Sobre el incómodo subsidio a la gasolina, por Asdrúbal Oliveros
Por Asdrúbal Oliveros | 12 de Septiembre, 2011
La gasolina no deja de ser uno de los temas de principal preocupación para la economía venezolana. Este argumento se refuerza después de las declaraciones del ministro Alí Rodríguez quien señaló que la “lógica reclama” un aumento en la gasolina y las tarifas eléctricas y admitió que el presidente Chávez no ha creído que sea “prudente”. Hace algunos meses, Rafael Ramírez, presidente de Petróleos de Venezuela, dijo en la Asamblea Nacional (AN) que este subsidio está dirigido a ayudar a los estratos más bajos y a frenar los aumentos inflacionarios.
La situación se vuelve cada vez más crítica y los costos de ajuste cada vez mayores, dado que han pasado más de 13 años desde el último incremento de precios. A esto se le suma que Pdvsa se encuentra en una situación de gran necesidad de recursos para inversiones y mantener el sistema económico social establecido por el actual gobierno. Veamos cuán importante es este subsidio para la economía venezolana.
Para calcular el monto del subsidio a la gasolina se debe comparar el precio de venta para el consumo interno con el costo de oportunidad de la gasolina, es decir, con el precio que percibiría de ser exportada o vendida al precio de los mercados internacionales, de manera de identificar cuánto es lo que Pdvsa deja de obtener por el beneficio. Este monto equivaldría al subsidio por litro vendido en el mercado interno, que luego debe ser multiplicado por el número total de litros vendidos, obteniéndose así el costo completo.
En la tabla que mostramos a continuación se puede evidenciar lo que representa el costo del subsidio gubernamental a la gasolina, en un contexto de declinación de la producción de acuerdo a cifras aportadas por las fuentes secundarias de la OPEP.
Si observamos el cuadro, podemos constatar que el monto del subsidio por litro sufrió un descenso importante en 2009 si lo comparamos con 2008. Sin embargo, no es más que la caída que sufrieron los precios del petróleo a raíz de la crisis internacional, tendencia que se ha venido revirtiendo y que, en el escenario de precios previsto para 2011 por Ecoanalítica, nos llevaría a un subsidio de VEB 2,6 por litro vendido.
El incremento del monto del subsidio se debe a tres razones. La primera tiene que ver con el hecho de que en los últimos dos años el Gobierno ha realizado dos devaluaciones de la moneda. Segundo, el consumo interno ha seguido creciendo, aunque a una tasa menor que en años anteriores. Y por último, los precios del petróleo han aumentado progresivamente.
El detalle está en que este cálculo no es el mismo que realiza el Gobierno. Según el presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, el subsidio debe calcularse sobre la base del costo de la producción del barril de petróleo, que está alrededor de los 7 US$/bl, y no debe incluirse el costo de oportunidad del beneficio. Además, este costo no ha variado mucho en el tiempo según lo señaló Ramírez en su intervención a comienzos de año en la Asamblea Nacional. Utilizando el criterio del ministro Ramírez y asumiendo 7 US$/bl como costo cierto, tendríamos que para 2011, el valor de un litro de gasolina en el mercado interno sería de VEB 0,19, lo que implicaría un subsidio de VEB 1.540 millones (US$ 358 millones). Además, como hoy, el precio de la gasolina es VEB 0,10 por litro, llevarla a su “valor costo” según Ramírez implicaría un incremento de 90%.
De continuar con un escenario como el que hemos señalado, estaríamos en presencia de un subsidio de US$10.281 millones durante 2011, lo que se traduce en un incremento de 41,3% en relación con el estimado de 2010. Este registro sería superior al del año 2008 de US$8.824 millones, aunque con una diferencia de precios de 7,6%, lo que resalta la importancia del incremento en el consumo interno. La cantidad de dinero que Pdvsa recibiría si eliminara el subsidio podría mejorar considerablemente la situación actual de la empresa, ahora que la producción está en detrimento.
Midiendo el subsidio en términos del tamaño de la economía, el subsidio pasó de representar 1,7 puntos del PIB en 2003 a 4,8 puntos en 2011. Es necesario aclarar que esta cifra, con respecto al tamaño de la economía, no es aún mayor por la importante apreciación real de nuestra moneda, lo que hace que se “infle” el valor medido en dólares de nuestro PIB”, lo que demuestra que a medida que el Gobierno se vea en la necesidad de habilitar Pdvsa para vender divisas a un tipo de cambio mayor o devalúe la moneda, sin ajustar el precio de la gasolina, el costo para la economía y para Pdvsa será cada vez mayor.
Ahora que el Ejecutivo ha tomado como bandera el tema de la vivienda, vale la pena preguntarse cuánto es lo presupuestado por el Gobierno en esta materia. La respuesta sería US$402,3 millones según la Ley de Presupuesto 2011, lo que equivale a una diferencia frente al subsidio de la gasolina de US$9.879 millones, (¡el subsidio sería 25 veces más!). Pero no sólo eso, si hacemos la misma comparación con Seguridad y Defensa, podemos ver un resultado menos dramático, pero no menos importante, donde el subsidio representa 2,8 veces lo que estaría presupuestado para el sector, mientras que sectores como Salud y Educación, que son bandera del socialismo del siglo XXI, estarían en 2,4 y 1,5 veces más, respectivamente. En total el subsidio representaría un 22,0% del presupuesto acordado para 2011, cuando en 2009 el registro fue de 11,4%.
Aunque estos indicadores nos muestren lo costoso que resulta el subsidio, consideramos que es importante dar el beneficio de la duda al discurso del ministro Ramírez, cuando dice que este subsidio estaría dirigido a ayudar a los estratos bajos y no a los ricos. Sin embargo, cuando evaluamos el patrón de consumo de gasolina por cada uno de los habitantes de cada estrato social, a partir de la encuesta que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Banco Central de Venezuela (BCV), para el área metropolitana de Caracas, nuestros resultados nuevamente contradicen el discurso del Presidente de Pdvsa.
A medida que subimos de estrato social, tomando en cuenta que el primero es el que percibe ingresos menores y el cuarto es el percibe ingresos mayores y cada uno tiene la misma cantidad de personas (25,0% de la población en cada uno), tenemos que el consumo del estrato IV es 9,4 veces mayor al consumo del estrato I. Además, si realizamos un cálculo por familia tenemos que el Estado estaría regalando VEB 11.050 por concepto de subsidio a la gasolina a las personas de mayor ingreso durante el presente año, cuando el estrato I recibiría sólo VEB 1.773. Esto definitivamente no va en consonancia con lo que profesa el socialismo del siglo XXI.
No nos cabe la menor duda de que cada sociedad tiene el derecho de decidir dónde gastar sus recursos. Al realizar estos cálculos lo que queremos es llamar a la reflexión en cuanto a la magnitud que representa el subsidio a la gasolina y el sector beneficiario.
Tras este resultado nos gustaría terminar diciendo que es evidente la relevancia que tiene el tema de la gasolina y definitivamente necesita revisarse la política tras más de trece años de precios fijos, que ni siquiera cumplen con lo que sería la razón de ser de la decisión; sin embargo, también es cierto que se deben hacer algunas consideraciones a la hora de tomar las medidas.
En primer lugar, dado el fuerte rezago, el incremento del precio de la gasolina debe ser por tramos y en un plan que abarque como mínimo cinco años. Para tener una idea de la magnitud del ajuste, si se deseara que el subsidio terminara completamente, en 2011 el Gobierno tendría que incrementar el precio en 2.480%, dado el nivel de precios del petróleo que se espera para este año. Es decir, si la gasolina es llevada a precios internacionales (implica pasar de pagar VEB 0,10 a VEB 2,67 por cada litro) tendría que incrementarse en ese porcentaje. Por el contrario, si se decide llevarla a su precio costo según el Ejecutivo (pasar de pagar VEB 0,10 a VEB 0,19 por cada litro) el incremento es de 90%.
En segundo lugar, en la medida en que el precio se vaya adecuando a la realidad, el Gobierno debe diseñar mecanismos de compensación para que los sectores más vulnerables y el transporte no sufran un impacto significativo con consecuencias inflacionarias. Finalmente, es necesario que el Gobierno acompañe la medida con un discurso que cree conciencia sobre el valor que tiene el recurso para la economía venezolana y los daños en el medio ambiente.
Por último, y para el debate, cabe hacerse la pregunta: ¿por qué si somos un país petrolero la gasolina debe llevarse a su valor internacional? ¿No debería cubrirse sólo los costos? Lo cual abre una gama de alternativas de incrementos entre 90% y 2480%, con diferentes implicaciones para los hacedores de políticas públicas y por supuesto, los ciudadanos. Este debate apenas comienza.
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