sábado, marzo 17, 2012
El éxito de la Tableta de Apple
Desde ayer cientos de personas hacen cola frente a las tiendas de Apple para comprar el nuevo iPad que estaría disponible en USA, Australia, Canadá, Francia, Alemania,Hong Kong, Japón, Singapur, Suiza e Inglaterra. El primer dia ya se vendieron 1 millón de unidades con valores que van desde US$ 499 hasta US$ 829. Tiene un procesador más rápido y una mejor pantalla con mayor resolución.
LA ENFERMEDAD DEL PRESIDENTE (tercera parte)
El presidente venezolano Hugo Chávez habría decidido no someterse a la extensa operación quirúrgica necesaria para removerle un tumor de agresivo crecimiento que tiene en el colon porque no quería estar postrado durante un largo período de recuperación, en una decisión que podría recortar significativamente su expectativa de vida, afirmó el viernes el ex embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roger Noriega, reseña El Nuevo Herald.
Otras fuentes que aseguran haber tenido acceso directo a la información médica de Chávez coincidieron en que la enfermedad se encuentra en una etapa terminal y que al mandatario sólo le quedarían meses de vida.
Chávez, por su parte, llegó en la noche del viernes a Venezuela después de mantenerse por casi tres semanas en Cuba.
Las declaraciones del ex embajador estadounidense contrastan ampliamente con las declaraciones del propio mandatario, quien asegura que se le extrajo el tumor y que se recupera satisfactoriamente.
Chávez, sin embargo, no ha brindado muchos más detalles sobre la naturaleza de la enfermedad, al tiempo que su gobierno ha tratado la condición médica del mandatario como un secreto de Estado.
Según Noriega, la decisión de Chávez de que no se le sacara el tumor parece ilustrar la determinación del mandatario venezolano de hacer uso de los pocos meses de vida que le quedan para tratar de “consolidar” la revolución bolivariana.
“Lo que aparentemente decidió es que él va a regresar lo más rápido posible a Venezuela, para poder incorporarse a la campaña presidencial, incluso si eso significa que no va a vivir un poco más de tiempo, quizás entendiendo que éste es el momento crítico, y con la esperanza de llegar con vida a las elecciones de octubre”, comentó Noriega en una entrevista telefónica.
El diplomático, quien sostiene que es informado por fuentes conocedoras de la situación de Chávez, añadió que algunos de los médicos que trataron al presidente consideraban que la extracción del tumor era fundamental para que los ciclos de quimioterapia y radioterapia tuviesen fueran efectivos.
“Mi impresión, en base a los comentarios de estos doctores, es que ellos dudan seriamente de que sólo con la aplicación de la quimioterapia y la radiación sea suficiente para extender su vida”, comentó.
Noriega, quien ha estado entre los primeros en advertir sobre la gravedad de la enfermedad del mandatario, afirmó que el equipo de médicos que realizó la cirugía exploratoria en La Habana encontró un tumor más grande de lo previsto.
El analista político Esteban Gerbasi, quien también asegura haber recibido información de primera mano sobre la condición médica de Chávez, coincidió con esa versión.
“Al momento de la cirugía de exploración, el tumor medía 6.5 centímetros”, comentó.
Según Gerbasi, es un tumor que ha estado creciendo de forma acelerada, llegando a 3.5 centímetros a sólo cinco semanas de ser detectado.
“Es ahí que los doctores se dan cuenta de que el tumor había crecido a una sorprendente velocidad y que necesitaba ser operado de inmediato”, comentó.
Ese crecimiento, aunado a un desmayo ocurrido el 12 de febrero, cuando Chávez tardó hora y media en reaccionar, llevó al mandatario a viajar a Cuba para ver si se operaba, amplió Gerbasi.
Pero en la operación exploratoria los médicos encontraron que el tumor en realidad era casi dos veces mayor y el hallazgo condujo a divisiones entre los médicos cubanos que conformaban el equipo y los médicos de otras nacionalidades sobre cómo tratar el cáncer.
“Ellos tuvieron un largo debate sobre cómo seguir adelante con el tratamiento y el consenso médico apuntaba a que era necesario hacer mucho más de lo que se había estado haciendo hasta ahora para poder adelantarse a este cáncer agresivo”, comentó Noriega, quien también ejerció el cargo de subsecretario de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado.
Es decir, que la quimioterapia por sí sola no estaba funcionando, y que había que remover el tumor y ser mucho más agresivo con la enfermedad para contenerla, explicó Noriega.
Pero no todos los médicos estaban de acuerdo con la operación.
Los médicos cubanos que integran el equipo recomendaron que no lo hiciera, subrayó Noriega.
“Y Chávez se ha aferrado a eso porque él no quiere estar en cama por varios meses, recuperándose de lo que terminaría siendo una cirugía mayor […]. De lo que escuchamos de nuestras fuentes, es que se trata de una condición terminal. Y Chávez probablemente va a vivir menos tiempo porque no va a ser sometido a la operación”, expresó Noriega.
La decisión, según Noriega, sugiere que “Chávez está aceptando que se está muriendo y quiere dedicar la poca energía que tiene en consolidar una estrategia de sucesión”.
La posición de los médicos cubanos fue mal vista por el resto del equipo.
“La impresión de los otros médicos extranjeros del equipo es que los cubanos estaban insistiendo en que no se necesita la cirugía, posición que era de todas formas el instinto natural de Chávez, y la impresión de los otros profesionales es que los cubanos están más interesados en que él regrese a Venezuela para lograr conseguir una sucesión”, añadió.
El médico venezolano José Marquina, cuyos informes sobre la enfermedad de Chávez son seguidos ávidamente por decenas de miles de seguidores en las redes sociales, declaró que la familia inmediata de Chávez ha manifestado descontento por el tratamiento que el mandatario ha recibido de parte de los médicos cubanos y han insistido en una segunda opinión.
“Las hijas están sumamente molestas con el pobre cuidado medico. Hay grandes contradicciones dentro del equipo médico de Chávez”, señaló Marquina.
Pero si hay dudas sobre el cuidado que Chávez está recibiendo de sus médicos cubanos, estas son difíciles de ver en las palabras de Chávez.
Tras bajarse del avión presidencial, el mandatario dijo estar feliz de haber llegado al país y reiteró que cumplirá con su promesa de derrotar al cáncer.
“Yo les he prometido que voy a vivir, y vamos a vivir y a seguir venciendo”, afirmó Chávez en declaraciones transmitidas por la televisión estatal.
“Y en ese compromiso daré toda la fuerza moral y física que cabe en mi corazón, que cabe en mi alma, y que cabe en mis entrañas [...] han sido 20 días [durante] los cuales hemos estado batallando de nuevo contra esa enfermedad que ustedes saben que me emboscó el año pasado y después de la exitosa operación del domingo 26 de febrero [...] hemos estado en un proceso de franca recuperación y seguimos en recuperación”, sostuvo.
Antonio Maria Delgado
adelgado@elnuevoherald.com
@DelgadoAntonioM
viernes, marzo 16, 2012
LOS PRODUCTOS DE APPLE
Los Runrunes de NELSON
Meet Nelson Bocaranda, Venezuela's unofficial information minister
The journalist has twice broken news about Hugo Chávez's illnesses – his scoops were denied then confirmed by officials
Rory Carroll in Caracas
guardian.co.uk, Thursday 15 March 2012 14.00 GMT
The radio and print journalist broke the news last year that the president had cancer. Photograph: Jorge Silva/Reuters
A gossip columnist has been nicknamed Venezuela's unofficial information minister after revealing closely guarded secrets about President Hugo Chávez's cancer.
Nelson Bocaranda has shaken the country and infuriated the government by twice breaking dramatic news about the president's illness, making his tweets and columns more reliable, in the eyes of many, than official statements. Each scoop – he revealed the president's cancer last summer and its recurrence last month – prompted scorn and threats from officialdom only to be confirmed later by Chávez himself.
The 66-year-old radio and print journalist, reminiscent of the late British columnist Nigel Dempster, has become a must-read for politicians, voters, diplomats, investors and others with an interest in Chávez and Venezuela's presidential election.
His Runrunes ("murmurs") website, and Twitter accounts, @NelsonBocaranda and @RunRunesWeb, drip-feed information that Bocaranda says he receives from sources in Havana, where the president is being treated, and across Latin America and the US.
Bocaranda opposes Chávez – Venezuela's media is so polarised there is no middle ground – but says he wishes him a full and speedy recovery. As a journalist he has a duty to part the veil of secrecy around the president's health, he has said.
He shrugs off near-daily attacks in state media that accuse him of being gay, a clown, a drug addict, a vulture and a mercenary. "Don't worry, I survived the latest red media guerrilla onslaught," he recently told readers
miércoles, marzo 14, 2012
DEUDA VENEZOLANA Y EL PIB
¿Cuánto le debe Venezuela al mundo?
Por Victorino Márquez | 14 de Marzo, 2012
“Recibo un país hipotecado”. Esta fue la frase del discurso de inauguración del período presidencial de Luis Herrera Campins (1979-1984) ante el Congreso que hizo titulares de prensa al día siguiente. Venía Venezuela del primer “boom” petrolero derivado del embargo que los países árabes impusieron a Occidente con motivo de la guerra del Yom Kipur (1973) y que disparó el precio del crudo a US$40 por barril.
Para determinar el monto de esa hipoteca, el Presidente Herrera recurrió no a un Economista sino a un Ingeniero: Juan José Bolinaga. Cuantificar los pasivos externos de Venezuela en esa época era una tarea compleja pues además de la deuda del gobierno central era preciso contabilizar la deuda contraída por los institutos autónomos y empresas del Estado que para entonces tenían capacidad para endeudarse en el exterior sin mayor control y era siempre la República la que terminaba pagando los platos rotos.
Cuentan que cuando el encargo estuvo listo, pero antes de ser entregado y divulgado, el Ingeniero Bolinaga recibió varias llamadas para pedirle un maquillaje de las cifras. Los adecos (socialdemocrátas), en una operación de “control de daños”, le pedían que subestimara la cifra de la deuda total, conscientes de que resultaba difícil justificar el aumento brutal del endeudamiento en un período de bonanza petrolera como el vivido durante Carlos Andrés I (1974-1979). Los copeyanos (socialcristianos), por su parte, en un intento de enterrarle el puñal más profundo a sus adversarios, le pedían que sobreestimara el monto de la deuda no fuera a ser que aparecieran unos pasivos ocultos. El Ingeniero Bolinaga se mantuvo firme y publicó las cuentas exactas en el célebre “Informe Bolinaga”.
Esta historia viene a cuento porque en los últimos días la prensa venezolana y los analistas financieros empiezan a mostrar preocupación por el aumento del nivel de endeudamiento de Venezuela durante los períodos presidenciales de Hugo Chávez. Sin embargo, a la hora de medir el monto total de endeudamiento de Venezuela y el peso de la deuda en relación con el tamaño de la economía (Relación Deuda-PIB) se escuchan opiniones disímiles en una materia que debería ser más de hechos contrastables que de opiniones.
Fue así como, apoyado en la información recabada de Bloomberg, de las páginas del Ministerio de Finanzas y del BCV y del blog The Devil’s Excrement, me senté a hacer unos cálculos veloces de lo que le debemos al mundo y de la relación de esa deuda con el tamaño de nuestra economía. Sumando todos los bonos en circulación emitidos por la República, PDVSA, Electricidad de Caracas y Sidetur tenemos US$ 62.740 millones. A esta cifra le agregamos US$ 6.206 millones de préstamos bilaterales de la República y otros US$ 4.000 millones de préstamos bancarios de PDVSA. Por otra parte, tenemos el Fondo Chino que es deuda con privilegios sobre barriles de petróleo, por un monto de US$ 28.000 millones. No hay que olvidar por otro lado la deuda de PDVSA con sus proveedores (US$ 7000 millones aproximadamente) y los préstamos internos de la República denominados en moneda extranjera que ascienden a US$ 5.600 millones. Y de último, pero no menos importante, está la deuda por expropiaciones a compañías extranjeras que hemos estimado conservadoramente en US$ 10.000 millones. Lo anterior arroja un total de US$ 123.546 millones que podrían convertirse en US$ 135.564 millones si el gobierno cumple con el endeudamiento anunciado de US$ 12.000 millones para el 2012. Una tabla resumen del endeudamiento externo puede verse pulsando aquí.
Para poner en perspectiva esta cifra calculamos la relación Deuda-PIB en el caso venezolano. El PIB de 2011 asciende a Bs. 1.057.508.137.000. Utilizando la tasa de cambio oficial en vigor (1US$=Bs. 4,3) la relación Deuda-PIB se ubica en 55%. Si en el 2013 el gobierno hiciera un ajuste cambiario del 50% (1US$=Bs. 6.5) esa relación se colocaría en 83%. Si el ajuste fuera de la misma magnitud que la última devaluación (2010), esto es de un 100% (1US$=Bs. 8.6) la relación quedaría en 110%. Los tres escenarios resultan bien distantes del 21,3% declarado por el Ministro Giordani a principios de 2011.
En uno de los libros más influyentes de finanzas públicas modernas “Esta vez es diferente: ocho siglos de disparate financiero”, (Princeton University Press, 2009) REINHART y ROGOFF se refieren a Venezuela –en forma un tanto severa- como “la campeona moderna del default soberano” y apuntan que para el momento de la última reestructuración de la deuda venezolana (1982) la relación Deuda-PIB era del 41,4%. Sin embargo, hablar de una “zona de peligro” en materia de relación de Deuda-PIB que predisponga a los países a una cesación de pagos es complicado y la realidad es en la historia reciente han los países que han cesado en sus pagos registran relaciones Deuda-PIB bien divergentes. Para el momento del default en Argentina (2001) esa relación era de 150% del PIB; la atribulada Grecia tiene actualmente una deuda que equivale a 127% del PIB; cuando México entró en cesación de pagos en 1982 esa relación era de apenas 46,7% y en el caso de Perú (1978) de 81%. Con todo y eso REINHART Y ROGOFF sostienen que los países emergentes con una relación Deuda-PIB superior a 100% corren un riesgo significativo de cesación de pagos.
Por esa razón, para determinar que tan comprometida está la capacidad de pago de un país, los economistas complementan la relación Deuda-PIB con la relación Deuda-Exportaciones. Para el 2001, esa relación para el caso argentino era de 500% mientras que el promedio mundial de los países que han entrado en cesación de pagos entre 1970 y 2008 es de 229%. En el caso venezolano, esa relación es en la actualidad de 150%. Otra relación que ayuda a medir la capacidad de pago de un país es la relación entre servicio de la deuda (lo que se paga anualmente por vencimientos de capital más intereses) y el nivel de exportaciones. Para 2011 el servicio de la deuda representa el 15% de las exportaciones petroleras y el número se estima subirá a 20% en el 2013, todo ello asumiendo que el precio del petróleo se mantenga estable en US$ 100 (Barcalys).
Si bien éstas últimas relaciones indican que Venezuela tiene capacidad para seguir pagando su deuda con cierta holgura no es menos cierto que el tamaño de la deuda en relación con el PIB puede entrar en un zona poco confortable, especialmente si se utiliza una tasa de cambio más sincera, lo cual es probable que suceda en el 2013. En un mundo donde los “cisnes negros” hacen acto de presencia con más frecuencia de lo deseable, y las percepciones de riesgo cambian de la noche a la mañana, el peso de la deuda nos hace vulnerables, sobre todo teniendo en cuenta que nuestra capacidad de pago está atada a una sola variable: lo que suceda con el precio del petróleo.
No está demás recordar las palabras del economista Rudiger Dornbusch, estudioso de la macroeconomía del populismo, sobre la crisis mexicana : “La crisis tarda mucho más tiempo en venir de lo que pensamos y luego viene mucho más rápido de los que habíamos pensado. Esa es la historia de la crisis mexicana. Tardó por siempre y luego llegó en una noche”.
PALABRAS PARA VENEZUELA (en BANESCO)
Sin hablar del caso venezolano, dijeron mucho sobre nuestro país. Los expresidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; España, Felipe González; y Chile, Ricardo Lagos, conversaron ayer con la prensa (evitando siempre la polémica) sobre el socialismo, el militarismo y hasta sobre el mal de la inflación. Lo hicieron horas antes de participar como invitados de honor en la cuarta edición de “Palabras para Venezuela”, foro organizado por Banesco, celebrado anoche.
Fue Cardoso quien dedicó varios minutos, sin referirse directamente a la política venezolana, a revisar la dupla del “militarismo-socialismo” como fórmula de gobierno. Y no dejó lugar a dudas: “El socialismo y el militarismo son totalmente incompatibles”.
Justificó su planteamiento al contraponer la propuesta militarista a la preservación de los derechos fundamentales. “Y es impensable un socialismo sin libertad”. O peor, dijo: “¿Quién puede pensar hoy día en el militarismo como mecanismo de liberación?”. Liberación que sólo se puede encontrar, explicó, con el pueblo ejerciendo a plenitud los beneficios democráticos: “Siempre hay que colocar el énfasis en la sociedad civil y no en el Estado, en lo militar”.
Señaló que el socialismo sí tiene que ver con inclusión, con regulación y contrapesos a la fuerza del mercado. “Pero el futuro no puede concebirse con el socialismo como equivalente de la supresión de libertades”, insistió.
Ricardo Lagos no habló de socialismo. Pero planteó el dilema en términos de “derecha” e “izquierda”. “Estar del lado de la izquierda es estar del lado de los ciudadanos y todo se hace a su medida”. Confió en que la región continúe por este camino. Pero hizo una salvedad: “Algunos piensan que ser de izquierda es volver a las utopías del pasado. Y eso no tiene que ver con el mundo de hoy”. Cuando realizó su exposición, no hablaba de Venezuela. Al menos, no en específico. Habló de Marx, de Fidel Castro. Al igual que sus dos compañeros, prefirió las generalizaciones.
Impuesto de los pobres
Latinoamérica será otra luego de esta última crisis mundial. Los tres expresidentes coincidieron en pintar a la región como una tierra de oportunidades que contrasta, por ejemplo, con la emergencia económica europea. “Hay que aprovechar la oportunidad”, repitieron varias veces.
Hablaron de la inflación; pero, otra vez, sin referirse al caso venezolano, el más grave de la región. “Este es el mayor de los impuestos contra los pobres... Y es el mayor desatino de los que gobiernan en la actualidad”, soltó González.
Cardoso dio pistas de cómo enfrentar al monstruo: controlar el gasto público, minimizar el resto de las deudas, construir con transparencia y de cara a la opinión pública los planes económicos. Habló como el “padre del Plan Real”, un programa económico que se diseñó para sustituir la moneda brasileña y que logró contener la inflación en Brasil.
El único momento en el que se refirieron al gobierno nacional fue cuando lo hicieron para desear una pronta recuperación al presidente de la República, Hugo Chávez. Se les pidió de forma directa su valorización del panorama político venezolano. Pero prefirieron evitar la polémica y decir “no”.
Lo relevante del discurso de F.E. Cardoso
Fernando Henrique Cardoso y la mecánica del desarrollo
por Ángel Alayón
El pasado 10 de marzo, Fernando Henrique Cardoso ofreció un discurso en el evento Palabras para Venezuela, convocado por Banesco, junto a Felipe González y Ricardo Lagos. Aquí la reseña de Angel Alayón de las palabras de Cardoso.
El que vence al dragón siempre será escuchado con atención. Fernando Henrique Cardoso asumió el Ministerio de Finanzas de la República Federativa del Brasil con una tasa de inflación que alcanzaba el 2 mil por ciento interanual en 1994. La hiperinflación brasileña golpeaba duro, incrementaba el número de pobres y acentuaba la desigualdad de una sociedad profundamente desigual. La tensión social era creciente. Cardoso, con su Plan Real, logró disminuir la tasa de inflación a un dígito en el cortísimo plazo de dos años y la economía brasileña comenzó un sostenido proceso de crecimiento que la ha convertido ya en la sexta economía mundial con una clase media creciente. ¿Cómo no escuchar al hombre que venció al dragón?
Crecimiento no es desarrollo
Cardoso comenzó su exposición contando la tragedia de la dictadura brasileña: la economía crecía pero Brasil no se desarrollaba. El modelo de sustitución de importaciones protegía a la industria, pero no a los brasileños. El Estado controlaba directamente amplios sectores de la economía: empresas de energía, bancos, seguros, agroindustria, siderúrgica, entre otras, mientras que la iniciativa privada era coartada.
Ya para 1985, la mitad de las empresas brasileñas eran de propiedad estatal, y, por supuesto, esa propiedad se correspondía con los sectores más importantes. Las minorías favorecidas por el Estado se beneficiaban, mientras el número de pobres aumentaba. “Crecimiento no es desarrollo”, dijo Cardoso. Y quizá más relevante: en un país con pobreza y desigualdad, crecimiento que no beneficie a los menos favorecidos es insostenible.
La razón insuficiente
El primer paso hacia la superación de la pobreza fue la recuperación de la libertad en Brasil. Un proceso que fue lento y duro. “La democracia no nos cayó del cielo. Vino como consecuencia de la lucha”, dijo el expresidente. En democracia, el que quiera acceder al poder, no puede desestimar a los votantes. “Cuando el voto pasó a ser criterio no hubo gobierno que pudiera gobernar sin ver hacia abajo, hacia la gente”. Inevitable recordar a Amartya Sen y su descubrimiento de que en democracia jamás ha habido una hambruna, pues bajo las primeras señales, hay una respuesta política para atender la situación. “No basta tener la razón. Hay que crear fuerzas para que la razón se imponga”. Y eso es lo que permite la democracia: la conexión entre las necesidades y deseos de la gente con las decisiones políticas.
Desmontando privilegios
¿A quién protegen los altos aranceles? ¿A los industriales o a los consumidores? Ningún político dirá que los protegidos son los industriales. Toda política, buena o mala, siempre se hace en nombre del interés nacional. Cosas del discurso político. Si Brasil quería industrializarse, debía abrir la economía a la competencia y eso implicó desmontar una complicada estructura arancelaria que generaba una cómoda zona de confort a los productores brasileños, a costa de los ciudadanos. “Desarrollo hacia adentro”, lo llamaban. Pero en un mundo global —inevitable que no suene a lugar común— el desarrollo de Brasil obligaba a dejar de mirarse el ombligo y salir a competir con el resto del mundo. “Si no hubiéramos abierto la economía, no habría mejorado la calidad de los productos brasileños”. Hoy, Brasil, cuenta con una industria exportadora de primer orden.
Exorcizando a Brasil
La inflación era el demonio en Brasil. La creciente pobreza y la desigualdad sus estigmas. No es posible superar la pobreza en un ambiente de alta inflación. No es posible la inversión productiva de largo plazo en un ambiente de alta inflación. Al menos no en los niveles necesarios. Cardoso, el ministro del impopular Ministerio de Finanzas, con su Plan Real, logró derrotar al demonio, lo que lo convirtió en un hombre popular y en Presidente de su país.
El Plan Real implicó un reajuste de las cuentas fiscales de Brasil. Nadie puede vivir permanentemente por encima de sus medios sin consecuencias. El Plan apuntaba a erradicar la política de déficit permanentes financiados por el Banco Central. “Sin responsabilidad fiscal, es imposible derrotar a la inflación”. Por otra parte, Brasil abandonó la inoperante e ineficiente política de control de precios. El alto costo de la vida solo puede combatirse de manera efectiva con un incremento de la oferta de bienes a los consumidores.
Al referirse a la inflación, Cardoso habló de la importancia de la institucionalización de la vida económica. “Hace falta un Banco Central con autonomía”. La tentación de financiar al estado con el impuesto inflacionario siempre estará allí. Nadie puede matar a un dragón si no conoce sus propias debilidades.
El mercado y los pobres
“No se puede dejar que el mercado cuide a la gente”. Con esta frase, Cardoso resume la estrategia del Brasil de las últimas décadas. El mercado nos ayuda a crecer, mientras el Estado se encarga de garantizar que los beneficios del desarrollo alcancen a los menos favorecidos. Educación y salud, capital humano según el término acuñado por Gary Becker en los cincuenta, son áreas esenciales de acción estatal.
Brasil ha tejido una interesante red de programas sociales. El uso del salario mínimo ha sido estratégico y no populista, pues ha estado asociado a incrementos de la productividad. Transferencias condicionadas, ahora reunidas en los programas Bolsa familia, han sido parte esencial de un conjunto de programas sociales que no sólo alivien la pobreza sino que creen las condiciones para superarlas. Y no menos importante en el marco de esta estrategia, según Cardoso, la formalización del empleo por medio de inversiones productivas. Los resultados son alentadores: la clase media pasó desde el año 1993 a la fecha de 23 a 50%, mientras que la pobreza se redujo a la mitad. A eso lo llaman progreso.
Pragmatismo carioca
¿Estado o mercado? Cardoso propone resolver el dilema preguntándose qué sirve mejor al público: ¿lo privado o lo estatal? La respuesta será lo privado o lo estatal, de acuerdo con las circunstancias. Este test supone que las decisiones, en materia de políticas públicas, no se justifican por sus intenciones, sino por sus resultados. En especial, por sus resultados en el bienestar de la gente.
Brasil entendió que el desarrollo del sector privado era clave para el desarrollo del país y por eso lo ha estimulado y promovido, creando un adecuado ambiente de inversión. El Estado tiene su rol, y lo privado también.
Cardoso hizo una especial distinción entre lo público y lo estatal. Lo estatal no es necesariamente público. Una empresa del estado puede perjudicar a la gente, es decir, puede perjudicar a lo público —al público—. El expresidente, consecuente con esta idea, aborrece los monopolios. No hay monopolios buenos: ni públicos, ni privados.
Los desafíos
Brasil es un país con desafíos importantes, pero que sin duda ha encontrado una interesante senda de crecimiento y desarrollo. Un país al cual muchos condenaban a un eterno subdesarrollo por su herencia, el carácter de sus personas y la corrupción —con el facilismo propio de las explicaciones culturales— ha demostrado que los países pueden cambiar, para bien, cuando el conjunto de reglas institucionales permiten que las personas desarrollen su potencial. Y creo que allí está la relevancia de las palabras que Cardoso vino a decir a Venezuela. Lejos de dictar una receta, vino a decir que un país puede cambiar y entrar en una senda del progreso, no importa lo difícil con que se presenten las circunstancias presentes.
Al final, los dragones existen para que alguien pueda vencerlos.
domingo, marzo 11, 2012
EL BLOG DE RICARDO SUCRE
El profesor y politólogo Ricardo Sucre (de La Universidad Simón Bolívar) nos presenta su BLOG MESA DE TRABAJO, dedicado a los asuntos políticos de Venezuela.
SANTOS DOMESTICADOR DE DICTADORES
Manuel Malaver
La Razón /
Santos: domesticador de dictadores
11 Marzo, 2012
Viajó el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, unas horas a La Habana el miércoles pasado, pero no se piense que para enterarse de prima voce de la salud de su “nuevo mejor amigo” el presidente, Chávez,; tampoco para retratarse con el siempre convaleciente y siempre evanescente exhombre fuerte de Cuba, Fidel Castro; y mucho menos para firmar tratados de comercio y cooperación con el actual, Raúl Castro, sino para convencerlos de que desistieran de su amenaza de boicotear la “Cumbre de Las Américas” que se celebrará la próxima semana en Cartagena de Indias, Colombia, so pretexto de que una mayoría de países invitados no era partidaria de la presencia de Cuba en el evento.
Y lo logró, sorprendentemente lo logró, pues tanto los hermanos Castro, como Chávez, se comprometieron a dejar en libertad a sus países clientes del ALBA de asistir o no a la cumbre, y a solo emitir tímidos comunicados de protestas por el veto, extremando Chávez su obsecuencia con Santos que hasta llegó a prometerle que el mismo iría a la cumbre “si mis condiciones de salud lo permiten”.
En definitiva, que otro milagro de los tantos que ha logrado Santos en su ya larga carrera política, impensable antes de asumir la presidencia de Colombia en agosto del 2010, y que debe atribuirse, no solo a los cambios que se han producido en la región tan pronto la ola de restauración marxista que lideraron los “tres tristes tigres” que encontró en La Habana comenzó a desinflarse, sino también a las particulares dotes del presidente cachaco para encantar fieras ya armadas para atacarlo y destruirlo.
Juan Manuel Santos fue, en efecto, como ministro de la Defensa del gobierno de Álvaro Uribe, el principal responsable de la política para arrollar y tener al borde de la extinción a los movimientos guerrilleros de las FARC y el ELN (sostenidos y apoyados por los neomarxistas y neototalitarios de Chávez y los hermanos Castro), obligándolos por la fuerza, y no por ambiguas propuestas de paz, a estar prometiendo hoy la liberación de los 1500 secuestrados que aun tienen bajo su cautiverio, y el abandono del “secuestro extorsivo”.
Para lograrlo, Santos, no tuvo empacho en invadir territorio ecuatoriano para destruir las bases de operaciones de las FARC en ese país y dar cuenta de la vida de su jefe, el comandante, Raúl Reyes; de enviar comisiones y grupos de comando a capturar subversivos que operaban en Venezuela con la venia del gobierno de Chávez y de auspiciar, promover y ejecutar la extensión del “Plan Colombia” que permite la presencia de fuerzas del Ejército de Estados Unidos en instalaciones militares colombianas.
En otras palabras: que todo una política de movilidad militar rápida y vertiginosa, incontenible por presiones y amenazas de incendios mayores, que dejó sin aliento a enemigos internos y externos, desalojó a la subversión de las ciudades, pueblos, campos, carreteras y caminos y permitió que decenas de secuestrados regresarán a sus hogares.
Pero hay más, mucho más: ya en la presidencia por haber ganado las elecciones de junio del 2010, Santos asestó a las FARC golpes tan demoledores como la muerte de los comandantes, Víctor Julio Suárez Rojas, alias “El Mono Jojoy” y de Alfonso Cano (este último sucesor de Marulanda), a la par de destruir bases, campamentos, redes y grupos de apoyo que han logrado que sea el actual jefe de la guerrilla más vieja del continente, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, quien esté proponiendo un “Plan de Paz”.
Operaciones todas que no ha dudado en trasladar a los países vecinos con los cuales estuvo en una oportunidad al borde de la guerra justo por no contenerse ni limitarse en su ofensiva, con sus entonces archienemigos, Hugo Chávez de Venezuela y Rafael Correa de Ecuador, pero que ahora colaboran dócilmente para que Santos reciba vía extradiciones en cárceles y campamentos a enemigos de su gobierno “estén donde estén”,
La gran pregunta es: ¿cómo con semejante curriculum y habiendo sido proclamado por los grupos subversivos colombianos, los líderes del socialismo del siglo XXI y los náufragos de la retroizquierda de todos los continentes como la “bestia negra” a vencer, como el enemigo público No 1 de los pueblos del mundo y de la revolución mundial, Santos “es el nuevo mejor amigo” de Chávez, se sienta en la misma mesa con los dictadores de Cuba, Fidel y Raúl Castro, mantiene buenas relaciones con el arisco y excéntrico hombre fuerte de Ecuador, Rafael Correa, se lleva bien con un presidente que no se ha contenido en amenazarlo públicamente con la muerte como Daniel Ortega, y al que, el folklórico y etnocéntrico marxista de Bolivia, Evo Morales, no pierde ocasión de referirse en términos entusiastas y elogiosos?
Pues la clave parece ser, aparte de sus dotes para la diplomacia en tiempos de guerra, o de preguerra, haber interpretado correctamente el cambio de tendencias en la política regional que, al igual que en los años 60, pareció darle a la izquierda radical un envión que la empujaría a dominar territorios, regiones y países como jamás habían soñado Lenin, Stalin, Mao y Castro, para luego reducirse a una minúscula zona de influencia, seguramente impresionante por su extensión territorial, pero no por la cantidad de habitantes, ni su participación en la política y economía regional y mundial.
En otras palabras: que las eternas olas de flujo y reflujo, las primeras que parecen elevarse hasta los cielos, y las segundas que ya se mueven a ras del suelo y significan poco a la hora de preservar la estabilidad, marcha y progreso del continente.
En efecto, ya Chávez y sus tutores, los hermanos Castro, no sueñan con una América del Sur que es la nueva tierra prometida para la restauración del comunismo, que continuarán otros países desprendiéndose de la órbita del imperio para sumarse a la del ALBA ( la iniciativa con que tramaron sustituir a la COMECON, el Pacto de Varsovia y la Guerra Fría,) y, mucho menos, que experimentos desgarradores como los totalitarismos del siglo XX (de los cuales Cuba es uno de los últimos ejemplos) pueda ser opcionable en un mundo donde la libertad y la democracia son sinónimos de la revolución tecnológica que sacude las bases de la comunicación y la interactividad humanas.
En este contexto, creo que la habilidad de Santos consiste, no en ir al remate, en perseguir a los enemigos hasta los últimos escondrijos y negándoles el agua y la sal, sino ofreciéndoles una vía de escape, un modus vivendi en el que, puedan mantener sus proyectos nacionales si les place y sus pueblos los toleran, pero cerrándoles el paso a cualquier intromisión en los asuntos internos de otros países, y mucho menos, exportando y financiando un proyecto a todas luces anacrónico y retrógrado como el “socialismo del siglo XXI”.
En breve, que la salida ideal para que los “tres tristes tigres y sus cachorros” emprendan una honrosa y discreta retirada, pues los hermanos Castro ya no aspiran a otra cosa que a implementar en Cuba un “socialismo a lo chino” (que es también capitalismo salvaje puro y simple), Chávez a delegar el poder a quien pueda sucederlo sin traumas ni divisiones, pues sus problemas de salud lo despertaron de la fantasía de su presidencia vitalicia, y Ortega, Correa y Morales sobrevivir antes que los electores de Nicaragua, Ecuador y Bolivia entiendan que gobernar es algo más que un circo, jugar para todos los equipos, y estar lanzando bravatas que no pueden sostener ni por su fuerza, ni por sus liderazgos.
Entre tanto, Juan Manuel Santos, continuará su trabajo: tratando de reducir la nada a los enemigos de Colombia tanto dentro, como fuera de sus fronteras; luchando por que se convierta en una de las grandes potencias de la región y el continente en el siglo XXI; y siguiendo atentamente los consejos del hombre a quien más respeta en cuestiones de política internacional, y ha sido clave para que el desmontaje de la nueva conspiración contra la libertad y la democracia en América se haya deshecho sin traumas no conflictos: Barack Obama.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)