sábado, diciembre 01, 2007

La triste y dramática carta de Ingrid Betancourt

BOGOTA (Reuters) - Parte de la prueba de vida de la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt, una carta que escribió en la selva y que fue publicada el sábado, es un conmovedor mensaje en el que relata la tragedia de su secuestro y confiesa que está desfalleciendo lentamente.

"Durante muchos años he pensado que mientras esté viva, mientras siga respirando, tengo que seguir albergando la esperanza," dice Betancourt en la carta que es parte de unas pruebas de supervivencia que fueron confiscadas por el Ejército colombiano a la guerrilla.

"Ya no tengo las mismas fuerzas, ya me cuesta mucho trabajo seguir creyendo, pero quería que sientan que lo que han hecho por nosotros marca la diferencia," agregó la política franco-colombiana, próxima a cumplir 46 años.

Betancourt fue secuestrada en febrero del 2002 por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y es parte de un grupo de 49 rehenes que la guerrilla busca intercambiar por unos 500 rebeldes encarcelados.

Además de la carta, el Ejército colombiano confiscó cinco videos en los que aparecen 16 de los rehenes.

Pero la imagen demacrada de la ex candidata presidencial sentada en medio de la jungla en una rústica silla de madera, con las manos juntas sobre las piernas, el cabello largo por delante y su mirada hacia el piso, se convirtió en un símbolo del drama del secuestro.

"Estoy mal físicamente. No he vuelto a comer, el apetito se me bloqueó, el pelo se me cae en grandes cantidades," relata Betancourt en su carta dirigida a su madre Yolanda Pulecio y publicada parcialmente por la prensa colombiana.

"No tengo ganas de nada porque aquí en esta selva la única respuesta a todo es 'no'. Es mejor, entonces, no querer nada para quedar libre al menos de deseos. Hace 3 años estoy pidiendo un diccionario enciclopédico para leer algo, aprender algo, mantener la curiosidad intelectual viva. Sigo esperando que al menos por compasión me faciliten uno, pero es mejor no pensar en eso," expresó.

LA VIDA NO ES VIDA

La ex candidata presidencial, que se hizo popular por su lucha contra la corrupción desde el Congreso y por repartir en las calles durante sus campañas políticas preservativos y píldoras de viagra, dice que en la selva todo es un milagro, mientras que pide a sus hijos que le envíen por la radio tres mensajes semanales.

"Como te decía, la vida aquí no es vida, es un desperdicio lúgubre de tiempo. Vivo o sobrevivo en una hamaca tendida entre dos palos, cubierta con un mosquitero y con una carpa encima, que oficia de techo, con lo cual puedo pensar que tengo una casa," narra la política en su carta.

"Aquí nada es propio, nada dura, la incertidumbre y la precariedad son la única constante. En cualquier momento dan la orden de empacar y duerme uno en cualquier hueco, tendido en cualquier sitio, como cualquier animal," dice Betancourt, madre de dos hijos adolescentes a los que se refiere en el mensaje.

La rehén narra sus actividades en el cautiverio, sus caminatas en la selva con su pesado equipo personal en la espalda, sus ejercicios matinales para aliviar la tensión y el dolor en el cuello.

Denuncia que la guerrilla la despojó de objetos personales como un pantalón, una carta de su madre y unos dibujos que le habían enviado sus sobrinos.

"Cada día me queda menos de mi misma," dice la ex candidata presidencial al asegurar que su madre, sus hijos, su hermana y sus familiares cercanos son su vida y el oxígeno que mantienen su cabeza fuera del agua y que no la dejan ahogarse en "el olvido, la nada y la desesperanza."

"Todos los días estoy en comunicación con Dios, Jesús, y la Virgen (...) aquí todo tiene dos caras, la alegría viene y luego el dolor. La felicidad es triste. El amor alivia y abre nuevas heridas (...) es vivir y morir de nuevo," sostiene en su conmovedor mensaje.

(Reporte de Luis Jaime Acosta; Editado por Marion Giraldo)

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