[10-01-2007 10:34 ] A continuación traducción de texto editorial de The
Economist , prestigioso semanario londinense:
La historia de los ocho años de la presidencia de Hugo Chávez en Venezuela se podría calificar de reinvención.
El Sr. Chávez pareciera determinado, a través de su retórica y política, a provocar enojadas reacciones de sus oponentes en casa y en el extranjero. Poco antes de su proclamación del miércoles 10 de enero, anunció que los elementos que fuesen estratégicos de la economía –telecomunicaciones, electricidad, y el petróleo pesado de la faja del Orinoco– debían ser nacionalizados o re-nacionalizados. Los precios de las acciones de algunas empresas afectadas por estas declaraciones se
desplomaron en los mercados el 9 de enero. El Banco Central sería también despojado de su autonomía constitucional dejando al gobierno libertad de imprimir dinero para financiar programas sociales.
Mas retórica y revelaciones se esperan para su discurso inaugural, pero algunos aspectos de los que el Sr. Chávez llama “la nueva era” ya están muy claros. La constitución será reformada para permitir que las medidas socialistas sean
implementadas. Una Ley Habilitante dejará que el Ejecutivo decrete unas leyes más explosivas que las del paquete del 2001
que desató una larga crisis política de tres años.
Esta semana aconsejó con desdén a los líderes de la iglesia quienes estarían confundidos de entender sus planes que vieran a Cristo como un “autentico comunista, anti-imperialista y enemigo de la oligarquía”. El ya no habla de “mejorar el
capitalismo”, pero de un “socialismo del siglo XXI”. Detrás de su persona, mientras hablaba, había una gran imagen de su cara y sus manos en close-up, recordando a un obispo bendiciendo a sus feligreses. La imagen refleja una nueva característica del régimen venezolano: un crecido culto a la personalidad del líder quien habla de la resurrección del socialismo.
La empresa privada, en un fuerte entorno con control de precios y de cambio, sujeta a una competencia desleal del Estado que se ha involucrado en todos los sectores, desde agricultura hasta la banca, será aun más arrinconada. El proceso político de descentralización que comenzó en 1980 será puesto en reversa, y la restricción de la reelección presidencial consecutiva será disuelta, permitiendo al Sr. Chávez mantenerse en el poder indefinidamente.
Las vías para disentir parecen disminuirse. Una nueva ley que esta siendo considerada limitará severamente el flujo de dinero a organizaciones no gubernamentales. Un canal independiente de televisión, RCTV, uno de los dos que se oponen abiertamente al gobierno, será sacado del aire simplemente por no renovar su licencia en mayo.
“No habrá mas concesión para el canal golpista llamado Radio Caracas Televisión”, dijo el presidente a las fuerzas armadas a finales de diciembre, después de ganar las elecciones con un amplio margen. El presidente de RCTV Marcel Granier es un crítico abierto al gobierno y fue visto como un posible candidato de oposición.
El Sr. Chávez también levantó críticas internacionales. El Secretario de la Organización de Estados Americanos, Jose Miguel Insulza, dijo que la decisión de cerrar una estación de televisión parecía ser una forma de censura y una “advertencia a los otros medios”. El Sr. Chávez evidentemente reventó en cólera, y respondió con insultos pidiendo la renuncia de Insulza, acusándolo de actuar como un “jinete del imperio” (queriendo decir los Estados Unidos). Así como se ha pronunciado sobre
América en los recientes años, el presidente de Venezuela parece conciente de su búsqueda de reacciones desde el resto del continente.
Aunque existen diferencias en las condiciones económicas y políticas en casa y en el extranjero, los ecos de la Cuba de Fidel Castro en los comienzos de los sesenta son difíciles de ignorar.
Traducción: AmericaFinanzas.com
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