Dos políticos de oposición muy parecidos
Geraldo Alckmin (Brasil) y Manuel Rosales (Venezuela)
Gerardo Alckmin un médico de clase media y de 54 de edad abandona la gobernación del Estado de Sao Paulo y luego él es el principal político opositor en la contienda con el actual presidente de Brasil Lula Da Silva. Manuel Rosales un político de carrera de 52 años de edad renuncia también a la gobernación del Estado Zulia para él ser el principal opositor al actual presidente de Venezuela Hugo Chávez.
Alckmin del partido social demócrata brasileño fue concejal, luego alcalde o intendente de la ciudad de Sao Paulo y luego diputado y gobernador de del Estado de Sao Paulo. Rosales fue del partido social demócrata venezolano, fue también concejal y alcalde de la Ciudad de Maracaibo y luego gobernador del Estado Zulia.
Estos dos políticos son calificados como personas de bajo perfil si se comparan con el protagonismo y el discurso retórico de Lula y de Chávez. Pero aunque estos dos políticos sean percibidos como personas insípidas ellos han logrado, en poco tiempo, un porcentaje de intención del voto entre el 30% y el 35% debido a sus persistencias y debido igualmente a que ellos han sabido criticar las malas políticas en temas que les interesada al elector.
Lula y Chávez están ahora con un 50% de intención de voto, pero con tendencia a bajar. Los candidatos Alckmin y Rosales están denunciando las varias fallas de sus gobiernos y los problemas graves de la elevada corrupción, el desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades, la inseguridad y el abandono de los proyectos prometidos.
Algunos detalles son comentados en esta campaña política como el éxito de Lula y de Chávez entre la clase más pobre de la población, el creciente desinterés de la clase media y pudiente de la sociedad por ir a votar, aunque en Brasil el voto es obligatorio y en Venezuela el voto es voluntario.
Alckmin y Rosales son optimistas y quieren seguir sus campañas hasta el final (octubre y diciembre) pues ellos son trabajadores incansables y recuerdan como en situaciones también difíciles ganaron con los votos populares sus gobernaciones donde ellos han impulsado con éxito proyectos educativos , proyectos de salud y de infraestructura y también proyectos sociales.
Alckmin y Rosales son dos políticos bien vistos por los empresario y por los banqueros, porque ellos le otorgan importancia a la economía de mercado y tratan los problemas con transparencia y con diplomacia. Los programas de gobierno de estos dos políticos son muy similares. La estrategia de las campañas de estos dos candidatos es de resistencia y no de fuerza, así como sumar poder en estas campañas políticas en un momento grave de inseguridad pública.
Estos dos candidatos combaten a las instituciones mafiosas que han inflictado al Estado para desviar los fondos públicos y privilegiar el tráfico de influencia.
El compañero de fórmula de Alckmin y Rosales son José Jorge Vasconcelos Lima y Luís Borges, el primero del Partido Frente Liberal y el segundo del Partido Primero Justicia. Estos políticos son de perfil muy bajo y han dejado el protagonismo al candidato principal.
Uno de los problemas más graves en la campaña política en Brasil y en Venezuela es que los más pobres de la sociedad se dejan impresionar por el discurso emotivo y populista y tanto Lula como Chávez han sabido manipular el discurso para atraer a las masas populares a los cuales les han ofrecido un poder “virtual” y pocas soluciones reales. No obtsante, vamos a ver lo que opinan los brasileños :
La segunda vuelta el 29 de octubre será muy peleada, pues si el partido del Senador Cristovan Buarque (PDT) decide acompañar a Lula (PT) con su 2,65% de los votos, entonces Lula tendría 51,28% y pasaría la frontera para ser re-elegido. Pero si el partido de Buarque decide acompañar políticamente al candidato Alckmin entonces este llegaría a contabilizar sólo el 44,28% y no le ganaría al 48,63% de Lula. Claro que si el voto de Buarque se uniera al voto de Heloísa Helena (PSOL) entonces entre ambos sumarían 9,5%, que podía decidir cualquiera de los dos bandos, pero sabemos que el voto de Heloísa no irá hacia Lula, pues ella fue expulsada de ese partido y claro no se cuadrará con el voto de Alckmin debido a que ambos tienen idiologías políticas extremas. Buarque que si fue Gobernador de Brasilia y Senador del PT de Lula, e incluso Rector de la Universidad de Brasilia, tiene en sus manos la decisión de lo que pasará el 29 de octubre próximo.Puede negociar con Lula su proyecto educativo para las minorías o para los excluídos que ha sido su bandera política.
A Tale of Two Opposition Candidates
Brazil, Venezuelan challengers have similar backgrounds
Alfredo Ascanio (askain)
Gerardo Alckmin, a 54 year-old middle class doctor, abandons the governorship of the State of Sao Paulo and becomes the main opposition candidate in the campaign against the incumbent president of Brazil, Lula Da Silva. Manuel Rosales, a 52 year-old politician, also resigns his governorship of Zulia state to run against the present president of Venezuela, Hugo Chavez.
Alckmin, of the Social Democrat Party, was a councilman, then mayor or manager of the city of Sao Paulo, and then governor of the State of Sao Paulo. Rosales, also of the Social Democrat Party, he was likewise councilman and mayor of the City of Maracaibo and then governor of Zulia state.
These two politicians qualify as low profile if compared with the prominence and the rhetorical speech of Lula and of Chavez. But although these two politicians are perceived as uninspiring, they have achieved, in little time, a percentage of intention of the vote between 30-35 percent due to their persistence and due to voters' responsiveness to their criticism of the incumbents.
Lula and Chavez both have around 50 percent support from likely voters, but are on a downward trend. The candidates Alckmin and Rosales are denouncing the several failures of their governments and the serious problems of high corruption, unemployment, poverty, lack of opportunities, insecurity, and the abandonment of promises.
Some aspects of these political campaigns that have received comment are the popularity of Lula and Chavez among the poorest class of the population and the growing disinterest of the middle class in voting, although in Brazil voting is obligatory and in Venezuela it is voluntary.
Alckmin and Rosales are optimists and they want to continue their campaigns to the end (October and December); therefore they are tireless workers, and they recall how in similarly difficult situations they gained votes due to the success of their educational, health, infrastructure, and social projects.
Alckmin and Rosales are both well-liked by businessman and bankers, because they place importance on the market economy and treat problems with transparency and with diplomacy. Their programs are very similar. The strategy of their campaigns are of resistance and not of force, as well as to add political power at a serious moment of public insecurity.
These two candidates have fought the mafia institutions that misappropriate public funds and traffic influence.
One of the most serious problems in the political campaign in Brazil and in Venezuela is that the poorest are easily swayed by populist and emotional speech. Both Lula and Chavez know how to manipulate speech to attract the popular masses by offering them "virtual" political power but few real solutions.
These politicians are perceived as typical Social Democrats; that is to say, they are tolerant and although also charismatic, they feel compelled to improve the social surroundings in a state of equality and justice.
Although both candidates desire to fight corruption, their political advisers know that that is not a subject that mobilizes the masses and excites them. For that reason they recommend focusing on the issue that always recur in the countries of Latin America; that is to say, strategies for solving poverty.
The short-term strategy is based on giving low-income families additions to the minimum wage, but granted without intermediaries so that they receive the income directly.
For example, the Venezuelan, Rosales, is offering in his campaign a debit card with the popular name "the Black Card" (the color of petroleum). This debit card would be given to around 2 million very low-income families.
The financial source for this first temporary solution would be one-fifth of the country's oil income.
This complementary welfare program would be combined with other social projects and an aggressive promotion of public and private investments with the medium-term objective to create jobs and new opportunities for small companies. But the more long-term project would be more integral and would consist of fiscal macroeconomic actions, monetary reform, and rational use of the government budget to obtain progress.
This strategy already has been implanted in Chile and in that country it has had many results, to such an extent that today the country exports more goods and services to the European Economic Community and to the United States and many countries of Latin America.
This integral strategy has still not been embraced by Alckmin, but it is the approach preferred by Rosales, and it is possible that this is the only difference that exists among them and between the Social Democratic parties that they represent.
(OhmyNews. Korea)
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