lunes, mayo 14, 2007

Megalomania...

Lunes 14 de Mayo de 2007 | Tal Cual/1TalCualFAMILIA QUE JALA UNIDA...

Teodoro Petkoff

Para ahorrarle al extremo-chavismo un ataque de histeria nos apresuramosa apuntar que en modo alguno estamos sugiriendo que Yo-El-Supremo sea lomismo que los dos monstruos que acompañan su imagen.Hitler y Stalin son dos especímenes fuera de serie en el Archivo Mundialde la Infamia.

Pero, es imposible no utilizar como referencia estasfotografías porque ellas aluden a un rasgo de sus regímenes, el delculto religioso al líder, que en aquellos casos alcanzó cotas realmentedelirantes, y que hoy puede ser observado con preocupación en eldesempeño del gobierno venezolano.Esta gigantografía de Chávez que hoy reproducimos cubre toda la fachadadel edificio del Seniat en Chacao.

Pero no es una excepción. Su faz nos asalta hoy por todas partes. Elpaís está lleno de vallas que lo muestran, siempre sonriente, besandoviejitas, cargando niños, abrazando gente. Carreteras, autopistas,calles y avenidas en ciudades y aldeas, edificios públicos, doquiera sedirija la mirada, está el Líder Máximo. ¿Pura jaladera de subalternos,deseosos de ganar indulgencias? No. Jaladera hay, por supuesto, perobastaría con que el Presidente prohibiera tales expresiones de adulanciapara que ellas no se produjeran.Si eso está allí es porque Chávez quiere.

Pero, ¿por qué lo quiere? ¿Narcisismo?¿Megalomanía? ¿Vanidad? Pueden ensayarse todas las explicacionespsicológicas, atinentes a la personalidad de Chávez y, a lo mejor, algode todo eso puede haber, pero, lo que tras la denuncia de los crímenes yhorrores del stalinismo fue denominado “culto a la personalidad”, es uninstrumento de poder, una herramienta de dominación.Puede ser que al hombre le encante que lo adulen y disfrute mirándose así mismo, pero también sabe que la masificación de la adulancia degraday envilece a los oficiantes del culto y los somete a su voluntad. Porsupuesto, hay el jalabolas voluntario, pero la mayoría jala obligada.Por miedo.

El jalabolas se anula a sí mismo.Obligado a humillarse, sus resortes morales se quiebran.De compañero de lucha, de partido o de cuartel, se transforma en siervo.Jamás le discutirá al Jefe.Porque la adulancia masificada es la otra cara del miedo. Por eso losautócratas y dictadores —con muy pocas excepciones— no sólo toleran sinoque estimulan la adulancia. Es parte de los mecanismos del poder.Hitler y Stalin lo sabían muy bien y, en este aspecto, han tenido variosdiscípulos entre autócratas y aspirantes a serlo. Sólo que eso haterminado siempre en estatuas derribadas.PD: Como cada vez que aludimos al Seniat recibimos,“coincidencialmente”, la visita de sus fiscales, queremos recordarlesque nos mudamos; para que no se pierdan en el camino.

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