Niño Jesús, uno de verdad no sabe cómo tratarte, si como un niño, o como un adulto, o como Dios mismo.
Es un enredo. Pero igual te pido de todo corazón que termines la tarea de darles a los venezolanos un futuro mejor. Empiezo mi lista de deseos: que el gobierno entienda que perdió las elecciones.
Que Tarek William Saab no siga diciendo bobadas y necedades y que se quite esos tatuajes que hacen que uno piense cosas malas.
Que el CNE ofrezca las cifras minuto a minuto como lo hace el resto de la humanidad y que Tiby se cure y viva muchos años para que vea pronto un CNE decente.
Que el dólar baje por lo menos a 300 bolívares y que se acaben las colas y llegue el abastecimiento como era siempre en Venezuela.
Que no haya tanto malandro y las universidades recobren el brillo, la independencia y la autonomía que se merecen.
Que el Banco Central dé las cifras de la economía aunque sean feas.
Que los militares no sigan con esa saludadera psicótica diciendo que Chávez vive, cuando es evidente que Chávez falleció de cáncer.
Que se acabe la regaladera de petróleo para comprar votos y que el Chulo Premier de Cuba no nos siga estafando.
Que Internet suba la velocidad y que aparezcan cauchos, repuestos y baterías.
Que desarmen a los colectivos y, como ruega Claudio Nazoa, que bajen el precio de la caña.
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