viernes, diciembre 15, 2006

La educacion : la otra cara de la misma moneda

Cómo sacar a nuestras escuelas del Siglo XX

Hay una pequeña broma entre los educadores: Rip van Winkle despierta en el siglo XXI, desconcertado completamente por lo que ve. Los hombres y las mujeres a su alrededor hablan con dispositivos pequeños de metal fijados a sus oídos. La gente joven se sienta en sus casas en los sofás, jugando con atletas en miniatura alrededor en las pantallas electrónicas. Aeropuertos, hospitales, alamedas de compras - cada lugar al que va lo impresiona. Pero cuando finalmente camina en un aula, el viejo hombre sabe exactamente donde está. "Esto es una escuela", declara. "Teníamos de estas en 1906. Solo que las pizarras ahora son verdes".

Las escuelas no están exactamente congeladas en el tiempo, pero en vista de los cambios en otras áreas de la vida, nuestras escuelas públicas tienden a sentirse como echadas hacia el pasado. Los niños pasan mucho tiempo del día como sus abuelos alguna vez: sentándose en filas, escuchando a los profesores dar una conferencia, tomando notas a mano, leyendo en los libros de textos que son anticuados para el momento en que se impriman. Un bostezo separa el mundo dentro de la escuela del mundo exterior.

En los últimos cinco años, la conversación nacional sobre la educación se ha centrado en puntajes de lectura, pruebas de matemáticas y acortar la brecha entre las clases sociales. Pero el problema es más grave todavía que el asunto de los niños desplazados de la educación, pues una generación entera de niños no podrá enterarse de lo que está pasando a nivel global porque no pueden pensar de esta manera y manejar problemas abstractos, trabajar en equipos, distinguir la buena información de la mala o hablar una lengua diferente al inglés.


Las habilidades para triunfar en el Siglo XXI

Actualmente apuntamos demasiado bajo. Capacidad en lectura y matemáticas es lo más pobre. Las habilidades científicas y técnicas son, asimismo, completamente necesarias pero escasas. La economía de hoy exige no sólo una capacidad de alto nivel en las disciplinas académicas tradicionales, sino también en aquellas que se pueden llamar las habilidades del siglo XXI.

Estas son:

- Saber más sobre el mundo. Los niños ahora son ciudadanos globales, incluso si son de pequeñas ciudades, por esto deben aprender actuar de una manera diferente.

- Pensar fuera de la caja negra. Los trabajos en la nueva economía "ponen un premio enorme en las habilidades creativas e innovadoras". Los niños también deben aprender a pensar.

- Ser más audaz sobre nuevas fuentes de la información. En una era dondelos medios de información proliferan y desbordan, los niños necesitan procesar rápidamente qué están leyendo y distinguir entre cuál es lo confiable y cuál no es.

- Desarrollar habilidades de buenas personas. Así pues, el EQ (inteligencia emocional) es tan importante como el IQ (índice de inteligencia) para el éxito en el trabajo de hoy.

¿Pueden nuestras escuelas públicas, diseñadas originalmente para educar y formar los recursos humanos necesarios para el trabajo endógeno en empresas o en instituciones locales, hacer las cambios necesarias para formar una persona más universal ?

Los especialistas argumentarán que es posible sólo si agregamos nueva profundidad y rigor a nuestro plan de estudios y exámenes estandarizados, elevar el presupuesto para la educación, reformar la fuerza de enseñanza y reorganizar quién hace funcionar las escuelas. Pero sin esperar tal revolución, los verdaderos administradores emprendedores que siempre han existido en el país, ya han comenzado a poner al día sus escuelas y universidades, a menudo con ideas y ayuda de sus instituciones locales y con su misma comunidad educativa. Aunque todavía no hay un programa modelo para mostrar el camino, si existe la buena voluntad de los educadores en hacer innovaciones pensando en el futuro.

Vamos a leer ahora la opinión del profesor de Estadística de la Universidad de Baltimore Professor Hossein Arsham :

To Educe means to bring out a potential existence. Education, therefore, is a process of intellectual growth. Education is essential to change, for education creates both new wants and the ability to satisfy them. A student must be curious, open-minded, reflective, strategic, skeptical, and must learn for deep understanding. It is therefore, my cardinal duty as an educator to provide the conditions in which my students can learn to become what they want to be. An environment that is supportive of critical thinking facilitates the education process. Education is a progressive discovery of our own ignorance. To discover your potentiality, think for yourself.

Formal education must teach you how to think. The hard facts you learn are secondary to that. Education is not how much you have committed to memory, or even how much you know. It is being able to differentiate between what you know and what you do not. Teaching should be such that what is offered by the teacher will be perceived as a valuable gift and not as a hard duty.

The big thing you take away from school is how to induct and deduct in a constructive way. The object of education is to prepare the students to educate themselves throughout their lives. Critical thinking, self-examination, and the questioning of assumptions are all widely genuflected to as part of any good education. But that's not what's happening on many college campuses. I do provide such an environment and strive to make critical and protracted thinking plausible for my students. This means that students are active participants creating knowledge and developing skills rather than passive recipients of information. Students appreciate a teacher who gives them something to take home to think about besides homework. One often forgets what one was taught. However, one only can make use of what one has learnt.

All the interest of education should come together to make students responsible decision makers. Our highest endeavor must be to develop free human beings who, of themselves, are able to give purpose and direction to their lives. It is the ability to decide for yourself and the responsibility for making a self for yourself; the educator is merely a mid-wife in this process. A professor should never measure students intelligence with his/her own, otherwise there is no progress for the new generation. Moreover, there is no such thing as being intelligent in everything and all the time.

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