TEMER TAN SÓLO AL TEMOR
Antonio A. Herrera-Vaillant
El régimen maneja el temor a las masas marginadas, posicionando al Teniente Coronel como única barrera entre ellas y gente más afortunada.
Lo bautizaron "la garganta de los pobres" mientras atizaron luchas de odios, de clase y raza, hace tiempo atenuados en un pueblo solidario, tolerante, y pleno de aspiraciones de legítima superación.
Fabricaron la idea de un apoyo abrumador a un nebuloso "proyecto" rebautizado "revolución", que en el fondo no es más que el disfraz para un descarado culto a la personalidad.
Hoy apenas creen en "socialismo" unos pocos desquiciados que vanamente intentan reproducir la pesadilla cubana en medio de un mar de corrupción.
Manipularon el fantasma de "cuando bajen los cerros", apoyados en un mítico "Caracazo" - en que robaban neveras y televisores - que hoy confiesan fue planificado é inducido por ellos mismos. Sus mentes enfermas sueñan con un sangriento "Bogotazo", muy ajeno a la realidad nacional.
Levantaron una especie de muro de Berlín alrededor de las zonas populares, para que dentro no se pudiesen expresar sus opositores. Allí montaron una minoría del odio con cacareadas "milicias" y bandas armadas de hampa común para intimidar y hacer ver que aquellos cobardes representan a la gran masa de gente decente - culta ó inculta - del país.
Olvidan que con hampa tarifada no se hace una guerra civil, y que los miembros de las fuerzas armadas son ciudadanos como todos los demás.
Su peor amenaza es todo dato que demuestra que ese apoyo "masivo" no es sino el traje invisible de un Emperador desnudo.
Deforman la interpretación de encuestas - omitiendo el detalle que faltaba: Que para entrar y salir de zonas marginadas los encuestadores deben contratar los servicios de azotes que - junto con casi toda el hampa - son instrumentos del régimen.
¿Qué responde un civil del barrio al encuestador que atrás tiene al sicario? Nada explica mejor un alto porcentaje de "indecisos" en medio de una polarización.
Introducen misteriosas "captahuellas" para intimidar a los más crédulos, y hacen ver que todos los pobres han vendido sus votos, cuando en mayoría son gente honesta, con las mismas aspiraciones de paz y superación que las grandes mayorías nacionales.
Entender que los pobres no son una amenazante masa de meros hampones - y derribar el imaginario muro de Berlín - ha sido clave en el vertiginoso ascenso de Henrique Capriles Radonski, con toda la fuerza de una idea conciliadora cuyo tiempo ha llegado.
De cara al futuro, hoy, como dijo Franklin D. Roosevelt: "a lo único que tenemos que temer es al propio temor".
También lo puedes ver en mi blog:
http://aherreravaillant.blog.com/
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