viernes, junio 06, 2008

Barack Obama, el ´Kennedy negro´




ASÍ ES LA REVELACIÓN POLÍTICA DE EE UU
Barack Obama, el ´Kennedy negro´

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Barack Obama en una imagen del año 1977 en el equipo de baloncesto en el que militaba en Hawai.

Arrollador, carismático, inteligente, culto, apasionado y equilibrado al mismo tiempo, gran orador, mestizo... Barack Obama se llama la nueva esperanza de Estados Unidos y del mundo, un hombre conciliador, dialogante, toda una sorpresa como candidato ya confirmado del Partido Demócrata con vistas a las próximas elecciones generales de noviembre. Lo llaman el Kennedy negro.

Barack Obama, el hombre que aspira a convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos, el político que ha despertado una movilización sin precedentes, el hombre llamado a liderar el gran cambio de América y nombrado finalmente candidato Demócrata al derrotar a Hillary Clinton, nació el 4 de agosto de 1961 en Honolulú, Hawai. Es el único hijo del matrimonio interracial que conformaron Ann Dunham, originaria de Kansas, y Barack Hussein Obama, uno de los primeros africanos que salió de Kenia a estudiar en suelo estadounidense tras años de colonialismo inglés.

Cuando Obama tenía dos años, su padre obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Harvard y no volvió a Hawai. Su madre volvió a casarse años más tarde con un hombre originario de Indonesia, donde Obama vivió algunos años. Más tarde regresó a Hawai y allí terminó sus estudios escolares bajo la tutela y protección de sus abuelos maternos. Obama empezó su educación universitario en la Universidad de Columbia (Nueva York) y finalmente se graduó en la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard (Massachussets). Ejerció como abogado especialista en derechos civiles en Chicago y realizó trabajos comunitarios en zonas empobrecidas de Illinois. Comenzó su carrera política como senador en ese mismo estado, un puesto que ocupó durante ocho años. En el 2004 se lanzó a competir por un espacio en el Senado de Estados Unidos y lo consiguió, convirtiéndose en el tercer afro americano en representar a un estado de la nación en el Capitolio.

Bautizado por algunos como la gran esperanza blanca, por encarnar el sueño de reconciliación en un país con profundas divisiones raciales, ganó relevancia en el panorama político estadounidense durante la convención nacional del Partido Demócrata en Boston, en el 2004. Fue allí donde pronunció un sonado discurso en el que instó a cerrar las heridas raciales abiertas en el país, y que le supuso su lanzamiento al estrellato político. "No hay un Estados Unidos blanco y un Estados Unidos negro, sino los Estados Unidos de América", dijo entonces.

La osadía de los grandes

Tras anunciar su intención de competir por la candidatura del partido demócrata en febrero de 2007 con miras a las elecciones generales del próximo noviembre, Obama tuvo que enfrentarse al acoso de sus competidores, quienes no le perdonan que a sus 46 años y con sólo un periodo como senador en Washington, haya tenido la osadía de ponerse a la altura de políticos que llevan décadas ocupando puestos muy cercanos al poder gubernamental. Por otra parte, es precisamente su postura fresca dentro del rancio ambiente del Capitolio y el hecho de pertenecer a una generación nueva de políticos, lo que gusta a sus seguidores. Además, se ha ganado la profunda simpatía de un sinnúmero de votantes blancos que le agradecen que no les haga sentir culpables con historias pasadas de segregación racial.

Ayudado por un carisma irresistible y una enorme sonrisa, Obama se ha ganado una popularidad similar a la de una estrella del rock, que va en aumento a medida que el candidato recorre Estados Unidos en busca de los votos que le coronen como el nominado por el partido demócrata a la presidencia del país. A su favor juega también su actitud crítica con la guerra de Irak, a la que se opuso desde antes de la invasión en el 2003. Sus dos libros autobiográficos The Audacity of Hope (La audacia de la esperanza) y Dreams from my father (Sueños de mi padre) se han convertido en superventas. Está casado con Michelle Robinson Obama, prestigiosa abogada, y la pareja tiene dos hijas: Malia Ann y Natasha.

Lo reconocen tanto los integrantes de su propio partido como los del partido opositor. Obama avivó la pasión política en el electorado de los Estados Unidos hasta hacerla alcanzar niveles inéditos. La cifras de participación electoral son elevadísimas. En Iowa, el número de electores duplicó el que estaba previsto y lo mismo sucedió en New Hampshire. La política estadounidense se revitalizó de tal forma que hasta la oposición, con John McCain a la cabeza, reconoce que Obama ha movilizado el campo político con una energía singular. Le dicen también el Kennedy negro, lo que lo pone a la altura de un hombre que se convirtió en mito. Pero Obama suma muchos otros méritos: rompió el molde al proponer un estilo propio muy diferente del perfil del político tradicional.

Es un hombre joven, de alta estatura y complexión delgada, que genera el modelo de personalidad de muy alta racionalidad (intelectual) y de grandes logros (triunfador), con un rostro que denota una gran humildad. Se ubica en la de un hombre intelectual y triunfador que da el mensaje de ser un hombre eficiente. En la lectura de la personalidad, Obama pareciera estar en el centro equilibrado de un poderoso mensaje emocional que mezcla la felicidad de la alegría (a pesar de no mostrar dicha ni de ser altamente placentero), el progreso de la ira con evidentes muestras tanto de crecimiento como de desarrollo personal, consciencia de tristeza fundamentada en unas sólidas bases de otredad y, finalmente, de una seguridad hecha con mayor presencia de autonomía (hacer lo que se puede) que de libertad (hacer lo que se quiere). Su mensaje emocional es sólido y, sobre todo, equilibrado.

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