domingo, octubre 10, 2010

Se pone a prueba el partido de Putin y de Medvedev






Por Conor Humphries


MOSCU (Reuters) - Los rusos votaban el domingo en unos comicios regionales que ponen a prueba la influencia del partido gobernante del primer ministro Vladimir Putin, menos de 18 meses antes de unas elecciones presidenciales que podrían llevarlo devuelta al Kremlin.

Se espera que el partido Rusia Unida, sacudido por la amarga remoción de su miembro fundador Yuri Luzhkov como alcalde del Moscú el mes pasado, domine las siete votaciones regionales y miles de municipios en los que más de 40 millones de personas están aptas para votar.

Pero analistas sostienen que incluso derrotas aisladas podrían llevar al Kremlin a reconsiderar su dependencia del partido a fin de lograr una abrumadora victoria en los comicios presidenciales de marzo del 2012 para Putin o su protegido, el actual mandatario Dmitry Medvedev.

"Si los resultados son malos, los preparativos para el 2012 necesitarán ser cambiados totalmente", dijo Nikolai Petrov, del grupo de expertos Centro Carnegie de Moscú.

"Ellos podrían descartar la idea de un partido único dominante", declaró, sugiriendo que los líderes rusos podrían impulsar a una facción rival para asegurarse un mayor apoyo en las elecciones y preservar su poder para varios años más.

Putin y Medvedev han sugerido que uno de ellos, pero no ambos, se presentará como el candidato del Kremlin en el 2012 para un mandato de seis años.

Un resultado poco convincente el domingo podría llevar a las autoridades a aumentar el gasto público, de cual ya se espera un alza en el año previo a las elecciones, dijo Chris Weafer, jefe de estrategia del banco de inversiones Uralsib.

Dos partidos más pequeños a favor del Kremlin y los Comunistas intentarán aumentar su influencia en siete legislaturas provinciales, después de obtener un resultado relativamente bueno en la votación de la primavera boreal pasada.

En la región industrial de Chelyabinsk, en las montañas Urales, el empresario Igor Frishko, de 46 años, dice que se opone a un partido gobernante muy afianzado, pero que no votará por una legislatura presidencial.

"Mi voto no cambiará nada en la región o en el país", dijo. "Si votara, no lo haría por una predilección política, sino para desafiar a Rusia Unida", manifestó.

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