Un triunfo mayor de lo que parece
Por Andrés Oppenheimer
MIAMI.- La victoria de la oposición venezolana en el referéndum promovido por el presidente Hugo Chávez para reformar la Constitución y crear un Estado totalitario "socialista" al estilo cubano fue mucho más significativa -y geográficamente podría tener mayor alcance- de lo que podría indicar el margen oficial del 50,7 al 49,3 por ciento.
Es cierto que Chávez se mantiene firmemente en el poder y que su gobierno no se ve amenazado en el corto plazo. Pero el triunfo opositor cambió el panorama político de la noche a la mañana y hará que les resulte más difícil a los líderes de Bolivia, Ecuador y Nicaragua -respaldados por Chávez- cambiar las leyes de sus respectivos países para poder convertirse en presidentes vitalicios.
Entre los motivos por los que el triunfo opositor es más significativo de lo que parece figuran:
En primer lugar, la victoria de la oposición podría ser por un margen más amplio que el anunciado oficialmente. Mientras las autoridades electorales venezolanas anunciaron la derrota de la reforma por una diferencia del 1,4% con casi el 90% de los votos escrutados, Ojo Electoral, el organismo independiente que supervisó el proceso electoral con el aval del gobierno venezolano, señaló que la oposición ganó por un margen del 3,8%.
"No sabemos si en nuestro conteo rápido dejamos sin escrutar algunos votos de zonas rurales y pueblos de menos de 10.000 habitantes, donde Chávez generalmente gana, o si hubo un acuerdo entre la oposición y el gobierno por el cual las autoridades electorales anunciaron los resultados, calificándolos de «irreversibles», pero por una diferencia menor", me dijo por teléfono Pedro Nikken, el funcionario de Ojo Electoral.
En segundo término, la derrota de la reforma, que habría creado un "Estado socialista" legitimado constitucionalmente y le habría dado a Chávez poderes para ser reelegido indefinidamente, se produjo a pesar de la abstención de aproximadamente el 44% del padrón.
Los encuestadores expresaron ayer que la abstención se registró en gran parte en los barrios pobres chavistas, donde la gente se resistió a votar por un régimen al estilo cubano, así como en los distritos antichavistas, donde la gente fue intimidada para no ir a votar o pensó que sería una pérdida de tiempo porque de todas maneras el gobierno manipularía los resultados.
Ahora que la oposición triunfó, muchos de esos votantes antichavistas que se quedaron en casa posiblemente voten en las próximas elecciones. Esto da a la oposición un espacio significativo para crecer y debilita la estrategia de Chávez de ganar las elecciones por medio de la combinación de intimidación gubernamental y masiva distribución de recursos para obtener votos.
En tercer lugar, el resultado fue un duro golpe para la autopromovida aura de invencibilidad de Chávez. El presidente había ganado cada una de las cinco elecciones nacionales anteriores, lo que había llevado a muchos a creer que era imbatible, por lo menos mientras siguiera disfrutando de la bonanza petrolera.
En cuarto lugar, el resultado del referéndum marcó el surgimiento de una nueva oposición en Venezuela. En vez de estar liderada por partidos políticos tradicionales -desacreditados por una larga historia de corrupción-, tuvo al frente nuevos protagonistas, como el movimiento estudiantil que ganó la calle para protestar contra el cierre de la cadena de televisión RCTV y el ex ministro de Defensa de Chávez, el general Raúl Isaías Baduel, que en vísperas del referéndum se pronunció en contra de la reforma.
Quinto, el resultado del referéndum venezolano alentará a las fuerzas opositoras en Bolivia, Ecuador y Nicaragua y las convencerá de que pueden neutralizar los esfuerzos de sus respectivos presidentes de reformar las leyes y crear regímenes de izquierda gobernados por aspirantes a presidente vitalicios.
"En Venezuela, el mensaje de mucha gente que normalmente vota por Chávez fue: todavía te amamos, pero no nos gusta la manera en que estás pensando", comentó desde Caracas Ana Julia Jatar, del Centro Carr para la Política de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard.
Lo mismo podría suceder en otros lugares. Si la oposición ganó en Venezuela, donde Chávez nada en petrodólares, cuenta con una popularidad del 60% y controla el Congreso, la Corte Suprema y gran parte de los medios, no hay motivos para pensar que eso no podría ocurrir en países como Bolivia, donde los líderes están embarcados en iniciativas semejantes para aferrarse al poder, pero sin el respaldo financiero ni político que tiene Chávez.
En suma, el triunfo opositor no firma el acta de defunción de Chávez ni le impide volver pronto con un nuevo proyecto para convertir a Venezuela en una dictadura al estilo cubano, pero es un serio revés para el líder narcisista-leninista de Venezuela y podría tener impacto en todos sus aliados de la región.
Fuente:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario