lunes, noviembre 03, 2008

Socialismo y Comunismos: diferencias básicas

Socialismo y Comunismos: diferencias básicas
Algunas ideas en el contexto de una crisis financiera

En el año de 1978 decía Willy Brandt, Presidente del Partido Socialista de Alemania Federal, que los valores fundamentales del socialismo son : libertad, justicia y solidaridad. El socialismo democrático es igual a lo que se ha hado en llamar la democracia social. Ambos movimientos políticos se interesan por una reestructuración social en libertad.

El objetivo político del socialismo democrático es la defensa del bienestar y del progreso de un país con el fin de superar lo desmesurado del capitalismo tradicional. El objetivo de la política del socialismo democrático es mejorar las condiciones y el destino del individuo en su contexto.

Libertad significa estar libre de dependencias externas y de ataduras, pero la autodeterminación sólo se logra en un Estado de derecho o sea seguridad jurídica, que asegura la justicia. La solidaridad constituye el elemento que une la libertad con la justicia y que sólo se logra con la participación del ciudadano.

Estos criterios también fueron ratificados por Bruno Kreisky, socialista de Austria, y agregó que es también un elemento clave la solidaridad internacional o sea la cooperación política y la ayuda al desarrollo para evitar la especulación mundial.

También decía Mario Soares, conductor del socialismo portugués, que el hombre socialista rechaza el totalitarismo y los golpes militares, rechaza el comunismo que se impone a la voluntad popular y cualquier tipo de dictadura; ideas que también formaron parte del pensamiento de Víctor Raúl Haya de La Torre, Presidente del Partido Aprista peruano quién siempre ratificada lo siguiente: libertad con nutrición, libertad con educación y libertad con servicio de seguridad social.

La democracia social de la Europa Occidental es un modelo de desarrollo social que se ha sabido ubicar entre un capitalismo conservador y un comunismo doctrinario. El Estado conserva la libertad individual y la vez es el ente que guía y regula la actividad económica y financiera. Por ejemplo, Dinamarca considerada una sociedad muy equilibrada ha tomado distancia del egoísmo y la avaricia del capitalismo sin rostro y de la oscura esterilidad del capitalismo de Estado, dominado por una burocracia no efectiva. El socialismo de los países escandinavos es una socialismo humano o sea la relación justa entre el individuo y la sociedad.

Para Lilian Uchtenhagen del partido socialdemócrata suizo, en la búsqueda de un nuevo orden económico internacional, corresponde al socialismo democrático una importancia extraordinaria. Como una nueva manera de superar los conflictos de intereses y atender los reclamos de la ciudadanía. No obstante, como el nuevo orden hace indispensable cambios estructurales para la adaptación, esto no es nada fácil especialmente en los países ya desarrollados o indusrilaizados, y en especial porque hoy el crecimiento es más cualitativo que cuantitativo.

La calidad de vida se logra ahora con la protección ambiental, con la seguridad social y el incremento de la escolaridad, bienes que no son producidos por la actividad privada sino por la comunidad pública que con ello busca una relación beneficio / costos mayor que la unidad.

El desarrollo no es idéntico al crecimiento, incluso la actividad financiera de Wall Street se puede recuperar pero la economía puede seguir con dificultades, porque la mayor parte de las veces se realiza en forma unilateral sin tomar en cuenta lo que pasa en economía real y es que el desarrollo económico se debe iniciar por la gente que participa en los mismos y que se origina en su propia responsabilidad y en su independencia cultural, para satisfacer sus propias necesidades.

La democracia es la base del socialismo dice Bernt Carlsson del Partido Socialdemócrata de Suecia.. En ese país se consolidó primero la democracia política, luego la democracia social y en su momento oportuno la democracia económica. La fé ciega en el crecimiento, a espaldas del desarrollo, se basa en la explotación de los recursos limitados, como lo está demostrando en este momento la crisis energética. Se ha puesto en peligro la salud ambiental y el equilibrio ecológico.

Cuando falla el capitalismo tradicional y el comunismo dogmático, la alternativa es la democracia social o el socialismo democrático, o sea la tercera vía, eso lo señaló hace ya más de 30 años el presidente del partido del trabajo de Noruega.

El comunismo doctrinario se basa en cambio en un sistema totalitario de izquierda que polariza las clases sociales entre dos bloques y con ello produce odio y conflictos innecesarios. Es un tipo de gobierno de facto que elimina el sistema civilizado de la votación libre para elegir la democracia representativa y el respeto a los derechos humanos. En este sistema la soberanía del pueblo es manipula desde la cúpula del poder. El pensamiento dogmático es intolerante porque se basa en un monocentrismo ideológico. En su empeño de formar una sociedad igualitaria, decía Michael Rocard, secretario general del parido socialista francés, el mundo comunista suprimió con eficacia todo pensamiento libre y todo ejercicio práctico de la una democracia pluralista y multipartidista.

El programa del comunismo burocrático y el programa centralizado por un grupo reducido en el poder no es apto para ser aplicado en sociedades complejas y con tradición democrática, como es el caso de países que reclaman el sufragio universal, el equilibrio de poderes y la mayor participación de los ciudadanos a través de diversas formas de gestión económicas y sociales. Se consideran como inhumanas la represión y la persecución política que destruye la convivencia civilizada.

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