El Cubo de Rubik |
Por
Luis Enrique Alcalá
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Hugo el Mojonero
El Diccionario nos dice que el término mojonero designa al hombre que afora. No es
éste el significado que tiene entre nosotros. En el habla popular, denota a quien
construye elaborados embustes, al mitómano que pretende mojonear a sus oyentes
con fantasías que inventa de modo contumaz y no poca habilidad. Hugo Chávez es
el clásico mojonero. No pocos le creen; se dejan mojonear.
Chávez es mucho más que un simple mentiroso. Un embustero sencillo dice
ocasionalmente alguna que otra cosa que no corresponde a la verdad. El mentiroso
es meramente antifáctico; el mojonero es narrativo. El mojonero compone todo un
cuento, rico en detalles, armado con medias verdades, fantasioso. De nuevo el Diccionario:
fantasioso, sa. (De fantasía, presunción). 1. adj. Que se deja llevar por una
imaginación carente de fundamento. Y no es casualidad que en su segunda
acepción signifique: 2. adj. coloq. Vano, presuntuoso. La vanidad y la presunción
son frecuentes acompañantes de una irresponsable imaginación carente de
fundamento.
La muy ajustada denotación de Chávez como mojonero no es de mi ocurrencia; la
debo a un querido amigo que prefiere no ser nombrado. Le vi anoche después de
muchos años sin trato, y me sorprendió con esa exactitud.
Cada cadena de Chávez, cada discurso, es abundante en mojones y, como dije, hay
gente que los admite. Muchos venezolanos de hoy, aun después de más de una
década de incompetencia e irresponsable resentimiento y odio, luego de fracaso
tras fracaso de su mojón del siglo XXI, persisten en darle crédito.
Antonio Aponte, editor del blog oficialista Un grano de maíz, escribió una nota
(¡Nos derrotaron!) que procura una autocrítica del régimen, de la “revolución”,
después de los largos mojones presidenciales de la rueda de prensa con los
corresponsales extranjeros, que no se dejaron mojonear. Aponte no ha logrado
sacar aún la conclusión evidente, puesto que pone: “Frente a la derrota, debemos
tomar algunas medidas.
Primero, preservar el liderazgo de Chávez. Hoy más que
nunca cobra vigencia la consigna ‘¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!’” Pero al
comienzo había escrito: “Revolución es no mentir jamás”. Algún día Aponte se
percatará de que ambas proposiciones no pueden coexistir lógicamente, dado que
son mutuamente contradictorias.
Pues poco a poco, en erosión indetenible de las construcciones mojonéricas de
Chávez, las vendas caen de los ojos de quienes todavía creen en él. El 26 de
septiembre fue una comprobación fehaciente de tal fenómeno.
Hubo épocas cuando a los gobernantes se les conoció con un solo remoquete que
destacara sus rasgos más salientes. Así Felipe el Hermoso, Juana la Loca,
Guillermo el Taciturno. Chávez pasará a la historia, gracias a mi agudo amigo,
como Hugo el Mojonero.
2 comentarios:
No tenia conocimiento de ese significado aunque algo diferente de lo que tenia en mente.
Pues es verdad, siempre se parende algo. Yo conocía otro significado igual que tu. Gracias por comentar.
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