CARACAS (EFE) — Tras ocho huelgas de hambre en los últimos seis años, el venezolano Franklin Brito no pudo continuar con su protesta en contra del gobierno del presidente Hugo Chávez para la devolución de sus tierras en Bolívar, en el sur del país.
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| FRANKLIN BRITO |
El supuesto desconocimiento de una propiedad rural de 299 hectáreas a nombre de Brito derivó en las protestas del también biólogo venezolano, que mantuvo de manera intermitente cada vez que había la posibilidad de un arreglo con las autoridades.
A finales de 2009, Brito había suspendido una huelga de hambre que llevaba desde hace casi seis meses, cuando el gobierno anunció la anulación del decreto de expropiación que el Instituto Nacional de Tierras (INTI) había emitido a favor de terceros, lo que afectó al huelguista.
Sin embargo, al negarse el gobierno venezolano a dar una copia de esa anulación y el pago de una indemnización, Brito volvió al ayuno, sin saber que sería la última vez.
Desde el mes de junio, la situación del campesino se complicó. Brito había solicitado que la Cruz Roja de Venezuela lo atendiera porque no confiaba en los médicos del Hospital Militar donde permanecía en contra de su voluntad.
"Franklin vive en la lucha del pueblo venezolano por el derecho a la propiedad, el acceso a la justicia, por la libertad y el respeto de los gobiernos a los derechos humanos, colectivos e individuales", apuntaron familiares del huelguista en un comunicado.
Brito llegó a cortarse un dedo y dijo que se quitaría uno por cada día que pasara sin una respuesta del gobierno. Pero Venezuela mantuvo su argumento de que la protesta del campesino era parte de un plan para desprestigiar a la administración de Hugo Chávez.
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