jueves, febrero 21, 2008

Crisis en PDVSA : el asunto de Exxon Mobil

CRISIS EN PDVSA, SE ACERCA LA HORA DE LA VERDAD
Por el Ing. Petrolero Horacio Medina

Ciertamente la noticia más impactante de la pasada semana la constituyó el aseguramiento que ha logrado Exxon-Mobil sobre activos Petróleos de Venezuela. S.A. (PDVSA), por un monto de 12 mil millones de dólares Indudablemente que una medida de esta magnitud tendrá una trascendencia y un impacto aun no evaluado en su justa dimensión.

En lo personal, no podemos sentirnos satisfechos, ni mucho menos agradados por esta noticia, al contrario sabemos la gran repercusión negativa que esta decisión tendrá para el patrimonio nacional y, por ende, en el futuro de todos los venezolanos. Todo esto, como consecuencia del manejo prepotente, soberbio, torpe y negligente con que fue abordado el caso de la compra de acciones en la Faja del Orinoco.

Considero, en principio, necesario recordar que estas cuatro Asociaciones de la Faja se constituyeron dentro del “Programa de Apertura Petrolera”, adelantado por PDVSA durante la década de los noventa que incluía, los Convenios Operativos y los Convenios de Exploración a Riesgo bajo el Esquema de Ganancias Compartidas.

En aquellos momentos los bloques asignados para las Asociaciones no tenían producción, y las limitadas áreas de la Faja que estaban en producción, enfrentaban dificultades operacionales para poder mejorar la productividad por pozo que, en los mejores casos, alcanzaban los 400 barriles por día, luego de ciclos combinados de inyección de vapor. En consecuencia, los proyectos de explotación de Faja no eran viables económicamente, en particular con los niveles de precios bajos del petróleo que estaban presentes.

Ante esta situación, y dadas las limitadas posibilidades de invertir, el Ejecutivo Nacional propuso algunas excepciones y consideraciones especiales de carácter temporal, dentro del Marco Legal vigente relacionados con Regalías, Impuesto Sobre la Renta y Depreciación, con la manifiesta intención de incentivar el desarrollo de estos proyectos considerados como vitales para el crecimiento de la producción de crudos de Venezuela. En esta dirección PDVSA, adelantó las negociaciones pertinentes y en función de su limitada capacidad de inversión, se reservó el 38%, en promedio, de la cuatro Asociaciones:

1) Cerro Negro, (PDVSA 41,7%; Exxon-Mobil 41,7%; BP 16,7%)
2) Petrozuata, (PDVSA 49,9%; ConocoPhillips 50,1%)
3) Sincrudos de Oriente, Sincor (PDVSA38%, Total 47%; Statoil 15%)
4) Ameriven (PDVSA 30,0%; Conoco-Phillips 40%, Chevron 30%).

Luego de haber obtenido la aprobación del Congreso Nacional, las Asociaciones comenzaron sus operaciones a partir de 1998, perforando pozos, construyendo facilidades de producción, infraestructura de mejoramiento, almacenaje e instalaciones portuarias. La empresas invirtieron en lapso 1998-2006, unos 17 mil millones de dólares, lo cual permitió llevar la producción desde cero (0) barriles hasta seiscientos (600) mil barriles por día de crudo mejorado de 32, 23 y 16 grados API, partiendo de crudo extrapesado de la Faja 8 a 10 grados API. Vale la pena agregar que los pozos mejoraron su productividad hasta alcanzar los 2.000 barriles por día, sin inyección de vapor, luego de implantar innovadoras tecnologías y mejores prácticas operacionales. Sin duda, 8 años de arduo trabajo, importantes innovaciones técnicas y grandes inversiones de capital.

Ya a finales del año 2006, PDVSA manifiesta su decisión de cambiar la distribución accionaría en la Asociaciones de la Faja y propiciar su migración a Empresas Mixtas, previos cambios de condiciones relacionadas con el pago de Regalías e ISLR. Ciertamente, decisiones que no solo constituían un derecho de PDVSA, sino un deber constitucional. Las condiciones originales que dieron lugar a las excepciones habían cambiado radicalmente, lo cual sugería, sin lugar a dudas, un espacio de renegociación, a lo cual ninguna empresa podría negarse desde los ámbitos de negocios y comercial. Por otro, lado, la nueva Ley de Hidrocarburos hacia mandataria la mayoría accionaría de PDVSA en todos los negocios aguas abajo, exploración y producción.

Habida cuenta de esto, lo que se imponía era, en primer término, un acuerdo para regular las ganancias excedentarias como consecuencia de los altísimos precios mantenidos en el tiempo y no considerados originalmente y, en segundo termino, negociar la adquisición, en promedio de, un mínimo un 13% de acciones, para llevar a PDVSA a tener al menos el 51% en las Asociaciones. Esto habría bastado para cumplir con lo requerido en la Ley de Hidrocarburos.

Para ello, habría dos puntos primordiales a discutir, relacionados con mantener el “Equilibrio Económico Original del Contrato de Asociación”. El primero, asociado al volumen de reservas que las empresas estaban supuestas a producir en el horizonte del convenio y con la participación accionaría original y en segundo término, algo no menos importante como la comercialización del crudo mejorado producido por la Asociación y las patentes tecnológicas de producción y mejoramiento de crudo.

Sin embargo, dentro de esta negociación imperó la concepción ideológica y el sesgo político, la soberbia y la prepotencia, el supino conocimiento que en materia de negociación exhiben los Directivos de PDVSA, encabezados por el Ministro de Energía y Petróleo y también Presidente de la Empresa, la negligente actuación de la Consultaría Jurídica y la Gerencia de Auditoria de PDVSA, la ausente participación del procurador General de la República, todos ellos imbuidos de la sensación de impunidad que impera en el territorio de Venezuela.

No estamos ni estaremos nunca defendiendo a Exxon-Mobil (además no lo necesitan), pero si estamos y estaremos clamando por justicia para los responsables de este y otros reclamos que le costaran al país miles de millones de dólares. No estamos ni estaremos atentando contra el patrimonio nacional, por lo contrario estamos decididamente actuando en su defensa y en tratar de evitar la destrucción total de una empresa, en la cual pasamos 23 años colaborando en su construcción.

Hugo Rafael Chávez Frías, Alí Rodríguez Araque, Rafael Ramírez, la Junta Directiva de PDVSA y todos los altos funcionarios que por omisión o actuación han contribuido a destruir el patrimonio nacional destruyendo o permitiendo la destrucción de PDVSA, deberán enfrentar a la justicia cuando el Estado de Derecho regrese a Venezuela.

Por los momentos, lo único sensato seria sentarse en una mesa de negociaciones con Exxon-Mobil, para evitar a mediano plazo la debacle. Vale aclarar que Exxon-Mobil activò dos demandas internacionales contra PDVSA por la decisión unilateral, arbitraria que tomaron con relación a la adquisición accionaría del Proyecto Cerro Negro. La primera cursa por violación a los derechos de Exxon-Mobil como inversionista extranjero, en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas e Inversiones (CIADI) y la segunda es una demanda arbitral que cursa ante la Cámara de Comercio internacional (CCI), con sede en Nueva York y se basa en la violación al Convenio de Asociación Estratégica.

Es precisamente aquí y (CIADI) y la segunda es una demanda arbitral que cursa ante la Cámara de Comercio internacional (CCI), con sede en Nueva York y se basa en la violación al Convenio de Asociación Estratégica. Es precisamente aquí y haciendo uso de la figura “in aid of arbitration” que Exxon-Mobil solicitó a los tribunales de Nueva York y Londres que se dictaran medidas cautelares sobre los bienes de PDVSA para garantizar la indemnización a final del juicio. Exxon-Mobil logrò “congelar” la cantidad de 315 MM$ (para el ministro Ramírez, “sòlo son unos 315 millones de dólares”) que PDVSA mantiene en un Banco de Nueva York, la medida será ratificada o no en una audiencia a realizarse el 13 de febrero.

En Londres la medida fue de mayor alcance, la Alta Corte de Justicia, emitió una orden de congelación que prohíbe a PDVSA “remover de Inglaterra y Gales cualquiera de sus activos que allí estén hasta por 12 mil millones de dólares. Esta medida incluye todos los activos de PDVSA, propios o conjuntos. La audiencia de ratificación o no, en este caso será el 22 de febrero.

Medidas que por ahora son temporales, pero que indudablemente muestran una disposición a actuar acorde a Leyes Internacionales y que, llegado el momento podrían ocasionar un daño patrimonial, comercial y moral, prácticamente irrecuperable para el país.

En mi opinión, el país debe unirse, pero en torno a detener esta locura, esta demostración, casi a diario, de lo que significa el poder de destrucción. Desde el Gobierno se esta destruyendo al país, se esta hipotecando el futuro de todos los venezolanos al destruir PDVSA. Ya a la exploración inexistente o fracasada; a la producción en franca declinación; al parque refinador deteriorado e ineficiente; a la producción deficitaria de gas; a los oscuros negociados de la comercialización; a los continuos convenios que se firman para favorecer países extranjeros en detrimento del patrimonio y la soberanía nacional; a la corrupción y la anarquía que campean dentro de PDVSA y el país, debemos sumarle la pérdida de activos para pagar los errores de negociación y las torpes decisiones gerenciales.

Por este camino, muy pronto el “slogan” de PDVSA podría ser “ahora PDVSA es de los acreedores transnacionales”. Y los responsables no serán, precisamente, las transnacionales que están defendiendo sus intereses. Los responsables están en el Alto Gobierno y en las cúpulas ineptas y negligentes que dirigen a PDVSA.

En resumen

Medidas que por ahora son temporales, pero que indudablemente muestran una disposición a actuar acorde a Leyes Internacionales y que, llegado el momento podrían ocasionar un daño patrimonial, comercial y moral, prácticamente irrecuperable para el país.

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