sábado, marzo 26, 2011
Juan Manuel Santos: el político
Por Sinar Alvarado | 29 de Mayo, 2010
Jamás ha ganado un voto, pero ha sido ministro y funcionario de éxito en varias carteras. Heredero del enorme poder familiar, criado en el Country Club, educado en USA, hábil y calculador, el consentido de la élite bogotana está a un paso de conseguir la Presidencia de Colombia: el sueño de su vida, el mayor anhelo de su clan.
Aterriza el avión en Bogotá. Uno a uno, demacrados por el cautiverio, los hombres descienden por la escalerilla. Visten camuflados nuevos y saludan con alegría, pero llevan en sus rostros la cicatriz de la penuria. Los reciben cientos de reporteros y fotógrafos, una masa confusa de cámaras que registran el momento y lo transmiten a todo el globo.
El paroxismo llega cuando la señora, la única mujer del grupo, muy delgada, apoya las botas sobre la pista y abraza a Yolanda Pulecio, su madre. El clímax de la escena, sí, ocurre cuando Ingrid Betancourt, la ex candidata presidencial secuestrada, recupera su libertad gracias a ese rescate de película.
Detrás de las mujeres, callado, como un complacido director de teatro, todavía en la puerta de la nave, está parado el protagonista de esta historia, el artífice de la épica. Juan Manuel Santos lleva una camisa blanca impecable. Sonríe. Está feliz por las liberaciones. Celebra el “jaque” propinado a las FARC. Pero hay más: Juan Manuel Santos sonríe porque ha triunfado. Porque liberando a los cautivos ha dado un salto en su largo viaje hacia la Presidencia.
Eduardo Santos, tío abuelo del candidato, fue presidente de Colombia de 1938 a 1942. Sucedió en el cargo a Alfonso López Pumarejo, y éste, en su segundo mandato, lo sucedió a él. El hijo de López Pumarejo, Alfonso López Michelsen, también fue Presidente, de 1974 a 1978. Fue el último gran caudillo del Partido Liberal, y fue, también, el mentor político de Juan Manuel Santos.
Dicho de otro modo: Santos nació para ser presidente.
Se sabe que tiene 58 años y es el tercer hijo de Enrique Santos, el hombre que fue durante muchos años director general y dueño del diario El Tiempo, el de mayor influencia en el país. Se sabe que cumplió el servicio militar y que fue cadete por dos años. Que luego estudió economía en la Universidad de Kansas, donde se graduó entre los primeros de su promoción. Se sabe que hizo una maestría en Desarrollo Económico en London School of Economics y un MBA en Harvard. Y que a los 24 años, apoyado por uno de sus padrinos, el todopoderoso Arturo Gómez Jaramillo, fue nombrado delegado ante la Organización Mundial del Café.
Antes de dedicarse a la política, o en los recesos que ella le dejaba, Juan Manuel Santos, como todos los miembros de su clan, trabajó en El Tiempo. Su hermano Enrique, ahora presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, fue un reportero sagaz y un editor con olfato. Pero Juan Manuel, tan distinto, prefirió atrincherarse detrás de los influyentes editoriales que publicaba el periódico. Allí, además, fungía como una suerte de enlace entre la familia Santos y el poder político de turno.
El candidato es nieto de Enrique Santos Montejo, alias “Calibán”, uno de los más grandes columnistas colombianos (en ese país las páginas de opinión han llegado a tener verdaderos hinchas), y es primo hermano de Francisco Santos, actual vicepresidente de la República.
En los últimos años, Santos y Álvaro Uribe se convirtieron en una dupla eficaz, aunque dispar. Nunca dos tipos fueron tan distintos. Uribe es un provinciano, un tipo que disfruta hablar con la gente, que se detiene en los pueblos, que adora sus fincas y sabe montar a caballo. Santos es niño bien de la capital. Un miembro del jet set local, bien peinado y completamente desprovisto de esa magia que llaman carisma. Lo más cerca que ha estado de la Casa de Nariño (sede del gobierno y residencia del Jefe del Estado) fue en 1993, cuando logró acuerdos en el Congreso, fue votado por la mayoría y se convirtió en Designado a la Presidencia, una figura que luego fue reemplazada por la actual Vicepresidencia.
En el gobierno de César Gaviria (1990-1994), cuando se creó el Ministerio de Comercio Exterior, Santos fue el primero en ocupar la cartera. Desde allí impulsó y consiguió la entrada de Colombia a la Organización Mundial del Comercio. En el siguiente período le propuso a Ernesto Samper (1994-1998) que creara una zona de despeje donde podría negociarse la paz con las FARC. La idea no prosperó, pero Santos sostuvo reuniones con Carlos Castaño, entonces gran jefe paramilitar, y con representantes de la guerrilla, supuestamente para gestionar un armisticio. Estos encuentros fueron secretos, el presidente Samper acusó a Santos de conspirador y hasta allí.
En 2007 Salvatore Mancuso, otro comandante “para”, confirmó los encuentros de Santos con Castaño, y lo acusó de buscar un golpe contra el gobierno de Samper (en su administración hubo grandes escándalos por la entrada de dinero de la droga a la campaña presidencial; hubo una investigación llamada “Proceso 8000″, pero el Presidente no cayó). Santos no negó los hechos, admitió que quería a Samper fuera del poder, “pero no a través de un golpe de estado”.
Con Pastrana y con el propio Uribe, Santos ha tenido enfrentamientos que luego mutan en alianzas. A Pastrana lo criticó por sus errores en la implementación de la zona de despeje (heredó la idea de Samper), en San Vicente del Caguán, donde se iniciaron negociaciones con las FARC que pronto naufragaron. A pesar de esas críticas, luego fue su ministro de Hacienda, y algo de orden puso en una economía que alcanzó, antes de su gestión, inflación de dos dígitos. Además logró promover la Ley de pensiones y adelantó una importante reforma tributaria.
A Uribe, durante su primer mandato, le censuró el afán reeleccionista. Sin embargo, en 2005, cuando el Partido Liberal expulsó a una veintena de sus parlamentarios por apoyar este proyecto en el Parlamento, Santos estuvo entre los que fundaron el Partido de la U, que aglutinó a todos los aliados del uribismo. Desde entonces se convirtió en el líder del movimiento.
El estrellato de Santos, no obstante, llegó con el Ministerio de Defensa. Estamos ante un hombre con olfato, que reconoce las oportunidades, que sabe dónde puede sobresalir haciendo bien su trabajo. Y claro, cosechando dividendos políticos. Entre 2006 y 2009, Santos fue una especie de super ministro, dando duros golpes a la estructura de las FARC. Los más sonados fueron la muerte de Raúl Reyes en territorio ecuatoriano (Operación Fénix) y la Operación Jaque. Por esa incursión en Ecuador un juez de ese país solicitó a Interpol la captura de Santos y varios generales colombianos, pero el organismo desestimó la solicitud.
Estos logros, puntales en la Política de Seguridad Democrática, la gran apuesta de la administración de Uribe, fueron asistidos por servicios de inteligencia y financiamiento norteamericano. Este era un puesto problemático, pero que daba dividendos si había éxito. Al fin y al cabo, la popularidad de Uribe descansaba sobre sus éxitos en la lucha contra la insurgencia. Pero fueron éxitos ensombrecidos por los escándalos de los llamados “falsos positivos”.
En las Fuerzas Armadas se creó un sistema de incentivos y recompensas que premiaban a los oficiales cuando daban de baja a miembros de la guerrilla. Luego se descubrieron montajes donde aparecían como milicianos simples civiles inocentes. Se encontraron fosas comunes y hay denuncias de organizaciones de derechos humanos que hablan de mil y hasta dos mil desapariciones forzadas en estos operativos. Si Santos se ufana de sus éxitos como ministro de Defensa, se ha dicho durante esta campaña, también debería cargar con los crímenes que se cometieron durante su gestión.
Santos ha sido uno de los pocos civiles que ha tenido poder real sobre los generales. Aún se reconoce su liderazgo en el Ministerio de Defensa. Ha publicado un par de libros: “La tercera vía: una opción para Colombia”. Y “Jaque al terror: los años horribles de las FARC”.
Siempre alerta ante las oportunidades, nunca precipitándose, Santos esperó hasta el último momento antes de anunciar su aspiración presidencial. La Corte Constitucional entró a decidir si procedía o no el referendo que buscaba promover la segunda reelección de Uribe. Cuando por fin dijeron que no, automáticamente Santos arrancó su campaña.
Seguro de sí mismo, egocéntrico y distante, sabe elegir colaboradores capaces y delegar en ellos las tareas. Es un tecnócrata y un pragmático de centro derecha. Apoyó el golpe de Carmona Estanga y viene de ahí, y de sus frases imprudentes, la enemistad con Chávez. Es cierto que no ha ganado un solo voto en toda su carrera política. Pero también es cierto que ha tenido grandes éxitos en los retos que se ha planteado. Se dice que es un negociador de acuerdos, un especialista de la política entre bastidores.
Santos no es Uribe, que se siente un predestinado y de niño ya hablaba del poder. Pero sí es, desde siempre, una especie de criatura oficial. Un tipo capaz, pero también favorecido por las circunstancias, que siempre ha salido airoso en sus misiones. Santos, nadie lo duda, siempre ha anhelado un puesto en la Casa de Nariño. Y esta puede ser su apuesta definitiva. La última.
NUEVE COMENTARIOS
1) En esa especie de Vaticano que es Colombia, por años regida por los mismos grupos de “cardenales” de una iglesia que da apenas limosnas a los miserables, estos “Santos” son sie3mpre poder y de la devoción de la mayoría cardenalicia. No obstante algunos de ellos se han modernizado en cuanto a gerencia refiere y han desarrollado métodos menos crueles que las cruzadas en cuanto a combatir “herjes” refiere y habilidades para hacer que sus huestes opositoras y guerreras asi como los miserables se alejaron de Roma y otras capitales de imperios, logrando hoy que se vayan a los otros lados (Venezuela, Ecuador, España, USA). De pronto, tal como pasa con el papado, puede surgir un Papa de transición (Vgr.Juan XXIII), que podría ser de una extraña ascendencia, no familiar de los tradicionales cardenales, a quien hasta llegarían a llamar “Santanas” el enemigo de los Santos y que ojalá no muera tan rápido como les ha sucedido en la historia a tales tipos de Papas
2) El oraculo de internet dice que gana Mockus http://urlcorta.es/248l por amplia mayoria
tatiana blanco
3) Bueno el juego politico es muy cruel, pero aun no he leido el articulo de Antanas Mockus, para poder comparar mejor a ambos candidatos, aun asi, si fuese colombiana, seguro que apostaria por Santos, porque estoy convencida que con el se sabria por donde irian los tiros en su gestion presidencial, y en este articulo sus antecedentes asi me lo afirman. Anoche vi el ultimo debate politico de Caracol, y parece que el resto de los candidatos estan algo parejo y a veces poco profundo, reconociendo las limitaciones del tiempo televisivo,pero lo que mas llamo la atencion que mas parecia un todo contra Santos, exceptuando a veces a Noemi Sanin, que traaba de medio ajustar el ataque, pero el menos contundente fue Mockus y a veces hasta poco informado, cuando Santos le actualizo sobre las organizacion de las dependencias oficiales y entonces.
4) Cuidado con esos fenomenos electorales que se manejan como mercancias politicas y debemos recordar a Chavez en Venezuela, no le tengamos miedo a la gestion presidencial en ¨manos de un OLIGARCA EMPRESARIAL DE EXITOS PROFESIONALES, veamos el caso de Chile y Panama y comparemos resultados de gestion positiva y negativa, Chile con el tremendo sacundon ya esta organizando la reconstruccion y aqui en Venezuela veamos la Guiara desde 1999, veamos resultados.
5) Bueno, el curriculum del señor Santos es bastante interesante, y siendo un líder nato de cuna no dudo que haga una buena gestión. Uribe ha hecho muy buen papel como presidente, resguardando los derechos soberanos de los colombianos, lo importante es que el siguiente que toque ese trono no se convierta en un Chávez más, ya con el que tenemos en Venezuela es suficiente como para soportar otro de tal similitud. Ambos curriculums tanto el del señor Santos como el del señor Mockus, son bastante buenos, esperemos que nuestros hermanos Colombianos acierten en elegir al que hará mejor ese papel dentro de su tierra. De corazón les deseo lo mejor y que la LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS, sean siempre LO PRIMERO y que trabajen por el bienestar social de la gente, por la gente y para la gente Colombiana. Y que aunque suene utopia, logren disipar la corrupción que tanto aqueja no solo a Colombia sino también al resto del mundo.
Saludos y mis respetos sinceros.
6) Señor PRESIDENTE MANUEL SANTOS, en mi vida solo 1 vez he votado, nuevamente lo volvere a hacer, de hecho si hubiese habido reeleccion esta habria sido por el SR, URIBE, pero se que usted despues de el es la persona idonea para lidirar el orden de esta inmensa casa, solo queria con el mayor de los respetos merecidos por supuesto que en su politica de seguridad laboral mirara un poco hacia las personas que como yo poseemos una profesion nos hemos independizado podemos generar empleo si tuviesemos algun apoyo economico pero por el hecho de ser microempresarios los bancos y entidades que poseen las posibles ayudas para hacer de nuestras actividades algo mas facil,llevadero,y facilitador de oportunidades que se le pueden brindar a algunos como ayudantes, secretarios(as), en fin dar algo de empleo, pero no ya que el capital en mi caso por ejemplo ya lo tengo todo invertido y como le comento los bancos y demas nos ponen cualquier cantidad de trabas para solicitar algun prestamo y asi poder capitalizarnos, creo mucho en mi profesion de ella vivo y vive mi familia pero podria apoyar a otros si tuviera una mano amiga, me disculpa por favor y espero y estoy seguro que con usted este pais seguira este buen rumbo que deja el presidente Uribe. gracias y adelante presidente
7) Excelente perfil para conocer en pocos minutos quién es este personaje.
8) Pintas al personaje en sus aristas más sobresalientes. Gracias por este perfil didáctico, pero nada complaciente.
9) bueno para enfrentar al hijo del pueblole este que dice ser el impresentable, jamás pensé apoyar a alguien de tal prosapia pero ellos lo lograron, hacernos girar a muchos de izquierda moderada y de centro hacia la derecha, a él le le deben agardecer el retorno d ela derecha al continente sudamericano Santos es consecuencia de los actos y la verborrea del mozo de acá.
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