domingo, octubre 29, 2006

Las Opiniones de Francisco Mires

Por Fernando Mires

Chileno, catederatico de la
Universidad de Oldenburg, Alemania.


Chávez es un gobernante que insulta a casi todo el mundo. Ni siquiera los obispos y cardenales de la Iglesia católica escapan a su desmedida procacidad. A diferencias de Castro, quien posee un excelente uso del idioma, Chávez tiene serias dificultades para articular una frase con otra, y por eso, podría pensarse, suplanta la retórica con el insulto. Sin embargo, hay en su enorme capacidad de injuria, un propósito que obedece -conciente o inconscientemente- a un cálculo muy frío.

Los de Chávez son insultos cuidadosamente programados destinados a crear una zona de hipertensión emocional e impedir así que la política se articule en torno a algo que no sea el mismo.

De este modo, él neurotiza la vida política hasta tal punto, que resulta imposible, en medio de tanta injuria -las que sus seguidores de "camisas rojas", multiplican- que los polos que se forman alrededor de su persona puedan encontrar algún medio civilizado de comunicación.

Efectivamente: lo primero que sorprende a un visitante en Venezuela, es que después de siete años de gobierno, Chávez ha conseguido partir al país político en dos pedazos.

Esos pedazos no son de izquierda o de derecha. Pues a un lado están quienes aman a Chávez. Al otro lado, los que lo odian. Entre ambos no hay ninguna conexión. Quienes eran amigos, ya no lo son. Quienes se respetaban, se desacreditan mutuamente. Nadie discute con nadie.

Chávez ha conseguido destruir la polémica, condición de la política, e introducir en su lugar dos monólogos paralelos. El mismo monologa sin limitación de tiempo (hasta siete horas) en su programa semanal, mientras las "camisas rojas" aplauden las vulgaridades más grandes que es posible oír de nadie (ni siquiera en Berlusconi, quien en materia de vulgaridades es vicecampeón mundial).

Si alguien ha leído relatos de los primeros años del fascismo en Italia no se sorprenderá si los encuentra de nuevo en Venezuela.

La comunicación política ha sido destruida radicalmente por el propio gobernante. Y la destrucción de la comunicación política es la primera condición para todo proceso de facistización. Eso es lo que está viviendo Venezuela. "Esto va a terminar muy mal", me dicen muchos venezolanos. "Que Dios no los oiga", les digo yo.

Naturalmente, también hay chavistas inteligentes. Pero cada vez que uno habla de Chávez, dicen -como avergonzados- que lo principal no es Chávez, sino el proceso del cual Chávez es sólo un símbolo. "¿Cuándo habían alcanzado los pobres más representación que durante Chávez? En eso hay que fijarse", dicen. "Chávez es secundario", afirman. Pero, ¿es que se puede hablar del proceso sin Chávez? Chávez está en todas partes, nadie realiza una "misión" (palabra militar-clerical) sin su autorización. Nadie tiene ninguna idea que no sea de Chávez.

Él, como el mismo se definió, es el coach del equipo. Eso quiere decir que él decide quién jugará o no. "Ah pero Chávez ha llevado a los pobres a la sociedad", dicen los chavistas inteligentes. ¿A cúal sociedad? - se pregunta uno, asombrado.

No importa que en Chile, Argentina, Brasil, tengan lugar políticas sociales más importantes y sobre todo más racionales que las que han tenido lugar en Venezuela.

Lo decisivo es que Chávez, a diferencia de los gobernantes de esos países, no ha integrado a los pobres a la sociedad, sino que al Estado. Sin suprimir la pobreza, Chávez la ha estatizado. Las misiones, entre otras tantas iniciativas populistas, son los cordones umbilicales que atan a los pobres con el Estado. Y el Estado es Chávez.

Los pobres son de Chávez; por eso deben seguir siendo pobres. Si, hay por cierto, algunos chavistas inteligentes. Pero no lo son tanto como para reconocer que Chávez no representa un proyecto de sociedad, como ellos imaginan, sino que, antes que nada y sobre todo, un proyecto de toma de poder.

Las misiones, los círculos bolivarianos, los comandos de "camisas rojas" son medios para tomar el poder desde abajo. La constitución (a quien él en su estilo llama: "la bicha"), el escudo, la bandera, sobre todo Bolívar, todos los poderes simbólicos de una nación, han pasado a ser propiedad de Chávez quien los modifica o interpreta según su antojo. Chávez intenta tomar el poder desde todos lados. Desde abajo, desde el medio, y por supuesto, por arriba cuando haciéndose aclamar en "foros mundiales" despotrica en nombre de la justicia universal, en contra de su ultimo descubrimiento: el "imperialismo norteamericano".

Pero Chávez no es antiimperialista. Chávez es en primera línea, antidemócrata. Por eso ha insultado, de la manera más soez, a diferentes gobernantes y políticos democráticos de América Latina. Lagos, Fox, Toledo, Uribe, Lourdes Torres, entre tantos, han debido sufrir las injurias de Chávez.

Nadie ha insultado en su vida a tantas personas decentes como ha hecho Chávez. No obstante, se equivocan aquellos que piensan que Chávez insulta por insultar. Como ha sido dicho, sus insultos, cuidadosamente calculados, forman parte de su estrategia de poder. Mediante el insulto, destruye las posibilidades del diálogo político, tanto hacia el interior como hacia el exterior del país.

Y donde no hay política, comienza el terror. La creciente ocupación de la administración pública por personeros militares, es el ejemplo más visual de la corrosión de la política que tiene lugar en Venezuela. Mientras en el pasado los militares latinoamericanos tomaban el poder de golpe, en Venezuela lo toman en "cámara lenta". El segundo paso, será la militarización de la nación, y es desde ese objetivo que hay que entender los llamados del Presidente a defender al país de una invasión norteamericana.

El objetivo de Chávez es, evidentemente, provocar un clima de alta tensión con los EEUU. Sus injurias a Bush han ido aumentando en cantidad y en volumen. Exasperado tal vez porque el gobierno de EE UU no pisa (todavía) la trampa, ha agredido en los términos más repugnantes que es posible imaginar, a Condolezza Rice, algo que nunca habría hecho un Fidel Castro (dictador, pero educado).

La verdad es que Venezuela no tiene ningún problema real con los EE UU: ni económico, ni territorial, ni de ninguna índole. A diferencias de Castro quien siempre arremete verbalmente en contra de USA sobre la base de problemas concretos, Chávez arremete gratuitamente, con el objetivo más que evidente, de provocar un conflicto internacional.

Ahora bien, en una situación de alta tensión internacional, Chávez intentará dividir al país entre "patriotas antiimperialistas", y "esbirros al servicio del imperialismo". De este modo, estar en contra de Chávez significará "traicionar a la patria". Los ataques a EE UU son, evidentemente, una pieza clave en su proyecto de toma total del poder.

Va ser muy difícil para la oposición democrática de Venezuela terminar con el chavismo. El régimen no sólo controla el Estado (y el petróleo) sino que se ha infiltrado hacia el interior de la sociedad civil. Los comandos chavistas actúan en las provincias, pueblos y barrios, y la violencia crece "hacia dentro". El chavismo controla, además, los medios de recuento electoral. Y desde el exterior, los Ramonet y los Chomsky (y la izquierda festiva que les sirve de coro) están dispuestos a legitimar cualquiera monstruosidad siempre que sea antinorteamericana.

Es cierto que Chávez llegó al poder como consecuencia de la corrosión de la democracia venezolana, y esa es la deuda histórica que tienen los dos principales partidos con su nación. Pero siete años ya es suficiente castigo.

Es cierto también que en Abril del 2002, una fracción enloquecida de la oposición, siguiendo el juego a Chávez, se embarcó en una aventura golpista. Gracias a esa aventura, realizada a espaldas de la mayoría de la oposición (justo en el momento cuando Chávez estaba políticamente cercado) Chávez obtuvo como regalo una legitimación democrática que, el menos que nadie, puede ostentar.

Pero poco a poco, la oposición ha ido ordenando sus filas. Chávez intentará destruirla al crear una línea divisoria "o Venezuela o los EEUU". Si la oposición estará en condiciones de imponer la verdadera línea divisoria que atraviesa a Venezuela, que es la de "chavismo o democracia" (o incluso, "fascismo o democracia") es algo que está por verse. Pero si la oposición triunfa -y un día, más temprano que tarde triunfará- puede que ese no sea un triunfo de "la izquierda". En cualquier caso, será un triunfo de la democracia. Pero, antes que nada, será, un triunfo de la decencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

BOLETÍN DE PRENSA, 29.10.06:

‘PODEMOS’:
LAS COMISIONES, EN EL REGLAMENTO DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE BOLIVIA


En las negociaciones que se realizan en el proceso de organización de las Comisiones a incluirse en el Reglamento de la Asamblea Constituyente, se ha podido verificar cuáles son las intenciones del MAS, en dos temas fundamentales para el país.


1. Comisión denominada: “Estructura Política y Social Plurinacional”

La Constituyente es la oportunidad para profundizar las bases de nuestra democracia y construir una nueva constitución, que no solamente reconozca nuestras diferencias étnicas y culturales, sino que las incorpore en la institucionalidad formal (política y administrativa).
Sin embargo, hemos podido observar que el MAS tiene una visión totalmente distinta del proceso. Pretende imponer un modelo de Estado que resalta las diferencias, profundiza las exclusiones y sienta sus bases bajo un principio étnico-racial, más que en el de ciudadanía.
El modelo masista pretende construir el nuevo Estado boliviano al mejor estilo de los regimenes fascistas y nazistas.

Es fascista, porque considera que la única forma de lograr la superación y el desarrollo es a través de un partido único y un Estado unitario fuerte que aglutine los distintos sectores de la sociedad con ideales nacionalistas y a su vez socialista, bajo el liderazgo de un solo líder, en éste caso Evo Morales.
Es nazi, porque predetermina el carácter étnico racial como condición para ser parte del Poder del Estado e identifica enemigos históricos (oligarquía empresarial) responsables de los fracasos del Estado boliviano.
El modelo que pretende imponer el MAS ha develado sus características nazi-fascista cuando nos propone la creación de un Estado Plurinacional. El MAS entiende el Estado Plurinacional como un modelo de organización política para la descolonización de nuestras naciones y pueblos, basado en las autonomías indígenas, originarias y campesinas, entendida como un camino hacia la autodeterminación, para definir políticas comunitarias, sistemas sociales, económicos, políticos y jurídicos, y en este marco construir las estructuras de gobierno, elección de autoridades y administración de justicia, con respeto a formas de vida diferenciadas en el uso del espacio y el territorio.

¿Cuál es el peligro del Poder social Plurinacional?

• Que es un poder independiente y autónomo respecto de los poderes tradicionales del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial
• Que sus decisiones son inapelables y de cumplimiento inmediato por parte de los poderes del Estado, por encima de los poderes instituidos.
• Que mayoritariamente, está formado por representantes de las naciones y pueblos indígenas originarios y campesinos, elegidos de acuerdo a sus usos y costumbres.

2. Comisión de Tierra y Territorio

El MAS entiende el concepto de Tierra y Territorio a partir de nueva división político-administrativa del país, estableciendo lo siguiente:

Se reordena territorialmente el país sobre la base de la constitución de autonomías territoriales indígenas originarias y campesinas. Además, se constituyen autonomías interculturales urbanas.
A partir de estas autonomías se constituye el sujeto autonómico del nivel intermedio.
Las naciones y pueblos indígenas originarios y campesinos se autoconstituyen en autonomías territoriales a partir de sus propios criterios lingüísticos, históricos, culturales, de continuidad geográfica, organizativos.”.
Las Competencias de las Autonomías territoriales indígenas originarias y campesinas según la visión del MAS serían:

• “Las autonomías territoriales indígenas originarias y campesinas ejercen las siguientes competencias en sus territorios:
• Administración, uso y manejo sustentable de Recursos Naturales renovables de acuerdo a usos y costumbres.
• Participación en la toma de decisiones sobre todo el proceso de exploración, explotación, industrialización y comercialización de los recursos no renovables del país que se encuentren en sus territorios
• Consulta y/o veto frente a la exploración y explotación de recursos naturales no renovables, a través de las organizaciones genuinas, legítimas y representativas de las naciones y pueblos indígenas originarios y campesinos, según los procedimientos correspondientes a cada cultura. La consulta tendrá las siguientes características: previa, obligatoria, de buena fe, informada y vinculante.
• Administración, control, y preservación de la tierra. Co-administración y co-gestión de los recursos no renovables con el Estado Unitario Plurinacional.
• Participación en beneficios y control del proceso de exploración y explotación de los recursos naturales no renovables. Asimismo, tendrán derecho a la prevención, mitigación, compensación, reparación e indemnización por los daños socio-ambientales y culturales ocasionados”.

De lograr el MAS ésta nueva división político administrativa, otorgarían exclusivamente a las Autonomías Indígenas el derecho sobre la tierra y los Recursos Naturales que existan bajo y sobre la tierra (suelo, sub-suelo, vuelo y sobre vuelo).
Es por éste motivo que el MAS pretende conformar una comisión denominada “Tierra y Territorio”, en la cual no solo se defina la situación jurídica de la tierra, si no también se defina la administración y control de los Recursos Naturales por parte de las Naciones Indígenas y Originarias.
El concepto de Territorio implica el derecho a disponer de los Recursos Naturales de la tierra, que pasará a ser propiedad exclusiva de las Naciones Originarias, quienes tendrán el control y administración de la exploración y explotación de los mismos.

Ésta es la razón para que partidos políticos, agrupaciones ciudadanas, profesionales, sectores productivos, sectores empresariales, sectores industriales, Comités Cívicos y cualquier sector privado que se interponga a la consolidación de éste proyecto es duramente atacado por el Movimiento al Socialismo.

Los asambleístas constituyentes de PODER DEMOCRÁTICO SOCIAL, exige al gobierno de Evo Morales:

• Respeto al sistema democrático como forma de vida y de gobierno de la sociedad boliviana.
• Respeto a la ‘carta democrática’, de la cual Bolivia es país signatario.
• Respeto a las demanda de las regiones de Bolivia, (Beni, Pando, Tarija, y Santa Cruz), a aplicar un régimen autonómico, exigiendo el cumplimiento del ‘referéndum por las Autonomías’, en aquellos departamentos del país en donde ganó el ‘SÍ’.
• Respeto y cumplimiento a la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, de ‘ no tocar ni intervenir a los Poderes Constituidos’.