miércoles, marzo 14, 2012
PALABRAS PARA VENEZUELA (en BANESCO)
Sin hablar del caso venezolano, dijeron mucho sobre nuestro país. Los expresidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; España, Felipe González; y Chile, Ricardo Lagos, conversaron ayer con la prensa (evitando siempre la polémica) sobre el socialismo, el militarismo y hasta sobre el mal de la inflación. Lo hicieron horas antes de participar como invitados de honor en la cuarta edición de “Palabras para Venezuela”, foro organizado por Banesco, celebrado anoche.
Fue Cardoso quien dedicó varios minutos, sin referirse directamente a la política venezolana, a revisar la dupla del “militarismo-socialismo” como fórmula de gobierno. Y no dejó lugar a dudas: “El socialismo y el militarismo son totalmente incompatibles”.
Justificó su planteamiento al contraponer la propuesta militarista a la preservación de los derechos fundamentales. “Y es impensable un socialismo sin libertad”. O peor, dijo: “¿Quién puede pensar hoy día en el militarismo como mecanismo de liberación?”. Liberación que sólo se puede encontrar, explicó, con el pueblo ejerciendo a plenitud los beneficios democráticos: “Siempre hay que colocar el énfasis en la sociedad civil y no en el Estado, en lo militar”.
Señaló que el socialismo sí tiene que ver con inclusión, con regulación y contrapesos a la fuerza del mercado. “Pero el futuro no puede concebirse con el socialismo como equivalente de la supresión de libertades”, insistió.
Ricardo Lagos no habló de socialismo. Pero planteó el dilema en términos de “derecha” e “izquierda”. “Estar del lado de la izquierda es estar del lado de los ciudadanos y todo se hace a su medida”. Confió en que la región continúe por este camino. Pero hizo una salvedad: “Algunos piensan que ser de izquierda es volver a las utopías del pasado. Y eso no tiene que ver con el mundo de hoy”. Cuando realizó su exposición, no hablaba de Venezuela. Al menos, no en específico. Habló de Marx, de Fidel Castro. Al igual que sus dos compañeros, prefirió las generalizaciones.
Impuesto de los pobres
Latinoamérica será otra luego de esta última crisis mundial. Los tres expresidentes coincidieron en pintar a la región como una tierra de oportunidades que contrasta, por ejemplo, con la emergencia económica europea. “Hay que aprovechar la oportunidad”, repitieron varias veces.
Hablaron de la inflación; pero, otra vez, sin referirse al caso venezolano, el más grave de la región. “Este es el mayor de los impuestos contra los pobres... Y es el mayor desatino de los que gobiernan en la actualidad”, soltó González.
Cardoso dio pistas de cómo enfrentar al monstruo: controlar el gasto público, minimizar el resto de las deudas, construir con transparencia y de cara a la opinión pública los planes económicos. Habló como el “padre del Plan Real”, un programa económico que se diseñó para sustituir la moneda brasileña y que logró contener la inflación en Brasil.
El único momento en el que se refirieron al gobierno nacional fue cuando lo hicieron para desear una pronta recuperación al presidente de la República, Hugo Chávez. Se les pidió de forma directa su valorización del panorama político venezolano. Pero prefirieron evitar la polémica y decir “no”.
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