viernes, mayo 13, 2011

bin Laden

Ungido como líder del terrorismo, Osama bin Laden construyó su leyenda. Es complejo describir un legado que indudablemente es sombrío para la humanidad. Un hombre de ideales pérfidos, y para otros un Profeta, el mentor de Al Qaida terminó muriendo abatido por las fuerzas militares estadounidenses, lo que para sus discípulos lo convierte en un mártir.

Del autor intelectual de los peores ataques terroristas de las últimas dos décadas se disputa si ahora descansa en la gloria del Paraíso o bajo el fuego de las calderas del infierno pagando sus penas, como estipulan los preceptos del Corán.

Bin Laden se distinguía a sí mismo como un mensajero de la palabra de Dios (Alá), un vengador que a pesar de su concepción fanática del Islam, debe estar en estos momentos apostado a la diestra de Satanás, según los principios de su fe.

Los fundamentos
La Comisión Islámica de España (CIE) emitió en 2005 una fatwa o fetua condenando el terrorismo y al grupo Al Qaida -incluyendo a Bin Laden-, luego de cumplirse el primer aniversario de los atentados del 11 de marzo en Madrid, que cobraron la vida de 195 personas; el peor ataque en la historia de esta nación.

La fatwa o fetua es el dictamen jurídico religioso islámico que, entre otras cosas, puede condenar la infidelidad al Corán por parte de una persona. Es promulgada por ulemas y a parte de que puede ser condenado a muerte, los juristas religiosos están facultados a "enviar" su alma a revisión al infierno. Bin Laden recibió diversas fatwas o fetuas, la más polémica es en la que los ulemas afganos le pedían que se marchara de Afganistán tras el comienzo de la guerra. Un destierro.

Según la Sharia -la ley islámica- todo aquel que declara lo que Dios ha catalogado como haram o prohibido, como es matar a personas inocentes en atentados terroristas, se convierte en "Kafir Murtadd Mustahlil", es decir en apóstata, por haber pretendido hacer "halal", el asesinato de inocentes, crimen que el Corán y la Sunna del profeta Mahoma prohíben expresamente, establecía la fatwa de la CIE.

"En tanto que Bin Laden y su organización defienden la legalidad del terrorismo y pretenden fundamentarla en el sagrado Corán y la Sunna, están cometiendo delito de istihlal y se convierten ipso facto en apóstatas... que no deben ser considerados musulmanes ni ser tratados como tales", acotaba el dictamen de esta organización.

Orden y ley
El Corán distingue entre pecados mayores y menores (Surat 42:37). El asesinato y su instigación, así como la rebelión y la desobediencia son vistos como males mayores que conducen al infierno. Bin Laden fue el autor intelectual de al menos cuatro mil muertes desde 2001.

"Cualquiera que comenta estos pecados y no se arrepienta antes de la muerte, no puede, según muchos teólogos musulmanes, entrar al Paraíso. Tal persona será echada por Dios en las llamas del infierno por la eternidad", escribía Christine Schirrmacher, directora académica del Instituto de Estudios Islámicos de la Alianza Evangélica Alemana.

Para un vasto grupo de musulmanes Bin Laden es ahora un mártir, y a partir de ahora habrá quienes mantengan sus postulados. Las distintas ramas del Islam tienen concesiones sobre los pecados y el nivel de gravedad necesario para que una persona llegue al cielo o al infierno; lo cierto es que, con las atrocidades en nombre de Dios perpetradas por el jefe d Al Qaida, se rompieron las barreras de lo concebible para esta religión.

Dawud Walid, representante del Consejo de Relaciones Estadounidense-Islámicas comentaba a AFP que "cualquier persona que vea a Osama bin Laden como algún tipo de santo mártir está muy equivocada... No hay nada sagrado o justo en lo que él representó".

La mayor parte de los teólogos musulmanes asumen que cada uno de los miembros de su religión entrará al Paraíso, recordaba Schirrmacher. Para algunos "quizá Dios le condenará a un período de tiempo en el infierno, pero luego, por causa de la mediación de Mahoma, le recibirá en el Paraíso por la eternidad" acotaba la experta, algo similar en el dogma católico al llamado Purgatorio.

Pero hay quienes no creen esto, y manifiestan una sensación de "alivio y júbilo" dentro de la comunidad musulmana por la muerte de Bin Laden, por "degradar la imagen del Islam", confesaba si tapujos el influyente imán iraquí Sayed Hassan Al Qazwini del Centro Islámico de Estados Unidos.

El propio concepto de guerra que viene establecido en el Corán tiene un matiz defensivo en su complejo: "Y combatid por la causa de Dios contra los que os combatan, pero no cometáis agresiones, pues, ciertamente, Dios no ama a los agresores" (2:190). Aquel principio fue interpretado por Al Qaida y el propio líder terrorista como el argumento idóneo para inspirar su lucha. Morían los paganos y quienes no lo eran, pero "con el perdón de Alá" se salvarían.

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