5.000 detenidos por motivos políticos desde inicios del chavismo
La Fundación Para el Debido Proceso contabilizó que desde el año 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder, han aumentado las aprehensiones de civiles, políticos, estudiantes y defensores de derechos humanos
La estadía de los presos políticos tras las rejas tiene un motivo: al gobierno le interesa tenerlos allí. Son tratados como una especie de trofeo y usados a conveniencia cuando los necesitan. La revolución bolivariana suma más de cinco mil presos políticos. “Que existan demuestra la falta de democracia”, opinó Jackeline Sandoval, coordinadora de la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro).
Durante la gestión de Nicolás Maduro van más de tres mil detenciones arbitrarias en un año. “Que alguien haya estado preso por razones políticas durante un mes, es considerado igual que alguien que lo ha estado por años”. Desde 2000, Fundepro ha contabilizado cinco mil violaciones a los derechos humanos.
Un preso político es alguien perseguido por sus convicciones y por sus pensamientos adversos al gobierno, por motivos de rebelión armada civil o militar (golpistas) y por último aquellas víctimas de montaje judicial (opositores considerados por el Ejecutivo como una amenaza para la estabilidad).
Los ejemplos rayan en lo absurdo: “en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), el director decide quién sale y quién no”, señaló Sandova. De igual manera, citó casos como los de Inés González, alias “Inesita Terrible”, quien teniendo boleta de excarcelación no ha sido liberada. Un funcionario supervisa las acciones de un juez que le otorgó una medida cautelar a la tuitera y química venezolana.
¿Qué viene luego?
Tras su liberación o casa por cárcel, los perseguidos políticos son víctimas de otros tipos de abusos: no se les permite emitir opiniones y es un mensaje del gobierno diciendo que ganó y "logró callarlos".
Ha sido común durante los proyectos políticos de Chávez, y ahora de Maduro, que el preso político tenga una función única. “Son válvulas de escape”, coincidió Sandoval. Cada vez que se necesita un desahogo político, uno o un grupo es liberado para crear cierto clima democrático. “Celebramos liberaciones, pero eso no le lava la cara al gobierno”.
Se estima que la lista de presos políticos aún recluidos es de unas 77 personas. No todos son casos tan emblemáticos como los policías de Puente Llaguno o la jueza María Afiuni. Pero todos esperan una decisión roja, expresó Sandoval. “Justicia tardía no es justicia”.
Reseñó El Carabobeño.
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