Hace unos días Walker escribió un artículo de opinión en el prestigioso periódico New York Times en el que asegura que no hay que temer a los izquierdistas de El Salvador ya que éstos han evolucionado hacia el sistema democrático y en el mismo criticó a la derecha de haberse estancado mentalmente, mostrándose “incapaces de superar el discurso de la guerra fría”.
El exdiplomático opinó en el periódico en mención a raíz de la alarma de la derecha norteamericana que ya da por hecho que un miembro de la exguerrilla, “un comandante”, será el próximo presidente de El Salvador.
Walker fue embajador de los Estados Unidos en El Salvador en tiempos de la guerra civil, y fue objetivo militar de la guerrilla. De hecho, tuvo que ser protegido por la Fuerza Delta para sobrevivir a un país en conflicto.
Años más tarde, de visita a El Salvador, reconoce que el FMLN cambió mientras que ARENA se ancló en la guerra fría. “La anarquía, la corrupción, la pobreza y el tráfico de narcóticos… todo empeoró durante los años de gobierno de Arena, y poco se hizo para mejorar la vida de los pobres”, concluye en su artículo el exembajador.
¿Qué significa para usted El Salvador?
A mí me encanta este país. Yo sé que El Salvador no merece tener la imagen que hay en los Estados Unidos. La mayoría de mis compatriotas no saben nada de esta parte del mundo y tienen una imagen negativa pero es porque en la prensa se conoce solo violencia, corrupción, drogas, y cosas negativas de este país. Yo estoy tratando de promover una imagen mejor de El Salvador. Ojalá fuera como Brasil, que tiene problemas similares pero que en cambio promueve sus artes, cultura, sus mujeres bonitas. El Salvador, en cambio no promueve sus cosas positivas.
¿Usted tiene algún interés político sobre El Salvador? ¿Hace labor diplomática?
No. Yo estoy hablando como una persona que tiene siete años de experiencia aquí; esos siete años terminaron con los Acuerdos de Paz en 1992 y yo he tenido desde aquel entonces contactos con la mayoría de gente del gobierno de Cristiani, de Duarte, de Armando Molina, incluso. Ahora he tenido contactos con este gobierno, con miembros del Frente y como he dicho, ellos ganaron el poder por el voto no por las armas, entonces, no pasada nada.
Tienen que decidir en su cabeza cuál de los candidatos es el mejor, no hay que escuchar a Walker ni a la gente de Miami ni de otro lado. Eso sí, pueden escuchar opiniones de la diáspora, de los salvadoreños que tiene sus intereses en buenas relaciones entre los dos países.
¿Cómo ve usted la realidad nacional en estos momentos electorales?
La realidad es que el país está en este proceso electoral que es una cosa positiva porque cuando yo estaba aquí como embajador, y antes de la guerra, siendo jefe de la sección de la Embajada, había elecciones pero eran fraudulentas. Después de la guerra, el país ha tenido elecciones más o menos limpias, más o menos correctas, y cada una ha sido mejor que las anteriores.
El Frente ganó la elección de 2009 y ha tenido cinco años de experiencia gobernando este país y en este momento va a tener otra elección. Si el pueblo decide que es Sánchez Cerén su próximo gobernante, no importa su pasado; tampoco importará el pasado de Norman Quijano. Esta es una decisión del pueblo salvadoreño, no de personas de los Estados Unidos.
Yo estoy convencido de que el pueblo de El Salvador se va a decidir por el que promueva este país en una dirección positiva en los próximos cinco años.
Las encuestas se han decantado en los últimos meses por un gobierno con Salvador Sánchez Cerén a la cabeza ¿Cómo quedarían las relaciones El Salvador-Estados Unidos en este caso? ¿Cómo ve usted las posibilidades que vaya a ganar un gobierno de izquierda?
Yo no puedo predecir el futuro; pero en mi opinión, gane quien gane, los Estados Unidos deben tener buenas relaciones con este país y este país debe tener buenas relaciones con los Estados Unidos; tenemos muchos problemas en común, de hecho tenemos tres millones de salvadoreños viviendo allá. Hay muchas razones por las que los dos países deben tener relaciones normales como países democráticos.
¿Cómo percibe al FMLN en estos momentos? ¿Cree que es el mismo FMLN de los Acuerdos de Paz? ¿Cree que han evolucionado, que se abrieron a las nuevas tendencias políticas de la izquierda democrática?
Estamos hablando del Frente y por supuesto que hay varias tendencias en el Frente. No son de una ideología completamente unida. Y yo sé que cuando ganó la elección de 2009 con Mauricio Funes, él no era miembro del Frente: se presentó a elecciones y ganó. Yo he tenido críticas al gobierno de los últimos 5 años, como la han tenido muchos salvadoreños, pero si gana Sánchez Cerén, no va a pasar nada, él representa otra facción del Frente. El FMLN ha cambiado en muchas direcciones después de los acuerdos de paz. Como he dicho, la gente antes tenía miedo de un gane del Frente y así fue en las elecciones pasadas y cuando ganó Mauricio Funes había mucha gente diciendo “oh, será el fin del mundo, qué vamos a hacer”, pero no pasó nada de eso. Es muy obvio que el Frente de hoy no es el del 92 y menos el del 80 – 81. Es un partido político que aprendió bastante a hacer política durante los últimos años.
Hasta hace poco se mencionaba que el FMLN estaba tomado por el Partido Comunista, que no daba señales de apertura, pero el discurso cambió repentinamente hacia el centro ¿Eso no podría generar cierta desconfianza a otros gobiernos amigos, a los mismos salvadoreños?
Ya veremos el domingo qué es lo que se viene. Si hay muchas personas de aquí que tienen este miedo, esta desconfianza, ya lo veremos pero antes no lo podemos saber. En cinco años de gobernar, el Frente no ha hecho nada que algunas personas estaban esperando como que iba a construir una sociedad comunista. El gobierno de Funes con todos sus problemas y críticas, no ha hecho dictaduras ni nada de eso. Hay gente que dice que Sánchez Cerén será diferente, por ser “ortodoxo” quizás y venir de la comandancia antigua. Yo personalmente no tengo este miedo. Yo no soy estoy tratando de convencer a nadie que vote por este o por otro, yo no entro en eso. Pero para mí lo importante es que el pueblo de El Salvador decida quién es el mejor de los candidatos. El país tiene problemas serios pero han tenido esos problemas antes con los gobiernos de ARENA y de seguro van a seguir teniendo algunos de estos problemas todavía en el futuro y esos son problemas que tienen conexiones con los Estados Unidos. Tenemos que trabajar juntos. Sea el presidente Sánchez Cerén o Norman Quijano.
La misma pregunta es válida para la derecha. Usted la conoce y mantiene contactos aún con gente de ARENA. Así que le pregunto ¿Ha evolucionado la derecha o se ha quedado estancada?
Esa es una cosa misteriosa: yo no sé. No he tenido mucho contacto con mis amigos de aquel entonces de ARENA y cuando yo he venido aquí, todo mundo dice que ARENA está dividiéndose con Tony Saca, el Coena, pero no tengo idea exacta qué hace al interior ARENA por eso no puedo decir si no ha cambiado en su intimidad, no sé. Es decir, un partido es muy complejo en su interior.
¿Cree que todavía existe un grupo de millonarios interesados en tener el control económico del país?
Estoy de acuerdo. No tengo argumento en contra de su pregunta. Así es. Para mí es obvio que el que ha evolucionado es el Frente y que ahora es más democrático. Es muy obvio que ellos están en este proceso de evolución. De la derecha estoy de acuerdo que no he visto un proceso evolucionado de este tipo en ARENA. Ellos siguen manejando un mismo discurso de hace veinte años y el mundo ha cambiado.
¿Cómo va a ser El Salvador después del nueve de marzo?
En mi opinión vamos a tener relaciones normales entre los dos países que son soberanos, democráticos; tenemos que trabajar en los problemas que tenemos en común. La diáspora es cada día de más importancia en los Estados Unidos. Sí hay personas que están diciendo que va a caer la relación entre estos dos países pero no veo esa posibilidad. Hay muchas razones por las que debemos trabajar juntos, tener buenas relaciones. Si el presidente el uno de junio va a ser Sánchez Cerén, él debe entender eso, que necesitamos trabajar juntos para resolver problemas comunes. Y también si es Norman Quijano, él tiene que entender eso.
¿Ve usted algún indicio que si el FMLN en caso de ganar, se vaya distanciar de los Estados Unidos y vaya a acercarse estratégicamente a Venezuela?
Ese es el miedo que quiere meter la derecha. Y hay miedo de gente en Estados Unidos que teme que eso vaya a ocurrir. Pero este país tiene buenas relaciones positivas con Venezuela, con el gobierno de Maduro. Para mí sería una sorpresa enorme si se da una decisión de ir más en dirección de Venezuela a costo de romper relaciones con los Estados Unidos. Sería un error, pero no se ven indicios, solamente en las cabezas de algunas personas que piensan que estamos todavía en la guerra fría.
En los derechos humanos ¿cómo ha evolucionado El Salvador?
Yo soy un crítico de El Salvador pero también de otros países de la América Central; yo soy muy crítico de la administración de justicia de este país. Este problema de derechos humanos tiene mucho que ver con la mala imagen del sistema de justicia. Yo tengo la impresión que la guerra se dio por un problema de la falta de justicia. Todavía hay falta de justicia y tenemos que aceptarlo que hay muchas cosas aquí, que dañan los derechos humanos. Yo conozco a muchas personas humildes que no tienen acceso al sistema de justicia; en cambio, hay personas con dinero, con poder político, que sí la tienen, pero no es la mayoría de la gente, no. Ojalá que gane quien gane haga mucho en este tema de justicia.
Hay intentos de congresistas norteamericanos que están a favor de atrasar el desembolso de Fomilenio, sobre todo de congresistas afines a la derecha salvadoreña ¿Cómo ve este proceso?
Yo no soy republicano. Soy independiente, pero tengo la impresión que estos congresistas que están hablando así no conocen este país y no tienen tanto interés en este país. Ellos están jugando los juegos de allá no el de la política de aquí. En este caso del Fomilenio, yo tengo amigos en el Congreso de los Estados Unidos que tienen mucho interés y que están tratando de decidir qué sería mejor: si dar este dinero sin condiciones, o con condiciones. Yo he estado de acuerdo con no dar la ayuda antes de las elecciones pero no porque haya miedo que vaya a ganar el Frente, sino porque es evidente que parte del Congreso quiere tener la certeza de que los recursos se vayan a usar de forma adecuada y no quieren correr el riesgo de entregarlo en un periodo de elecciones, cuando se podría ocupar en otras cosas y no para lo que se tiene planeado. Así que ese es el motivo y por ello decidieron posponer hasta después de las elecciones pero la decisión no tiene que ver con el triunfo del FMLN, sino que es porque tiene que garantizarse que este tipo de ayuda llegue a su destino final que es de ayuda a los más pobres.
Cuando usted dejó el país en el 92 no teníamos el fenómeno de las pandillas…
No me pregunte nada de las pandillas, ni de la tregua porque no tengo opinión, no sé cómo está funcionando, solo sé que este es un problema que tiene conexiones con Los Ángeles, con Washington, pero debemos trabajar juntos en la solución de este problema.
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