Un reportaje de El Mundo de España revela alguna de las cosas que la televisión no transmitió sobre la llegada y estadía del presidente Hugo Chávez en Santa Marta, Colombia, para la reunión con su homólogo neogranadino recién proclamado, Juan Manuel Santos.
Afirma la nota de Salud Hernández-Mora en El Mundo.es que entre las excentricidades del presidente bolivariano estarían la de organizar un recibimiento “espontáneo” por su comitiva -compuesta por más de cien personas y dos Mercedes blindados idénticos- además de revelar que jamás Chávez ingiere nada que antes no haya tomado su probador de comidas y que exige un cuadro de Bolívar en las habitaciones en las que se hospeda.
Salud Hernández-Mora
El Mundo
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Quien haya visto la llegada a Santa Marta de Hugo Chávez a través de la cadena Telesur, pensará que en Colombia Invamer Gallup manipula sus encuestas. Hace un par de semanas, la que revelaron sobre la popularidad de distintos líderes, señalaba que el mandatario venezolano es el personaje menos apreciado en la nación de las esmeraldas: el 92% lo rechaza.
“Multitud recibe al Jefe del Estado venezolano”, indicaba el titular que acompañaba a las imágenes donde el comandante aparecía saludando a unas decenas de vecinos en un punto de la carretera que conduce del aeropuerto a la Quinta San Pedro Alejandrino.
La caravana oficial se detuvo y un sonriente Chávez, ataviado con una chaqueta de la bandera venezolana, se bajaba para repartir besos y estrechar manos ante las cámaras de televisión que habían viajado con él en el Airbus presidencial desde Caracas.
Por eso los periodistas colombianos, que transmitían en directo su arribo al lugar donde el Libertador pasó sus últimos días, no comprendían la tardanza porque sólo debía demorar su trayecto ocho minutos y después de quince aún no aparecía. Más extraño resultaba el retraso ya que Juan Manuel Santos había tenido la deferencia de aguardarle a la entrada del recinto, soportando un clima atorrante.
La explicación del recibimiento popular, pese a que las medidas de seguridad en todo el recorrido eran asfixiantes, puede estar en un dato que conoció esta periodista en Quito hace años, en uno de los tantos encuentros de Jefes de Estado.
La avanzada del entonces Presidente colombiano, Andrés Pastrana, estaba compuesta por cinco personas mientras que la de Chávez rondaba el centenar. Indagando la razón de tamaña diferencia, una fuente de toda solvencia aclaró que además del cuerpo de seguridad, cada vez más numeroso, semejante al que rodeaba a Fidel Castro, había funcionarios encargados de organizarle un recibimiento “espontáneo” en algún momento de su gira. Lo hacían en todas partes del mundo siguiendo el modelo, contaron, de la Cuba castrista.
Y por si alguien tiene dudas de que ese fue el método empleado en Santa Marta, esta es una pancarta que exhibían, junto a alguna bandera venezolana, los habitantes de una de las barriadas donde Chávez se detuvo ayer: “Bienvenido Presidente Chávez. Los pueblos de Colombia te queremos mucho. Gracias por levantar los pueblos de América del Sur y revivir el sueño de Bolívar”.
En esta ocasión la habitual avanzada ya supera el centenar de personas puesto que, según informó la corresponsal de RCN Radio desde Caracas este martes, le acompañan en sus salidas al exterior hasta tres anillos de seguridad, dos de los cuales van por delante. Con ellos cargan dos Mercedes blindados, gemelos, de color negro para transportarle.
Entre la guardia pretoriana que cuida su integridad física, figura el probador de comidas, como tenía el fallecido dictador rumano, Nicolás Ceausescu. Jamás Chávez ingiere nada que antes no haya tomado su fiel empleado.
Un lugar casi sagrado
Un lugar casi sagrado
La Quinta San Pedro Alejandrino es un lugar casi sagrado para el antiguo coronel golpista. Por lo menos lleva veinticuatro años visitándolo con cierta frecuencia, recordaba esta mañana Zarita Abelló de Bonilla, que durante todo ese tiempo ha sido directora del recinto y que presume de mantener una estrecha amistad con el comandante.
Hace unos años, Chávez le preguntó de qué manera podía colaborar para mejorar la última morada de Bolívar, ya que era Presidente. Sugirió Abelló levantar un auditorio y andaban construyéndolo con dineros venezolanos cuando se rompieron las relaciones y los fondos los cortaron. La obra está sin acabar, en espera de que el nuevo espíritu conciliador permita el envío del resto de fondos.
Otra de las curiosidades en los desplazamientos del bolivariano es su exigencia de tener siempre en las habitaciones donde se hospeda un cuadro de Simón Bolívar. En Santa Cruz, Bolivia, se volvieron locos buscando la pintura, porque Chávez, en aquellas fechas, principios del presente siglo, solicitaba que fuera de cuerpo entero.
Esta es la cuarta vez que la Quinta donde murió Simón Bolívar el 17 de diciembre de 1830, es sede de una cumbre de Presidentes de los dos países vecinos, siendo Hugo Chávez Jefe de Estado. Ya se ha entrevistado con tres mandatarios.
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