo”, afirmó el experto.