domingo, enero 02, 2011

Vamos a buscar este libro




Un libro para regalar(se)  Alfredo Rangel

Para Brown, debido a la esperanza de vida de la población, ahora la pubertad empieza a los 40 y la vida a los 70.
El cantante español Joaquín Sabina, a quien considero uno de mis filósofos de cabecera, dijo alguna vez que, bien visto, todos los libros son de autoayuda…excepto los de autoayuda. Pues bien, he encontrado una excepción a esta excepción. Se trata de un libro políticamente incorrecto sobre la edad madura, apto solamente para dos tipos de personas: las que tengan más de cincuenta años y las que aspiren a llegar a tenerlos.


Creo que es un buen regalo para uno mismo y para los amigotes que todos tenemos. Útil, además, para esta pausa navideña y de fin y comienzo de año. Para leer entre aguacero y aguacero, mientras llueve o cuando al fin escampe. Su autor, David Brown, un famoso productor de cine, advierte que es solo para hombres y mujeres independientes. Su título no da lugar a equívocos: Envejezca con desvergüenza. El resto de su vida es lo mejor de su vida (Panamericana Editorial).

No se trata de ninguna investigación profunda donde se apretujen cuadros y análisis estadísticos, sino de una recopilación de vivencias y sugerencias para no envejecer jamás. Tal cual. Brown, que a los 70 años estaba más ocupado y era más productivo que a los 35, dice que el libro les ha cambiado la vida a todo tipo de lectores, que Warren Beatty, aún joven, lo declaró una "biblia"; que Víctor Potamkin, magnate de la industria automotriz, compró miles de ejemplares para regalárselos a sus amigos; que a mucha gente le ha ayudado a manejar la depresión y el agotamiento que vienen con los años. 



Y la verdad es que, aun cuando no se compartan todas y cada una de sus apreciaciones, es un libro optimista y vitalista, que reconcilia con la vida. Al fin y al cabo, como por estos días lo dijo bellamente Vargas Llosa, la razón de ser de la literatura es ayudar a vivir. Y, según Alain de Botton, este también fue el origen y ha sido el sentido de la filosofía. Porque, como dijo Epicuro, cualquier filosofía es vana "si no expulsan las dolencias del alma".

Para Brown, debido al aumento de la esperanza de vida de la población, ahora la pubertad empieza a los 40 y la vida a los 70. Buen dato para los que arriban a esta edad y también para los que aún tienen varias décadas para planificar un acceso a una edad madura productiva, saludable y feliz. Para ello habría que tener en cuenta sus provocadoras afirmaciones sobre el trabajo, el amor, el sexo, la amistad, la bebida, la memoria, la depresión y la muerte.

Enemigo absoluto de la jubilación y del no hacer nada como un estado deseable, Brown afirma que matarse trabajando es la única forma de vivir, que quien no trabaja está muerto o, peor, en el purgatorio del tedio. Los trabajos con estrés son la gran terapia. 



Y para señalar que uno es tan viejo como su comportamiento, retoma la inquietante pregunta de un célebre músico negro de jazz que a los 100 años aún tronaba: "Si usted no supiera cuántos años tiene,¿cuántos años tendría?". Para espantar mojigatos recomienda tener "una mujer en la vida, preferiblemente más de una", y argumenta por qué las mujeres (o los hombres, para las mujeres) son un bálsamo a cualquier edad, alabando los muy diversos y placenteros tipos de vínculos que con ellas (o ellos) se pueden establecer.

Sobre el matrimonio y el divorcio, léanlo ustedes mismos. Sobre la salud, aclarando que la mayoría de los médicos son buenos, pero que hay un grupo comprobadamente malo, anota lo peligroso que es ir al médico cuando uno está bien, porque de pronto encuentra algo que no existe. Sobre el dinero, que no trae la felicidad, pero calma los nervios y destierra ciertos demonios, aconseja vivir siempre un poco por debajo de nuestras capacidades económicas. 



Permítase estar deprimido y déjelo pasar. Libérese de su terapeuta, la dependencia es parte de la enfermedad. Deshágase de ciertos viejos amigos y consiga amigos jóvenes. Olvídese de las cosas que se pueden reemplazar y no espere que nadie cambie. Decir la verdad indiscriminadamente causa más dolor que las mentiras. Confíe en su suerte, porque como dijo Tennessee Williams, "la suerte consiste en creer que uno tiene suerte". Nunca es tarde para la suerte. Reduzca el estrés disminuyendo las expectativas. Viaje, un avión puede ser mejor y más barato que un psiquiatra.

En fin, siguiendo las recomendaciones de Brown, tal vez logremos la meta de, otra vez, Joaquín Sabina : "Hay que envejecer con toda indignidad".

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