Así se forma un delincuente
La progenitora no necesariamente tiene que ser agresiva físicamente con el niño, pues el abandono es lo peor dentro del hogar . No tomarlo en cuenta hará que él crea que nada tiene sentido, incluso vivir, porque no vale para nadie”, sostiene el padre salesiano y sociólogo, Alejandro Moreno, quien dirige el Centro de Investigaciones Populares, reseñó La Voz.
La mala relación entre madre e hijo genera delincuentes. A esta conclusión llegó el padre salesiano Alejandro Moreno, director del Centro de Investigaciones Populares, quien llevó a cabo un estudio para determinar la razón de la conducta en los malandros.
El sociólogo se preguntó qué se escondía detrás del perfil de un antisocial, pues el Gobierno intenta encontrar soluciones para erradicar éste flagelo y no para evitarla. Así fue como analizó al hogar popular y determinó que la conducta delictiva nace en casa sino se da atención al niño.
Moreno aclaró que la progenitora no necesariamente tiene que ser agresiva físicamente con el hijo, pues el abandono es “lo peor” dentro de la casa. “No tomarlo en cuenta hará que él crea que nada tiene sentido, incluso vivir, porque no vale para nadie”.
De acuerdo con el investigador, éste olvido se va incubando en la conducta del infante y se generarían las reacciones violentas desde muy chicos: rompen objetos, dan golpes o se comportan mal para llamar la atención, hasta convertirse en un círculo vicioso.
“Esto solo se presenta con la mamá, el padre no pinta nada en la familia venezolana. Los otros integrantes no tienen tanto peso como la mujer”, sostuvo.
Desde niño se forma el asesino
Grave es la consecuencia por la falta de atención en los muchachos, pues según el director del Centro de Investigaciones Populares, ello es el origen del delincuente al cual denominó “estructural”. “Nace por el ambiente familiar, por la relación negativa con su mamá. La comunicación dañada forma parte, pues convierte al niño en un ser conflictivo. Desde pequeño en el fondo tiene un antisocial con personalidad violenta y que generalmente no se recupera”, agregó. De igual forma el sociólogo aseveró que el homicida nace cuando necesita valor, por lo que esto se convierte en la motivación fundamental para ser malandro, ya que necesita revalorizarse a sí mismo. “El infante comienza a agredir para tener valor y cuando cae en el delito, asesina para darse a respetar o ser reconocido, así como roba para estar por encima de otros”, señaló el padre salesiano. Los principales objetos que ultrajan son de marca, pues los hacen resaltar de los demás y obtener atención. El también filósofo, dijo que normalmente roban zapatos, así como otras prendas de vestir. Por otro lado, la investigación de Moreno arrojó que la figura del antisocial se consolida cuando encuentran placer en dominar y por tanto gozan de matar, pues le da poder con el resto de la sociedad.
El delincuente circunstancial
Tal y como expresó el padre salesiano Alejandro Moreno, tras investigar los motivos que conllevan a los niños a ser delincuentes, determinó que hay otro tipo de antisocial el cual denominó “circunstancial”. Éste, a diferencia del estructural, no se origina por una mala relación familiar (en especial con la madre), al contrario, nace por el ambiente que lo rodea a partir de la adolescencia. “Se genera por la sociedad, problemas en el entorno que lo rodea o incluso con la familia, pero a partir de la adolescencia. El estructural es desde niño”, explicó. Moreno aseveró que dicho malandro puede regenerarse, otro aspecto que lo diferencia. “Si él va a la cárcel sabe que debe mejorar su conducta para poder salir, en cambio el otro, estando en prisión empeora”. En cambio el estructural, de caer preso, no pasaría de 25 años, según el sociólogo, pues se siente como en casa y el ambiente agresivo lo mantendrá cómodo.
La pobreza no es excusa
“Ninguno se ha convertido en malandro por pobre”, sentenció el sociólogo Alejandro Moreno. El director del Centro de Investigaciones Populares, explicó que el estudio arrojó que los delincuentes no roban o matan por necesidad, sino para buscar respeto y prestigio. De igual manera, aclaró que en las urbanizaciones también hay antisociales, quienes quizá tienen mejores implementos para cometer las fechorías. También dijo que los secuestros son hechos por la gente que tiene más dinero y mejores automóviles, que no son precisamente cometidos por los que están en el cerro. “Los malandros de clase alta son terribles también, lo que pasa es que no tienen tanta publicidad y ellos encuentran la forma de hacer sus delitos por una vía menos sangrienta: corrupción o narcotráfico, por ejemplo”, expuso.
“Nadie se ocupa de la prevención”
Para el director del Centro de Investigaciones Populares, Alejandro Moreno, son muchas las soluciones para atacar el flagelo de la violencia, sin embargo acotó que el Gobierno no se preocupa por la prevención. “Hay una población notable de niños y jóvenes que está casi en abandono en el día, porque en la noche es que va a su casa, pero Gobierno no está atendiendo esa población y desde ahí se pueden rescatar delincuentes”, advirtió. Moreno insistió en que no hay suficientes instituciones que apoyen a la población y que no se aprovechan los profesionales que hay en el país, como trabajadores sociales o psicólogos sociales, quienes podrían trabajar en las zonas necesitadas de las cuales tampoco tienen censo. Asimismo, no dejó a un lado un desarme de la población y también de sus municiones, aunque cree que una ley no es la respuesta primordial. “Una ley no sirve, eso no va a acabar con esto porque no detiene al delincuente”. Añadió que cuando los jueces hagan su trabajo y dejen de ser comerciantes, las cárceles estén aptas para albergar seres humanos, así como las instituciones cumplan con su labor, pondrán un granito de arena en contra de la violencia. “Aquí hay carencia de Gobierno, ni siquiera hablan”
“El malandro actual es un modelo para niños porque tienen buenas motos, se viste de marca y atrae atención de los demás, exactamente lo que ellos necesitan”.
Alejandro Moreno, sacerdote
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