Desde que salió en la plataforma de las redes sociales el artIculo denominado “Los caballos de Troya de Fidel” -escrito asombrosamente de caràcter anónimo- se ha despertado una estela de múltiples comentarios y de reacciones encontradas, que aún siguen circulando.
Que el candidato del Psu esté enfermo o no, es de inexcusable error pensar que el país dependa de su carcinoma, de su narcisismo o de su verruga para vislumbrar el destino de nuestro pueblo.
Si “el candidato de la patria” le ha mentido al país con un falso positivo de un cáncer que nunca tuvo, es el más alto grado de inmoralidad y de perversión jamàs visto en mandatario alguno de Venezuela.
En el supuesto negado que todo fue una patraña diabòlica de los Castro, orquestada en La Habana y diseminada en toda la geografIa nacional a travès de la industria del rumor con premeditación y alevosía es un delito castigado por las leyes y repudiado por el eterno Creador.
Esa mentira es un delito penal de injuria y ademàs es un pecado contra el Espíritu Santo, que no tiene perdón celestial (cfr.Mt.12,32).
Una burla de blasfemia pidiendo oraciones y sacramentos en vano, es pecar contra el Paráclito Defensor de la verdad. Eso clama al Cielo, sería peor para él si todo fuese una farsa castrista, eso es más grave que si padeciese un mal en su humanidad.
Simplemente, le digo a Hugo Chàvez lo que Jesùs le recalcó a los apostoles con el pecado de Judas Iscariote: “Hubiera sido mejor para él no haber nacido” (Mt.26,24). Mentir faltando a la caridad de la bondad de un pueblo noble como el de Venezuela, es la más alta traición que jamàs el país perdonarà.
Su castigo serà electoral y espiritual, que Dios se apiada de su alma iscariotizada. Suponiendo que no tiene cáncer, padece de la soberbia y vanagloria que llevó a Herodes Agripa a la muerte sùbita de manos del Angel (cfr.Hch.12,23).
Dios y la Virgen nos bendiga a todos. Amén.
*Padre José Palmar, Cura de barrio, locutor y periodista.
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