El 29 de junio el presidente Barack Obama postuló a Larry Palmer como nuevo embajador en Venezuela, en sustitución de Patrick Duddy. Venezuela no tuvo objeción sobre Palmer y le otorgó el Plácet. A Palmer sólo le faltaba la formalización del nombramiento por parte del Congreso de los Estados Unidos.
Como parte del proceso de confirmación de su nominación, Palmer se presentó el 27 de julio ante la Comisión de Relaciones del Senado de los EE.UU. y respondió a puertas cerradas un cuestionario.
El caso es que el nominado embajador Palmer, expresó contundentes declaraciones sobre el Gobierno de Venezuela y sus vínculos con Cuba, las relaciones de funcionarios gubernamentales con los narcoterroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la situación de las Fuerzas Armadas de Venezuela y la violación de los derechos humanos en Venezuela, en especial hizo referencia a los casos de la juez María Lourdes Afiuni y el dirigente democratacristiano Oswaldo Álvarez Paz.
Entre otras, Palmer afirmó que “mientras Cuba y Venezuela incrementan sus vínculos militares, me preocupa que aumente la influencia cubana en las fuerzas armadas venezolanas”. También aseveró que existen “reportes confiables de una creciente cooperación cubana-venezolana en las áreas de espionaje y en las fuerzas armadas”, y que en su opinión ello ha disminuido la moral de los soldados venezolanos.
Pero, la intervención resultó no ser tan privada, y las respuestas de Palmer según reporta la página web LaPrensa.hh de Honduras, habrían sido publicadas en el sitio de Internet del senador Richard Lugar, el republicano de mayor rango en la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
No están claras las razones por las cuales esta intervención se hizo pública.
Para algunos analistas, uno de los objetivos podría ser que Venezuela se quede sin Embajador de EE.UU. y que sólo sea representado por el encargado de negocios. En ese sentido apuntan las opiniones de algunos congresantes, de que un encargado de negocios sería más apropiado, debido a la manifiesta hostilidad de Hugo Chávez contra el Gobierno de los Estados Unidos.
Palmer ha recibido el apoyo del Departamento de Estado, cuyo representante Philip Crowley, durante su conferencia de prensa diaria indicó que las declaraciones de éste “transmiten nuestra mejor opinión sobre temas entre Estados Unidos y Venezuela”, y afirmó que “queremos ver confirmado al embajador Palmer.
Sin embargo, esta confirmación pareciera estar en pico de zamuro, dadas las declaraciones de la presidenta de la Asamblea Nacional, el ministro de la Defensa y más recientemente el propio presidente Chávez que manifestó la posibilidad de revocar el Plácet.
Lo que sí es una realidad, es que salga sapo o salga rana el enfriamiento de las relaciones entre ambos países dio un salto más allá de las descargas retóricas que abundan desde los tiempos del presidente George Bush. Un enfriamiento que no presagia nada bueno para nadie, en especial para Venezuela.
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