Los números para entender los resultados del 26
EUGENIO G. MARTÍNEZ | EL UNIVERSAL
jueves 16 de septiembre de 2010 02:45 PM
A partir del 26 de septiembre no faltarán los análisis para explicar quién ganó las elecciones parlamentarias y el impacto que tendrá la cantidad de curules que cada opción política pudo capitalizar. No faltarán tampoco los dirigentes políticos que quieran vender como un triunfo algún estrepitoso fracaso electoral.
Para analizar el 26 de septiembre, la simulación con los resultados previos es un buen punto partida.
Por ejemplo, si se repiten -sin variación alguna- los resultados del referendo constitucional del año 2007, el PSUV capitalizaría 95 diputados (59% de las curules) y la oposición 67 (41%); lo que supondría que el partido de gobierno perdería la mayoría calificada del Parlamento.
Si los que se repiten son los resultados de las elecciones regionales de 2008, el PSUV obtendría hasta 113 curules (69,8%), la oposición 45 (27,8%) En este escenario el gobierno mantendría la mayoría calificada.
Si los resultados del referendo constitucional de 2009 se reproducen sin variación alguna el 26 de septiembre el PSUV podría capitalizar hasta 123 diputados (76%) y la oposición 39 (24%), lo que supondría que el PSUV mantendría el control sobre las 2/3 partes del Poder Legislativo.
No obstante, si utilizamos el promedio de votación entre las elecciones de 2006 y 2009, se puede proyectar que el chavismo capitalizaría 76 curules (47%) y la oposición 86 (53%)
Utilizando la referencia que proporcionan los resultados históricos se puede asegurar que el peor escenario de la oposición para el 26 de septiembre es de 39 diputados y la mejor perspectiva es la de capitalizar hasta 86 curules.
¿Qué ocurre si la oposición solo capitaliza 39 curules? En este escenario el único triunfador de la contienda electoral -además del PSUV- será Acción Democrática. La tolda blanca, durante las negociaciones de la Mesa de la Unidad Democrática, logró colocar en la mayor cantidad de puestos salidores -asegurados- a sus candidatos.
Si la oposición solo logra crecer en donde ya era mayoría antes del 26 de septiembre AD se convertiría en el principal partido del antichavismo porque la maqueta de candidatos le garantiza hasta 10 diputados de los 39 asegurados. Le seguirían Un Nuevo Tiempo, que obtendría nueve curules, Copei (a pesar de la división) tiene candidatos en puestos salidores para ganar nueve escaños y Primero Justicia que solo obtendría una bancada parlamentaria de cuatro diputados, aunque pudiese ser una de las organizaciones políticas más votada en todo el país. El resto de partidos integrantes de la alianza se tendrían que conformar con 1 diputado.
¿Es un triunfo ganar solo 39 diputados? Si la oposición solo es capaz de capitalizar lo mínimo posible en un escenario de descenso lento, pero sostenido, de Hugo Chávez en la valoración pública de los ciudadanos, será la mejor evidencia de que algo falla en la dirigencia de los partidos de oposición.
No obstante, las encuestas por circunscripción -de hace 15 días- sugieren que la oposición podría capitalizar entre 49 y 53 diputados. ¿Es este un triunfo?
Si el mejor escenario opositor se ubica en 86 curules, 53 diputados parece una cifra intermedia que puede mercadearse políticamente bien, especialmente si se gana el voto nacional o al menos se equipara en términos absolutos el voto chavista con el opositor.
Evidentemente la dirigencia política "venderá" la presencia de hasta 53 diputados en el Poder Legislativo como un triunfo incontestable de la unidad. Sin embargo, más allá de contar con 53 derechos de palabras, esta cifra de parlamentarios poco puede lograr en nuestro Parlamento.
Antes de explicar que significan los 53 diputados, desde el punto de vista legislativo, es bueno hacer una acotación: Para ganar los 39 diputados que la votación histórica le garantizan a la oposición como un piso electoral la unidad no es un requisito sine qua non. La unidad es un requisito para capitalizar o superar el tope de 86 curules.
Si la oposición no logra capitalizar más de 53 diputados no tendrá poder real -como bloque parlamentario- en la Asamblea Nacional.
Para aprobar una Ley Habilitante -poderes especiales para que el Presidente legisle- el chavismo necesita las 3/5 partes del Parlamento (100 diputados). Para romper esta posibilidad la oposición requiere de, al menos, 66 diputados.
Para aprobar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente se necesita la mayoría calificada del Parlamento. Para romper la mayoría calificada la oposición necesita tener 56 diputados. No obstante en este tema es bueno aclarar que es suficiente la iniciativa del Presidente -a quien le correspondería redactar las bases comiciales de esa elección- para que el país entre en un nuevo proceso constituyente.
Si la oposición quisiera convocar un referendo consultivo necesitaría el voto de, al menos, 83 diputados. En caso que se decide solicitar referendos abrogatorios para leyes o tratados internacionales -como han sugerido muchos candidatos de oposición- se debe contar con el apoyo de 110 parlamentarios.
Visto los números, si la oposición solo capitaliza 53 diputados no podría hablarse de un fracaso estrepitoso, pero tampoco de un triunfo.
Para analizar el 26 de septiembre, la simulación con los resultados previos es un buen punto partida.
Por ejemplo, si se repiten -sin variación alguna- los resultados del referendo constitucional del año 2007, el PSUV capitalizaría 95 diputados (59% de las curules) y la oposición 67 (41%); lo que supondría que el partido de gobierno perdería la mayoría calificada del Parlamento.
Si los que se repiten son los resultados de las elecciones regionales de 2008, el PSUV obtendría hasta 113 curules (69,8%), la oposición 45 (27,8%) En este escenario el gobierno mantendría la mayoría calificada.
Si los resultados del referendo constitucional de 2009 se reproducen sin variación alguna el 26 de septiembre el PSUV podría capitalizar hasta 123 diputados (76%) y la oposición 39 (24%), lo que supondría que el PSUV mantendría el control sobre las 2/3 partes del Poder Legislativo.
No obstante, si utilizamos el promedio de votación entre las elecciones de 2006 y 2009, se puede proyectar que el chavismo capitalizaría 76 curules (47%) y la oposición 86 (53%)
Utilizando la referencia que proporcionan los resultados históricos se puede asegurar que el peor escenario de la oposición para el 26 de septiembre es de 39 diputados y la mejor perspectiva es la de capitalizar hasta 86 curules.
¿Qué ocurre si la oposición solo capitaliza 39 curules? En este escenario el único triunfador de la contienda electoral -además del PSUV- será Acción Democrática. La tolda blanca, durante las negociaciones de la Mesa de la Unidad Democrática, logró colocar en la mayor cantidad de puestos salidores -asegurados- a sus candidatos.
Si la oposición solo logra crecer en donde ya era mayoría antes del 26 de septiembre AD se convertiría en el principal partido del antichavismo porque la maqueta de candidatos le garantiza hasta 10 diputados de los 39 asegurados. Le seguirían Un Nuevo Tiempo, que obtendría nueve curules, Copei (a pesar de la división) tiene candidatos en puestos salidores para ganar nueve escaños y Primero Justicia que solo obtendría una bancada parlamentaria de cuatro diputados, aunque pudiese ser una de las organizaciones políticas más votada en todo el país. El resto de partidos integrantes de la alianza se tendrían que conformar con 1 diputado.
¿Es un triunfo ganar solo 39 diputados? Si la oposición solo es capaz de capitalizar lo mínimo posible en un escenario de descenso lento, pero sostenido, de Hugo Chávez en la valoración pública de los ciudadanos, será la mejor evidencia de que algo falla en la dirigencia de los partidos de oposición.
No obstante, las encuestas por circunscripción -de hace 15 días- sugieren que la oposición podría capitalizar entre 49 y 53 diputados. ¿Es este un triunfo?
Si el mejor escenario opositor se ubica en 86 curules, 53 diputados parece una cifra intermedia que puede mercadearse políticamente bien, especialmente si se gana el voto nacional o al menos se equipara en términos absolutos el voto chavista con el opositor.
Evidentemente la dirigencia política "venderá" la presencia de hasta 53 diputados en el Poder Legislativo como un triunfo incontestable de la unidad. Sin embargo, más allá de contar con 53 derechos de palabras, esta cifra de parlamentarios poco puede lograr en nuestro Parlamento.
Antes de explicar que significan los 53 diputados, desde el punto de vista legislativo, es bueno hacer una acotación: Para ganar los 39 diputados que la votación histórica le garantizan a la oposición como un piso electoral la unidad no es un requisito sine qua non. La unidad es un requisito para capitalizar o superar el tope de 86 curules.
Si la oposición no logra capitalizar más de 53 diputados no tendrá poder real -como bloque parlamentario- en la Asamblea Nacional.
Para aprobar una Ley Habilitante -poderes especiales para que el Presidente legisle- el chavismo necesita las 3/5 partes del Parlamento (100 diputados). Para romper esta posibilidad la oposición requiere de, al menos, 66 diputados.
Para aprobar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente se necesita la mayoría calificada del Parlamento. Para romper la mayoría calificada la oposición necesita tener 56 diputados. No obstante en este tema es bueno aclarar que es suficiente la iniciativa del Presidente -a quien le correspondería redactar las bases comiciales de esa elección- para que el país entre en un nuevo proceso constituyente.
Si la oposición quisiera convocar un referendo consultivo necesitaría el voto de, al menos, 83 diputados. En caso que se decide solicitar referendos abrogatorios para leyes o tratados internacionales -como han sugerido muchos candidatos de oposición- se debe contar con el apoyo de 110 parlamentarios.
Visto los números, si la oposición solo capitaliza 53 diputados no podría hablarse de un fracaso estrepitoso, pero tampoco de un triunfo.
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