Posted: 15 Jan 2016 07:32 PM PST
Cordiales, sarcásticos, críticos y francos. El presidente venezolano,
Nicolás Maduro, y el jefe parlamentario, Henry Ramos Allup, se
permitieron bromas, carcajadas, y reprimendas entre iguales
en su primer frente a frente en la Asamblea Nacional de
mayoría opositora.
AFP
Portando una banda tricolor alusiva a la bandera venezolana y
el collar de Simón Bolívar, Maduro rindió cuentas de su gestión
y presentó un decreto de emergencia económica para enfrentar
lo que calificó como una crisis económica “catastrófica”.
“¡No, no y no!”, gritó y manoteó Maduro cuando amenazó
con bloquear cualquier iniciativa opositora de privatización.
Ese fue el único momento en que el presidente se exaltó,
en una jornada en la que se guardaron las formas y el rigor
del protocolo.
Tras ser recibido con honores, el presidente saludó sonriente
l jefe legislativo, un férreo antichavista que, para indignación
de los oficialistas, sacó del Parlamento los retratos de Hugo Chávez
y del libertador Simón Bolívar, este último resultado de una
exhumación ordenada por el fallecido líder socialista (1999-2013).
Maduro, sin dejar pasar la oportunidad para recordar el incidente,
le entregó a Ramos una carpeta con “información complementaria”
sobre la imagen de Bolívar.
En las adyacencias del Palacio Legislativo, en la plaza Bolívar,
el oficialismo instaló los paneles con imágenes de Chávez y Bolívar
que fueron retiradas por la oposición tras asumir la mayoría
en la Asamblea Nacional.
– ¡Gracias por la cuña!-
Después de escuchar a Maduro durante tres horas, Ramos
zanjó la postura opositora con humor y desparpajo en treinta minutos.
“Ustedes me citan continuamente, para bien, para mal y
para peor, pero les agradezco la cuña” (publicidad), ironizó.
“A mí los griticos no me desbalancean, yo tengo kilometraje”, respondió
Ramos a las barras oficialistas que se desgañitaron cuando el
presidente del parlamento dijo que el retrato que defiende
el chavismo para “amulatar a Bolívar no es el rostro del Libertador”.
El veterano diputado de 72 años aprovechó la presencia del ministro
de la Defensa, el general Vladimir Padrino, y el alto mando militar
venezolano para advertir: “El abuso no fue retirar las imágenes sino
colocarlas. (…) Desde 1811, nadie había colocado aquí una imagen de
un presidente, ni vivo ni muerto”.
Ramos, dicharachero, aseguró que la crisis económica no es
responsabilidad de Maduro sino de Chávez, pues le dejó “la botija vacía”.
Por ello, lo increpó a “poner los pies sobre la tierra” y trabajar
en conjunto para “resolver los problemas”.
“A veces hay que doblarse para no partirse”, dijo Ramos en un mensaje
que parecía más dirigido a la base opositora que al chavismo, referencia
velada a la desincorporación de tres diputados disidentes que fueron
juramentados a pesar de haber sido impugnados por el oficialismo.
“Pero que nadie se equivoque, éste es ahora un poder nacional autónomo
ue va a legislar, debatir y controlar”, insistió.
Sentados uno al lado del otro en la tribuna del hemiciclo,
Ramos le arrancó risotadas a Maduro al cierre de la sesión,
citando al ex jefe parlamentario chavista, Diosdado Cabello.
“Diosdado ha de repartirles dosis superabundantes de moringa”,
en alusión a los supositorios que el segundo del chavismo
recomienda usar a los opositores para superar la irritación que,
en su opinión, les producen las derrotas políticas frente al oficialismo.
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