jueves, septiembre 13, 2012

Unas palabra de Venezuela para Capriles




Mi querido Capriles, no recuerdo Nación del mundo que haya vivido un infatigable peregrinaje político por 200 de sus pueblos. Aquí sí, y he visto a los venezolanos volverse multitud en mis calles, abatir al miedo, para oírte, para verte, para tocarte, besarte, para rendir apasionadamente su admiración a quien ha sabido ganarla a fuerza de virtudes verdaderas. 

No hay ciudad ni pueblo míos que hayan esacapado al inevitable tumulto por la conmoción fervorososa que les genera tu mera sencilla presencia. Y me fascino al mirar los rostros atentos de mis campesinos, de mis pescadores y de mis llaneros, entendiéndo lo profundo explicado por ti con prodigiosa sencillez.

Hijo, me has devuelto la sonrisa y la esperanza que sentía casi perdidas. Ahora puedo secar mis espesas lágrimas de dolor y enseñar mi rostro de orgullo por un hijo singular que me devolverà muy pronto, junto a una enorme e incontenible multitud de venezolanos, el lugar que nunca debí perder. 

Si por tantos años lloré mis tristezas, hoy comienzo a llorar mis inmensas alegrías.
Tu madre Querida Venezuela


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