Alfredo Toro Hardy, embajador de Venezuela en España, hace hoy un acertado análisis que tomamos de El Universal de Caracas (un periódico conservador, fuertemente crítico con el gobierno de Hugo Chávez).
Alfredo Toro Hardy // La crisis mundial
Los hemisferios Norte y Sur comienzan ya a observarse con fuerte recelo
La coincidencia entre el incremento de la liquidez monetaria y el declive en el precio de las materias primas, en la década de los ochenta, brindó un potente estímulo al despegue exponencial de una economía mundial asentada en bienes intangibles. Es decir, una economía de papel. Los noventa se caracterizaron por el vuelo desenfrenado de esa economía bursátil. Hoy, el mundo vive una de sus mayores crisis financieras, la más grave de los últimos años en Estados Unidos.
Más de una década de crisis financieras recurrentes está conduciendo a un fuerte desencanto con los bienes intangibles. El nuevo Dorado está constituido por las materias primas, las cuales suben aceleradamente de valor gracias al consumo chino. Como era de esperar, los inversores financieros se dirigen hacia ellas a partir de la opacidad y la voracidad especulativa características de su sector.
Desde luego, la convergencia entre reservas en descenso, inestabilidad política entre los productores, aumento acelerado de la demanda y cuellos de botella en la refinación, hacen del mundo del petróleo un escenario ideal para la especulación financiera. No en balde William Engdahl, del "Center for Research on Globalization", afirma que los precios del crudo en estos momentos no responden a ley de la oferta y la demanda, sino a la especulación financiera, la cual es responsable de hasta un 60% de los mismos.
El aumento de los precios del petróleo, de su lado, se ha transformado en un potente estímulo para el desarrollo de los agrocombustibles. Estos responden básicamente a razones ambientalistas, pero el impacto de los altos costos petroleros ha brindado una insospechada viabilidad a este sector. Según Lester Brown, presidente del "Earth Policy Institute", los granos que se requieren para llenar una sola vez con etanol a un tanque de 25 "galones", bastarían para alimentar a una persona a lo largo de todo un año. No en balde los cereales han aumentado su valor en casi un 100% en los últimos doce meses. De acuerdo a un informe aún no publicado del Banco Mundial, dado a conocer por el reputado diario británico The Guardian el pasado 3 de julio, hasta un 75% del precio de los alimentos puede ser achacado los agrocombustibles.
Desde luego, el precio de los alimentos responde también de manera directa a los altos costos del petróleo, en términos de fertilizantes y transporte. Los fertilizantes han subido 150% en los últimos cinco años. Sobre el costo de los alimentos influye igualmente, de manera inmediata, la especulación financiera.
La globalización se ha encargado de hacer que los diversos fenómenos económicos se entrecrucen y retroalimenten de manera inexorable. La mayor parte de las naciones del mundo confrontan recesión o amenaza de recesión más inflación.
En los países desarrollados ello propicia potentes y agresivas barreras frente a la inmigración. En los países en vías de desarrollo da lugar a revueltas e inestabilidad políticas en aumento. Hemisferios Norte y Sur comienzan ya a observarse con fuerte recelo. Se trata, ni más ni menos, de una crisis sistémica de grandes proporciones.
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