Hugo Chávez |
Hay una tendencia de olvidar todo lo malo que pasa, porque la mente es frágil; porque en los más mínimos pasajes de nuestra vida social el recuerdo es traicionero, y es ello lo que no nos permite refugiarnos en un campo de reclamos, en una justa razón que nos dé , una vez por todas, la paz. Campos mentales bobalicones, como la del orador de boina roja, retroceden aún más el afán de salir de aquel hoyo descabellado llamado pobreza.
Como aquel pagano de la libertad, que sin la mesura de la historia, solo hace añicos la verdad. Una verdad que se mancha con el oro negro, con la indiferencia de un onomatopéyico dictador, con el fuego social del inquisidor… Chávez resulta varias formas: la del mentiroso, la del demagógico, el callejero, el socialista del baseball , al que nadie lo puede callar, ni el mismo rey español.
Pero esta figura tan recalcitrante y tan poco venerada por la fauna internacional, es sin duda una de las primeras reliquias que se estudiarán en el futuro marco social. Y no la pasarán bien aquellos muchachos que empiecen a preguntarse sobre quién fue Hugo Chávez, con lo que puedo decir pitonisamente que será el gran ejemplo de lo que es un socialismo absurdo y mentiroso.
La aventura de Hugo empieza formalmente en 1992, en aquel fallido golpe de estado que diera junto a Francisco Arias Cárdenas. Dejan un saldo de 50 muertos y 100 heridos. Cosa que pasa desapercibido en el tiempo, y solamente es una cifra anecdótica. Hagamos de cuenta que estamos contando algunos jobos podridos que los tiraremos luego. Después se viene una tira de mentirillas más, algunas con un alto calibre, claro. Y en aquellas trolas se me viene a la mente una en particular que en 1998 pusiera a todos ante un muy florido, delgado y entusiasta Chávez. Lleno de rigor, sin hambre de poder vitalicio, con una mirada populachera, Hugo es entrevistado por Univisión. Les transcribo tres preguntas fundamentales que le hicieron ese día:
¿Usted está dispuesto a entregar después de cinco años?
Claro que estoy dispuesto a entregarlo. No solamente después de cinco años; yo he dicho incluso antes, porque nosotros vamos a proponer una reforma constitucional, una transformación del sistema político, para tener una democracia verdadera, mucho más auténtica. Si, por ejemplo, yo a los dos años resulta que soy un fiasco, un fracaso o cometí un delito, un hecho de corrupción o algo que justifique mi salida del poder antes de los cinco años, yo estaría dispuesto a hacerlo.
Chávez lleva 10 años postrado en el poder. Y no está dispuesto a renunciar, tal y como lo dijera en muchas veces.
¿Nacionalizaría algún medio de comunicación?
No… Basta con el medio de comunicación que tiene el Estado hoy. El Estado tiene un canal 8 venezolana de televisión. Hay que repotenciarlo, ponerlo a trabajar en función de la educación nacional, de los valores nacionales…Los demás canales, yo tengo las mejores relaciones con ellos. Deben seguir siendo privados. Más bien, estamos interesados en que se amplíen, se profundicen…
Chávez ha cerrado 32 emisoras de radio y 2 canales de televisión. Digamos que todo andaba muy guardadito.
¿Para usted, Cuba es una dictadura o no es una dictadura?
Sí , es una dictadura.
Hugo tiene una larga y apretada amistad con Fidel Castro. Hay una hermandad que no solo se ve reflejado en sus temas políticos sino también personales. O sea, la mentira que quizás se han olvidado algunos descreídos.
Y bien, no podría abandonar este espacio al referir aún más de lo que representa Hugo Chávez Frías en la latitud política. No podría dejar el tintero sin antes referirme a la descomunal bestia que se engalana en estos espacios ambiciosos y donde casi todo apesta.
Una marcada vida de mentiras y sables manchados de corrupción. Un patio demasiado sucio, donde el ego es el mejor partido, donde la astucia es un don de la deidad. Estas son las mentiras de Chávez. Mentir quizá fue el único deporte que puede practicar ahora, porque creo que en el baseball ha fracasado.
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