domingo, julio 05, 2015

GRECIA

A medida que la crisis griega se desarrolla, es importante entender que un programa de ajuste estructural con éxito requiere una fuerte identificación del país. Incluso si los negociadores a superar los puntos de fricción más recientes, será difícil confiar en su aplicación si el pueblo griego no están convencidos. Esa ha sido sin duda la experiencia hasta ahora. Pero sin una reforma estructural, hay pocas posibilidades de que la economía griega logre su estabilidad y un crecimiento sostenido - entre otras cosas porque los prestamistas oficiales no están dispuestos a continuar sufragando dinero para una Grecia sin reformar. (Este ha sido el caso a través de la mayor parte de la crisis)

Es difícil aconsejar a los griegos cómo votar el 5 de julio por las 2  alternativas - la aprobación o el rechazo de los términos de la troika - no va a ser fácil, pues ambos llevan enormes riesgos.

Un voto por el SI significaría la depresión casi sin fin. Tal vez un país empobrecido - que ha vendido la totalidad de sus activos, y cuyos brillantes jóvenes han emigrado -  podría obtener el perdón de la deuda; tal vez, haber encogido por una economía de ingresos medios, Grecia podría finalmente ser capaz de obtener la ayuda del Banco Mundial. Todo esto podría suceder en los próximos diez años, o tal vez en la década después de eso.

Por el contrario, un voto del NO sería al menos abrir la posibilidad de que Grecia, con su fuerte tradición democrática, podría captar su destino en sus propias manos. Así los Griegos podrían ganar la oportunidad de dar forma a un mejor futuro que, aunque tal vez no sea tan próspero como el pasado, es mucho más esperanzador que la tortura desmesurado del presente.




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