5 de marzo de 2008, 10:39 AM
WASHINGTON (AP) - Las victorias en tres de las cuatro consultas del martes permiten a Hillary Rodham Clinton decir que revivió sus aspiraciones a ser la candidata demócrata a la presidencia.
Las frías matemáticas, sin embargo, indican que no hubo grandes cambios en las internas demócratas y que a Clinton le costará mucho remontar la ventaja que le lleva Barack Obama.
Incluso ganando todas las consultas que quedan por delante, resultará difícil para la ex primera dama compensar la ventaja que le lleva Obama entre los delegados que han comprometido su voto.
De hecho, las victorias del martes en Texas, Ohio y Rhode Island son un tanto ficticias pues las votaciones fueron parejas y Clinton no pudo acortar la diferencia en la cuenta de delegados. Y con cada primaria que pasa, la cantidad de delegados en juego disminuye y, paralelamente, disminuyen las posibilidades de Clinton de revertir la situación.
Obama tiene en claro el panorama y respiró aliviado al ver que su ventaja no había mermado significativamente.
"Conservamos casi la misma ventaja en la cuenta de delegados que teníamos y seguimos encaminados hacia la nominación", expresó Obama en la madrugada del miércoles.
Los propios colaboradores de Clinton admiten que Obama es favorito para imponerse en las consultas de Wyoming, el sábado, y Misisipí, el próximo martes, por lo que la única esperanza de Clinton es triunfar en las primarias posteriores y rogar por que los superdelegados la apoyen en la convención partidaria de agosto.
Los superdelegados son figuras prominentes del Partido Demócrata elegidas de antemano por la maquinaria partidaria y que pueden votar por cualquiera.
Los triunfos de Ohio, Texas y Rhode Island llegaron luego de que Clinton lanzó duros ataques a Obama, incluidos avisos televisivos en los que cuestionó sus conocimientos de política internacional. En uno de ellos, se pregunta al electorado quien está mejor capacitado para recibir una llamada a las tres de la mañana en la que se informa de una crisis internacional.
La gente de Clinton buscó vincular a Obama con un individuo que aportó fondos a su campaña y que está siendo enjuiciado, y la propia ex primera dama dijo que Obama puede ser ambivalente y por un lado se hacía el duro en relación con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y por el otro aseguraba a los canadienses que no es proteccionista.
"Tiene que encontrar la forma de responder más rápidamente" a esos ataques, señaló el consultor demócrata Jenny Backus. "Ella lo frenó un poco con una serie de alegatos sobre temas específicos, y a él le tomó todo un día la respuesta".
Faltan siete semanas para la próxima votación grande, la de Pensilvania, y hay tiempo de sobra para que las cosas se tornen más feas todavía.
Obama también le está tirando munición pesada a Clinton y es previsible que lo siga haciendo en un esfuerzo por dejarla fuera de la contienda.
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