Reunión especial del Consejo Permanente de la OEA en relación con la situación en Venezuela
Declaraciones de la embajadora Carmen Lomellín, Representante Permanente de Estados Unidos ante la OEA, 6 de marzo de 2014
Preparado para su presentación
Señor presidente, mi delegación acoge de buen grado este diálogo de hoy en el Consejo Permanente. Se trata de un tema que nos afecta a todos nosotros en el hemisferio y en todo el mundo. Estamos en un momento de crisis en la cual la opinión colectiva de esta entidad hemisférica no solamente es apropiada sino necesaria.
Estados Unidos observa con preocupación el hecho que la situación en Venezuela haya continuado deteriorándose desde la reciente reunión del Consejo Permanente del 19 de febrero. Entonces la cantidad de muertos era de 13, y ahora es de al menos 19, y nos preocupa muy gravemente lo que aparenta ser una tendencia del personal de seguridad a emplear fuerza excesiva.
También nos preocupan las crecientes tácticas represoras aplicadas por el gobierno en su intento de restringir el derecho de los ciudadanos venezolanos a la protesta pacífica.
Y estamos gravemente preocupados por la restricción de la libertad de expresión y la libertad de prensa que se manifiestan por medio del control del gobierno sobre la información y los medios de comunicación tanto domésticos como internacionales.
Mientras debatimos en la OEA, otras voces de todo el hemisferio, y de todo el mundo, han hecho un llamado a terminar con la violencia, a respetar la disensión pacífica y lo que es más importante aún, en favor de un diálogo significativo entre la oposición y el gobierno. Un verdadero diálogo es la única manera de calmar la situación.
Además de escuchar al secretario general Insulza y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hemos escuchado al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; a UNASUR, CELAC, a la Asociación Interamericana de Prensa; la Comisión de Derechos Humanos de la ONU; al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores; a los Amigos de la Carta Democrática, a Amnistía Internacional, a Transparencia Internacional, a Freedom House y a cientos de entidades más pequeñas e individuos en nuestros estados miembros.
También hemos escuchado al papa Francisco, que específicamente hizo un llamado al sostener conversaciones para tratar asuntos concretos para el bien común.
Ayer, cuatro expresidentes de América Latina se manifestaron públicamente. Oscar Arias, Fernando Cardoso, Ricardo Lagos y Alejandro Toledo emitieron una firme declaración conjunta en la que solicitan al gobierno venezolano que inicie de inmediato un diálogo sin precondiciones y que cese su represión de los estudiantes y de los líderes de la oposición.
Dado este coro de voces que pide acciones, es esencial que este Consejo y esta Organización se muestren firmes en favor de los principios que han orientado a este hemisferio durante muchas décadas, que han sido consagrados en la Carta de la OEA y en la Carta Democrática Interamericana. Estos son principios de gobernabilidad democrática, respeto a la disensión pacífica, y firme apoyo a la libertad de prensa y a la libertad de expresión.
Señor presidente, estamos aquí hoy porque la delegación de Panamá ha solicitado formalmente al Consejo que decida si se convoca a una reunión de consulta. Mi delegación considera que una reunión de consulta podría ser la medida próxima apropiada y por ello respaldamos su solicitud. Ello permitiría a los ministros de relaciones exteriores explorar una amplia gama de opciones en las que la OEA, u otros, pueden facilitar el diálogo y otras soluciones que todos queremos para Venezuela.
Además de esa reunión, se pueden poner en marcha otras importantes herramientas de la OEA para ayudar a Venezuela en este periodo de crisis. En muchas ocasiones en el pasado hemos pedido a la Secretaría General y a sus buenos oficios que ayuden a encontrar una solución pacífica a los problemas de nuestro hemisferio. También hemos tenido situaciones en las que una clara declaración de este Consejo, y la constante observación de una situación, han contribuido a disminuir tensiones y a lograr resoluciones satisfactorias.
Lo que no es aceptable es que este hemisferio se quede callado, que no hable por medio de su institución multilateral más importante. Consideramos que muchos elementos del camino a seguir ya han sido acordados virtualmente por todas nuestras delegaciones: un llamado al inmediato fin de la violencia; respeto a la disidencia pacífica e iniciación de un diálogo significativo. Este diálogo debe contar con la ayuda de un mediador, de un tercero, que sea aceptable para ambas partes.
Debemos también pedir al gobierno venezolano que libere de inmediato a todos los que han sido detenidos durante el ejercicio de su derecho a la protesta, entre ellos a Leopoldo López. Esas personas no han cometido nada malo, nada más que han elevado su voz para protestar por las actuaciones de su gobierno, un derecho que debemos proteger.
Finalmente, señor presidente, dadas las graves restricciones de los medios informativos e incluso del uso de Internet, este Consejo carece de información de calidad sobre la situación actual en el terreno. Como hemos hecho en ocasiones pasadas, hemos propuesto que el Consejo invite a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a otras entidades de la OEA a que se dirijan a este cuerpo y brinden datos basados en los hechos que ayuden a orientar nuestras deliberaciones.
Al pueblo de Venezuela le debemos la consideración de toda manera posible para salir adelante. Debemos iniciar de inmediato las conversaciones. Gracias señor presidente.
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