martes, junio 30, 2009

Zelaya que domine su ambición y se quede quieto...


TEGUCIGALPA (AP) - Las autoridades anunciaron el martes que el presidente depuesto Manuel Zelaya puede retornar a Honduras cuando él lo desee, pero lo hará como un "ciudadano común".

"Zelaya no tiene vedado el ingreso a Honduras, lo que tiene que hacer es pedir un permiso para entrar al territorio y a mí me tocará dárselo y, por el momento, él no lo ha pedido", dijo a la AP el canciller Enrique Ortez Colindres.

Señaló que "para autorizar el ingreso de Zelaya, a él no se le consideraría como un presidente, sino que un ciudadano común".

Zelaya anunció que regresará el jueves a Tegucigalpa para recuperar el poder en compañía del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, de quien aceptó el ofrecimiento en una reunión celebrada el lunes en Managua por el Sistema de Integración Centroaméricana.

Allí recibió un contundente respaldo de los presidentes de la Alianza Bolivariana para las Américas y el Grupo del Río.

El ex gobernante proyecta volver el jueves a Tegucigalpa procedente de Washington, donde participará el martes, en una sesión de las Naciones Unidas en Nueva York.

Ortez aseguró que "en esta semana nos encargaremos de darle la bienvenida a la misión de acompañamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que se den cuenta que este es un gobierno que respeta toda la ley, y que lo único que se hizo fue separar a un presidente por violar sistemáticamente la Constitución".

El presidente designado Roberto Micheletti reveló que Zelaya intentó negociar su regreso.

"El habló a un alto militar y le dijo que quería negociar. El oficial le contestó que no había nada que negociar, que ya había un nuevo gobierno en el país que él debía respetar", acotó Micheletti a Radio América. No dijo cuando se produjo la llamada telefónica de Zelaya ni dio a conocer el nombre del militar.

Pero el líder empresarial Amílcar Bulnes manifestó que "si Zelaya retorna, se agudizaría la crisis por la cual transita el país".

"No hay condiciones políticas en este momento en el país para que el ex presidente retorne al poder de la nación... y si Zelaya quiere a Honduras no debería de venir", subrayó.

El director del Consejo de la Empresa Privada (COHEP), Benjamín Bográn, solicitó a la comunidad internacional que "respete las decisiones internas de Honduras", e instó a la OEA y las Naciones Unidas a enviar misiones a Tegucigalpa "para que conozcan lo que pasa en Honduras".

Entretanto, las iglesias Católica y evangélica oran para que se concrete un diálogo que exista una salida a la crisis política.

El obispo auxiliar de Tegucigalpa, monseñor Juan José Pineda, pidió a los católicos en su homilía que "no se dejen atrapar por el miedo... y el pueblo hondureño pasa por un momento de desconcierto, pero no de muerte".

El presidente de la Confraternidad Evangélica, pastor Oswaldo Canales, solicitó a las nuevas autoridades promover el diálogo nacional "porque en la actualidad no existen ganadores ni perdedores".

Añadió que "el país necesita de todos ya que existe una tarea ardua para la sociedad, pues hay otras crisis que no hemos visto en este momento a la cual hay que ponerle interés... y el pueblo de Dios debe esforzarse por mantener la paz, la tranquilidad y la unidad que conduzca al desarrollo del país".

El comandante militar en la zona fronteriza con Nicaragua, coronel Ramón Betancourt, explicó a Radio América que "nuestra presencia aquí es normal a fin de que la población este tranquila", minimizando así informes inconfirmados de una inusual presencia militar por el presunto ingreso de tropas nicaragüenses.

Las fuerzas armadas vigilan las principales oficinas estatales en Tegucigalpa y San Pedro Sula, a unos 180 kilómetros al norte de la capital. Entre esas figuran los edificios de la telefónica, los tribunales, el Congreso y la Presidencial.

El diario Tiempo dijo el martes que la madre de Zelaya, Hortensia Rosales, está fuera de peligro luego de haber sido hospitalizada el domingo en una clínica privada de Juticalpa, el pueblo natal del ex mandatario.

"Ella sufrió malestares cardiorespiratorio al saber que su hijo fue sacado al exilio a Costa Rica por las fuerzas armadas, tras el golpe de Estado", indicó. "Pero escuchó la voz de su hijo desde San José y su estado de salud fue evolucionando paulatinamente hasta que se estabilizó".

Zelaya debió cumplir su gestión de cuatro años en enero de 2010, tras asumir en el 2006.

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