lunes, agosto 30, 2010

Elides Rojas nos cuenta el asunto político





La Hoz y el Martillo

Paradojas: Pobres cada vez más pobres. Militares y comunistas cada vez más ricos

29.08.2010
10:36 PM

La clave para establecer hacia dónde va este gobierno está en varios documentos oficiales que pueden ser perfectamente consultados en la red. Al menos es lo que dicen. Una cosa es lo que tienen escrito en sus folletos, panfletos y papeles de corte y costura y otra el camino que va dibujando la realidad. Claro que hay que diferenciar entre el lineamiento ideológico claramente castrista y marxista, a la vieja manera de hacer comunismo, aunque el líder jamás se haya leído una línea de los escritos de su mentor favorito. 

El camino comunista está por todas partes. En el Nuevo Mapa Estratégico, en el Plan Simón Bolívar 2007-2013, en las bases del PSUV. Son comunistas, para allá llevan al país, copian el sistema dictatorial de Fidel Castro, tratarán de mantener en el poder al hijo putativo de Fidel hasta que los huesos se le achicharren, tratarán de matar a toda la empresa privada para apropiársela y explotarla como hacen los hermanitos en Cuba, tratarán de dinamitar todo lo que huela a oposición a punta de cárcel y presiones, tratarán de disimular su odio de clases, envidias y reconcomios ancestrales solo en tiempos de elecciones. Tratarán de matar a los medios de comunicación y a la prensa libre para seguir montando el teatro de una perfección falsa y de un supuesto amor al pueblo que es más falso todavía. 

En eso andan desde hace tiempo. No gobiernan. Solo tratan de imponer su sistema comunista por la vía de la guerra de medios y por la vía legislativa impuesta, contra la Constitución y según los caprichos de micomandantepresidente. A estas alturas del partido, por mucho viaje que se metan a Orlando, por muchos hijos que tengan nacidos o mandados a estudiar en Estados Unidos, estos militares y sus recogiditos civiles son comunistas. 

Malos comunistas, pero lo son. Y, de la mano de Castro, llevan al país a ese mismo sistema donde la vida se reduce más o menos a lo siguiente: Un cubano típico se levanta a las 10 de la mañana, se sienta en las aceras a ver qué pasa y a quién estafa, a eso del mediodía se echa el primer palo de aguardiente y así hasta la noche, cuando con un pedazo de pan y un simulacro de carne molida se despide hasta el otro día, que será igual al otro, que fue igual al otro. Así se les va la vida. Si hay chance una escapada vía Miami, entre militares corruptos que cobran para dejarte ir y una lucha contra un mar bravo y tiburones comecubanos. Tienen 50 años en eso. 

La dieta más larga del mundo. El resto de la vida de un cubano se va en la cola del Mercal de allá para atrapar la ración de comida del mes, gracias Fidel, y buscando turistas para ofréceles niñas, jóvenes o veteranas jineteras, según el gusto y a cartera del capitalista visitante. Esa es la vida en revolución. Y, claro, jalarle mucho mecate, todo el que pueda al régimen, a los Castro, a los militares, al sapo de la cuadra. Así podrá seguir libre y bebiendo aguardiente sin problemas. 

Por lo demás, con las diferencias naturales de un país que ingresa unos 70 millones de dólares diarios por petróleo vendido al imperio, esa será la vida de los venezolanos si el chavismo termina de meter sus garras en las espaldas de todos. 

El chavismo, aunque tengan militares ricos y funcionarios conductores de Audi, es comunismo. El comunismo, como se sabe, solo ha funcionado bien para las cúpulas que lo administran y lo imponen. Para el pueblo, ese pueblo que es y será pata en el suelo, pues el comunismo lo que le dará será más suelo y menos zapatos, está condenado a abrir la botella de ron a eso de las 11 y 30 de la mañana. Y, salvo prueba en contrario, ya eso está ocurriendo en más de un barrio o pueblo venezolano. No hay trabajo, pero hay ron y aguardiente. Y aceras para sentarse. 

Eso es comunismo del bueno. Con un estilo de vida como ese, en el que los jefes se van en el avión presidencial o el resto de la flota, cada vez que le piquen las plantas de los pies, a la Patagonia, a Miami o a París a ver a Madonna, mientras los bolsas pobres votantes son cada vez más pobres, pero extrañamente cada vez más chavistas, la continuidad del régimen está asegurada. A más pobres más votantes socialistas. A más pobres, más liderazgo querido y carismático. 

Es la paradoja del Siglo XXI. Chávez le quita la plata al hospital que atiende más pobres en toda el área metropolitana, el Pérez de León de Petare. Los pobres de Petare, Guatire y Guarenas van a sacarse las balas que les mete el hampa justamente ahí. Y Chávez le quita los recursos porque el alcalde administrador, Carlos Ocaríz, es de oposición. 

La paradoja apunta a lo siguiente: Chávez sacará más votos en la zona, pues mientras más maltrata a los pobres mejor le va. Por otra parte, Chávez dice que el alcalde Ocaríz se roba los reales y Ocaríz no levanta un dedo contra el alcalde anterior acusado de todo tipo de malandrismos. Raro, muy raro. Eso quiere decir que el pacto de no agresión y supervivencia también salió mal. Otro que cayó en la trampa de vivamos juntos, pero dejemos pasar por debajo las cochinadas. 

Eso también es comunismo. Del malo, es verdad. Pero es que no hay otro. 

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